El propósito del diseño moderno es ser un placer para el hombre. Los objetos design en el hogar tan en boga en la actualidad no encuentran su fundamento solamente en señalar un estatus o nivel de vida sino en ser la forma de los días buenos y malos de los usuarios, contener sus costumbres cotidianas y los pequeños detalles que construyen la felicidad. La arquitecta Ana Laura Biren ha encontrado en su vivienda este equilibrio entre las líneas puras del diseño contemporáneo y el sentido de lo que es realmente necesario, agradable y confortable en el hogar. Con una mezcla de nostalgia y libertad de movimientos, tradición y modernidad, la arquitecta remodeló y decoró su casa. “Compré esta propiedad hace 9 años en un tranquilo barrio residencial de Buenos Aires. Estaba en estado de obra gris, de manera que pude hacerle bastantes reformas y finalizarla con los detalles que quería. La planta baja estaba casi terminada y en planta alta había solamente un dormitorio. Así que puse manos a la obra. Quería una casa luminosa, con espacios cómodos para disfrutar, una chimenea, un lindo patio con flores... y que permitiera invitar a mis amigos y allegados a disfrutarla también”, narra la arquitecta acerca de los inicios de su proyecto de vivienda.
En su búsqueda de un lugar de amplias zonas sociales, inundado de luz y aire y con un perfil más acorde con sus costumbres, la vivienda necesitó varias reformas: Para comenzar, la planta baja era muy cerrada al exterior y tenía un toilette. Estos fueron demolidos para dar lugar a un patio de atrás con su parrilla, infaltable en las casas argentinas, ideal para las reuniones de fin de semana. Por otro lado, los distintos ambientes, el estar, el comedor y la cocina, eran habitaciones bien divididas entre sí, con puertas estrechas y ventanas muy pequeñas. Ana Laura tuvo una concepción más contemporánea y limpia de la construcción. Favoreciendo la fluidez de los espacios y acercándose a la tendencia de la vivienda tipo loft ella decidió dejar finalmente una planta baja toda integrada con aberturas bien generosas, en donde la transición de un ambiente a otro está señalada por una arcada sin necesidad de puertas o cerramientos. El piso quedó organizado en una zona social que se recorre con sencillez por su hall recibidor, estar, comedor y cocina. “Decidí que no iban puertas en la parte social porque en el uso que le damos a la casa no necesitamos encerrar los espacios. Al contrario, necesitamos espacios integrados, visibles, amplios, insinuados. En casa los ambientes privados son los dormitorios, donde se puede descansar a puerta cerrada”, agrega Biren. El patio que rodea la construcción hace que el hogar se llene de la tranquilidad y la frescura de la naturaleza. Adicionalmente, un sector de habitación de servicio con baño, utilizable también cuando vienen visitas, y la zona de lavandería complementan esta planta baja. “Hubo elementos altamente aprovechables en la planta baja. Por ejemplo los pisos en laja negra y las carpinterías de hierro de la antigua construcción fueron de gran utilidad”, dice la arquitecta.
Subiendo la escalera la planta alta tuvo también sus reformas. El baño de la alcoba principal fue enteramente remodelado a nuevo. Un segundo dormitorio fue construido y quedó espacio para un ambiente común de estudio, televisión, juegos y lectura.
Luego de terminar con las reformas arquitectónicas el trabajo de decoración fue altamente cuidado y meticuloso. Lograr ambientes que sean disfrutables en cada uno de sus rincones, que contengan todas las pequeñas y grandes cosas que los habitantes necesitan, pero que a la vez no sea recargado, complicado, pesado, es tarea de expertos. Para Biren, llegar a este punto de equilibrio entre elegancia y confort, vanguardia y sencillez, ha sido un aprendizaje de años sumado con sensibilidad y sentido común al escoger cada pieza. “Algunos muebles los fuí haciendo a medida, poco a poco dentro de la vivencia diaria, cuando iba observando las verdaderas necesidades. Otros son de la casa de diseño argentina NET, donde yo trabajé muchos años y aprendí cómo pensar y diseñar muebles consagrados al bienestar de las personas. En casa también reservé un lugar para algunos clásicos del diseño moderno, por ejemplo piezas de Bertoia, de Saarinen y de Brno, pienso que estos referentes son infaltables en la casa de un arquitecto”.
“Además es un placer contar con estos objetos en mi día a día”. Con una decoración de pocos objetos, en donde siempre hay una pausa visual para poder apreciar cada elemento en sí mismo, gran riqueza de texturas pero una paleta clásica, nada hace ruido visual o sobresalta más que el resto. La gama de los ocres tiene privilegio en el trabajo de Biren, amante de la madera y sus sensaciones cálidas, aromáticas y nostálgicas. “Quise vestir la casa con una estética moderna. Para armar cada lugar de casa me lo fuí  imaginando de la manera que me gustaría usarlo. En todos los ambientes presté mucha atención a las vistas, porque aparte de la luz natural me gusta mucho mirar a través de las ventanas”. Resultado: una vivienda con personalidad y para ser vivida con espontaneidad y simpatía. Un hogar que es sobretodo el albergue de las vivencias y los recuerdos de una persona sensible.
“Me encanta estar en casa, pasar tiempo en cada uno de sus espacios, utilizarlos. Me gusta que es una casa austera pero alegre, me siento muy cómoda en cualquiera de sus lugares. Me faltarían un par de reformas pequeñas: más pisos de madera y una obra de construcción para agregar una galería en el frente de la casa. Lo estoy reflexionando...”. Y así la arquitecta y decoradora irá dándole vida a su hogar a medida que su propia vida se transforma.

