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El primer día, arruinado por lluvia

Charcos, paraguas, aglomeraciones y mal humor compartido por jugadores y espectadores: la lluvia arruinó ayer la jornada inaugural de Roland Garros, un domingo que debía ser una fiesta pero terminó en desilusión.

Es el segundo año que Roland Garros comienza en domingo, y los 24 partidos programados para ayer (se jugaron apenas unos pocos) servían para descongestionar el programa de primera ronda, ofrecer más posibilidades al público de ver a las estrellas y, claro, vender más entradas.

Hoy será el día de presentación del número uno del mundo. Roger Federer comenzará la lucha por su primer título del Abierto de Francia. Chocará con el estadounidense Michael Russell, mientras su gran rival, el español Rafael Nadal defenderá su título a partir de mañana.

Si bien Russell, de 29 años, es sólo 68º de la ATP, al suizo no le gustan las primeras rondas, como quedó claro el año pasado cuando sufrió más de la cuenta para ganarle al argentino Diego Hartfield, salido de la qualy, en su primer duelo. Si la lluvia lo permite, el suizo podrá ver en qué condiciones llegan sus principales adversarios en su parte del cuadro como Tommy Robredo, David Nalbandian o Nikolay Davydenko.

El primer jugador en clasificar a la siguiente ronda, en la acotada jornada de ayer, fue el ruso Marat Safín (ver aparte) quien tuvo palabras de elogio para el suizo: "No importa si (Federer) pierde dos veces con Cañas, si después pierde en Roma con Volandri... No importa. Vuelve y vence a Nadal en la final de Hamburgo, así que no importa. Y va a ser el número uno por un largo tiempo, y nadie podrá hacer nada contra eso".



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