a nota de este domingo tiene su origen en la pregunta de un amigo, a quien hace algún tiempo le he regalado una plantita hecha de gajo en un momento de inspiración (que no son muchos, por cierto). Creo que es un vicio muy común entre los “locos por las plantas” hacer enraizar gajos que después nos damos el gusto de regalar. La historia es que ese gajito dio lugar a una hermosa planta y el feliz propietario, cansado de que los amigos y vecinos le pregunten qué es, me pidió que haga una nota al respecto. Pues bien, se trata de una “Verónica”... Seguramente usted conoce a muchas bellezas de este nombre y en el mundo vegetal pasa lo mismo. El nombre técnico con que usted la va a encontrar en libros de jardinería o en internet es Hebe y se trata de “familia numerosa”. Sólo les voy a nombrar las que usted creo que puede conseguir en los viveros de la región. ORIGINARIAS DE OCEANIA Las “Verónicas” son originarias de Nueva Zelanda, donde prácticamente todas son endémicas. Incluyen más de 90 especies, de las que una es de la Polinesia y dos se han extendido por Sudamérica. Debe su nombre al dios griego Hebe, de quien no se qué especialidad tenía. A su vez están comprendidas dentro de una familia más amplia, Veronica, y de allí su nombre común. Las que conocemos son todas plantas arbustivas tipo cubresuelos y de baja altura, pero también las hay que crecen como pequeños arbolitos de unos 7 metros de altura. Sus inflorescencias son espigas erguidas o péndulas, de color predominantemente azul, violáceo y colorado suave y fuerte, aunque también las hay blancas. Todas son de follaje perenne. HEBE CARNOSULA Este es un arbusto de 40 centímetros de altura y sumamente compacto, con hojas algo carnosas, de los que deriva seguramente su nombre y de un color verde grisáceo con márgenes amarillentos. Sus flores suelen ser de color blanco, pero las yemas antes de abrir suelen ser rosadas y se forman en los extremos de las ramas. Florece en verano pero se suele extender hasta el otoño. Es ideal para ocupar bordes de canteros, rocallas y también para cultivar en maceteros o lugares de poco espacio. Le gusta el sol, pero soporta media sombra no muy densa, que afectaría la capacidad de floración. HEBE SALICIFOLIA Esta “verónica” (izquierda, al centro) se diferencia por tener hojas alargadas, tipo sauce, que es del género Salix y por eso lo de salicifolia. Es también un pequeño arbusto de hoja perenne, de color verde pálido y es muy resistente a frío. Puede crecer hasta una altura máxima de 2,50 metros y cubre igual diámetro, aunque en nuestra región nunca los he visto de tal tamaño, seguramente porque al formar demasiada madera pierde algo de su atractivo y por eso se lo somete a fuertes podas de reducción. Sus flores son espigas de color blanco o lila pálido, que se ubican al final del crecimiento del año. Florece también en verano. Prefiere ubicaciones a pleno sol y suelos muy bien drenados. HEBE SPECIOSA De todas las “verónicas” (arriba) es la que más fácilmente se multiplica de estacas herbáceas y es la que yo reproduje. Como todas, es de follaje perenne y de crecimiento compacto. Sus hojas son de un color verde-azulado y forma inflorescencias de espigas terminales de color violeta-púrpura. Es algo sensible a heladas, por lo que es recomendable cultivarla en sitios reparados, a pleno sol y con muy buen drenaje Existen otras especies y variedades que se comercializan en la región, pero para eso conviene informarse con su viverista.
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