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El matador de París

Nadal superó a Federer y ganó Roland Garros por tercera vez.

El reinado de la arcilla no cambió de manos. El español Rafael Nadal alcanzó ayer la triple corona de Roland Garros, sigue invicto en París (no ha perdido un sólo partido de los 21 que ha disputado), y en esta última edición, cedió apenas un set.

El único capaz de arrebatarle un parcial fue su vencido en la final de ayer, suizo Roger Federer, que vio frustrado su sueño de alcanzarse con la copa de los 'Mosqueteros'. El 6-3, 4-6, 6-3 y 6-4 convirtió al joven de Manacor en el tricampeón del certamen, situarse en la senda del mítico Bjorn Borg, máximo ganador con seis, e igualar la línea de René Lacoste, Ivan Lend, Mats Wilander y Gustavo Kuerten, quién ayer le entregó el trofeo.

Con una mujer -Sandra de Jenken- por primera vez como juez de silla en una final de Roland Garros, Federer con gran parte del público a su favor, empezó ganando su servicio pero promediando el set, comenzó a fallar con su derecha. Nadal le quebró el séptimo y noveno game y se llevó el set por 6-3.

El español fue más oportuno que el suizo en el parcial inicial. Dispuso de diez break points y no aprovechó ninguno. Nadal, en cambio, fue certero: dos de dos.

La carga mayor estaba sobre el lado de Federer, que debía arriesgar más que su rival. En esa búsqueda permanente del tiro ganador, el suizo tuvo su premio. Tras 80 minutos de juego logró por fin, quebrar para adelantarse 4-3, ventaja que sería definitiva para quedarse con el segundo parcial. Nadal acababa de ceder su primer set en dos semanas de torneo.

La batalla, eso parecía, llegaba a su momento más intenso. No fue así, Federer se ausentó.

Nadal aprovechó la siesta del suizo y se quedó con el set más flojo del partido, el tercero, resuelto por 6-3 por el español con una derecha profunda. Dos horas y 25 minutos de partido cerrado, apenas 29' para el set.

El estadio enloqueció de entusiasmo en el inicio del cuarto cuando Federer dispuso de un break con Nadal sacando 0-1, pero otra vez el suizo desperdició la chance. Fue el preámbulo de que la final no sería para suizo. 'Rafa' sacó a relucir su bastó repertorio de golpes para escaparse 4-1 y esa ventaja terminaría siendo definitiva.

El cuarto segmento la paridad sólo duro dos games, ya que nuevamente Nadal quebró el servicio de un Federer que cometió demasiados errores no forzados (60 contra 28) y esa pequeña luz terminó sentenciando el partido a favor de Nadal, que celebró de espaldas al polvo.

A los 21 años, el español ya es serio candidato a convertirse en el mejor de la historia sobre la anaranjada cancha de ladrillo.



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