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ANTES HUBO MINEROS, CRIANCEROS Y PEONES DE CHACRA | ||
El de los obreros de Zanon no es el primer trabajo de campo de Marta Such. La serie "Piqueta y sueños", de 1981 y 1986, fue una doble entrada en el mundo de la minería en Neuquén: los pirquineros de Andacollo, los mineros de la zona de Zapala. Luego se hizo trashumante con los crianceros: el ascenso de los piños a las veranadas, la vida de los paisanos en su mayoría mapuches o descendientes de ellos, todos fiscaleros por falta de políticas adecuadas en la materia. Instalada en el Alto Valle, su mirada se paseó por las chacras: tractores, camionetas, cajones, bines, los peones golondrina y los estables y también los pequeños chacareros y sus tractorazos y sus mujeres en lucha que defendieron el patrimonio de la producción de la voracidad bancaria. Entonces los llevó a la tela bajo una luz que sólo se reconoce en el mediodía de enero en las chacras del Valle. El arte de Marta Such creció en paralelo con la docencia y el aprendizaje. Logró establecer condiciones favorables para la formación de artistas en Neuquén en 1981 hizo gestiones para jerarquizar el nivel de la Escuela de Bellas Artes de la provincia, por ejemplo. Para esta mujer "neuquina, hija de neuquinos y nacida en Zapala", siempre la vida estuvo signada por una compleja relación con la política. "Tuve un abuelo anarquista, un tío marxista y mi padre fue justicialista", recordó. En la escuela primaria leía los libros de Eva Perón "La razón de mi vida" y aseguró que en 1951 acompañó a su padre en la campaña política para la intendencia todavía Neuquén era territorio y sólo se votaba en los niveles comunales. Esa proximidad "con la utopía" que se materializó en su lucha "por una escuela abierta" por ejemplo, las tareas como maestra de grado en el régimen de doble escolaridad, con las materias por la mañana y granja por la tarde cuando vivía en Zapala. En su relato, retornó a la infancia, cuando "jugábamos a las escondidas en una fábrica de madera terciada" y veían a su padre inmerso en el mundo de los mineros. El contacto con los trabajadores "siempre estuvo". |
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