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Loeb armó el tridente

Como Biasion y Makinen, suma tres éxitos en el rally nacional.

VILLA CARLOS PAZ (Enviado especial).- El francés Sebastien Loeb alcanzó la categoría de ídolo en Córdoba. No es porque en esta 27ª edición del conflictuado Rally de Argentina mostrara lo mejor de su manejo, sino que terminó de meterse a los aficionados en el bolsillo.

Manejo como los dioses, logró su tercera victoria en fila en suelo mediterráneo e igualó el record de dos grandes como Miki Biasion (1986, 1987 y 1990) y Tommi Makinen (1996, 1997 y 1998), aunque con su edad y el potencial del equipo Citroen cualquier marca puede quedar archivada con el piloto más ganador del Mundial.

Más con las condiciones meteorológicas que por las exigencias, la tercera etapa estaba rodeada de misterio y la posibilidad que entregara algún golpe de escena que permitiera extender la expectativa de Marcus Gronholm por manotearle el triunfo a "Súper Loeb".

Lejos de apostar a un ritmo conservador y jugar con su ventaja, que no era tan grande pero que con pilotos tan buenos y autos de prestaciones similares

se convertía en importante, Loeb salió a liquidar a su archirrival de movida.

Le metió un manotazo en la primera pasada por el tramo de Mina Clavero-Giulio Césare, y lo terminó de convencer al finés en El Cóndor-Copina, demostrándole que tenía resto de sobra por si tenía que acelerar.

La cuestión es que los últimos tramos estuvieron de más, salvo para una verdadera multitud que colmó los lugares ocupables en los tramos de Traslasierra y obligó a la policía a cerrar los ingresos casi un día antes de largarse la etapa. Y se bancaron las temperaturas bajo cero y el viento, pero como recompensa Loeb y compañía entregaron lo mejor, con un espectáculo único en la tierra de otro grande, como fue Jorge Recalde, el único argentino que ganó una prueba del Mundial.

Loeb se fue alejando de Gronholm, mientras que su compañero de equipo, Daniel Sordo, empezó a responder a todo lo bueno que se hablaba del segundo piloto de Citroen ganando dos especiales.

Con un tramo largo por delante y el súper especial en el estadio Córdoba, Loeb aventajaba por más de 40 segundos a Gronholm y Sordo. Historia liquidada.

Los últimos tramos sirvieron para los lujos de Loeb. Se llevó los aplausos de los aficionados que superaron todas las estimaciones de los organizadores, en cuanto a cantidad, y de paso ratificó que en tierra en imbatible.



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