La cocina
Pura espacialidad, puro buen gusto. Una cocina sintética que reúne todos los servicios en un sólo mueble, y de fácil mantenimiento, es la ideal en casa en la vida profesional moderna. Muebles de madera laqueados en poliuretano beige, mesada granito gris. La estufa cuenta con una tapa en el mismo granito que la proyecta como una parte más del mesón cuando no esta en eso. Gracia femenina, tono romántico: La mesa de madera, finamente terminada con patas en cedro y tapa de lapacho, y la decoración en colores más vivos dan la gracia de las cocinas de antaÑo sin desmeritar el estilo contemporáneo del conjunto. Cuadro naif de motivo campestre, relaja y divierte el ambiente.

El comedor
Tout le monde à table! DiseÑo contemporáneo para todos al sentarse a comer con esta maravillosa mesa definida en líneas de vanguardia, maciza en pino Brasil y los clásicos del diseÑo contemporáneo, sillas BRNO en cuero tiza. El tradicional mueble para guardar la vajilla y de innumerables cajoneros, significa tener presente en la memoria momentos en familia o entre amigos. 

El dormitorio principal
Minimalismo con corazón. Pocos elementos y terminaciones despojadas marcan la pauta en este ambiente perfecto para descansar el cuerpo y el alma. La madera primante sin embargo, hace que el lugar tenga el romanticismo y el tono cálido para disfrutar en pareja. Estilos y materias de aquí y de allá: Cama de madera de guatambú macizo, mesa chica de Saarinen y banco de cuero trenzado. Está vestida con ropa de cama de Amada. El closet cerrado con bandejas de madera de lapacho deslizables, además de practico es toda una obra de arte en su expresividad inherente.

El baÑo principal. Fuego y agua. Los pisos y paredes en baldosas calcáreas color rojo son la impronta de autenticidad y originalidad de la arquitecta. Accesorios en el mismo color. Las porcelanas blancas contrastan intensamente con los tonos sienosos de las superficies. El espejo horizontal con estante de material a lo largo cumple sus funciones además de ampliar el espacio con su forma octogonal.

La fachada. Un gran ventanal brinda luz al tramo superior de la escalera y al playroom, a la vez que aporta geometría a la fachada. “Mide unos 3 metros de ancho. Es un reciclaje que se me ocurrió hacer, antiguamente era la vidriera de un local de ropa, pensé que aquí quedaría perfecta”, dice Ana Laura.

El patio y contrafachada. Biren configuró una contrafachada de estilo industrial europeo de principios de siglo XX. Rodeada de jardines de distintas especies florales y frutales, pintada en un gris clarísimo, la apariencia ultramoderna se ve suavizada y convertida en el hogar de los sueños. Los caminos en ladrillo que rodena el jardín permiten transitarlo sin inconvenientes en los días lluviosos. Un comedor al aire libre, con clásicos de Saarinen con una cerca de bambú al fondo, son el escenario de un feliz despertar a la vida intima del hogar.

• Living con hogar. Todo pasado... es reciclable. La pequeÑa banca antigua, para apoyar la guitarra que acompaÑa las tardes desde la adolescencia, libros y otras cosas, al igual que la canasta para la madera junto a la chimenea y la alfombra persa, son herencias de familia. Sumado al viejo equipo de sonido, una sala ultra moderna tiene sin embargo la misma sensación familiar de la casa de la abuela. Comodidad y relax con estilo cool: de los sillones tapizados en pana naranja y la original idea de utilizar un puff en cuero crudo con una bandeja de madera sobre él como coffee table resulta un ambiente fresco y desparpajado. Sumando el banquito de cuero trenzado y el sillón individual de cuero color suela acompaÑando el conjunto.

• Hall de entrada y escalera
DiseÑo de ayer, hoy y todos los días. Pensando en el cotidiano trajín la diseÑadora dispuso en esta recepción una serie de estantes pintados de blanco, prácticos “para apoyar lo que traemos desde la calle” en sus palabras. El perchero de madera de la marca Net, apto para recibir abrigos, llaves y objetos sirve a más de una persona gracias a la multiplicidad de lugares. Baúl antiguo de madera, elemento emotivo que da la nota hogareña y familiar. Las imágenes escogidas por Ana Laura, hacen hablar las paredes de otros tiempos, otros lugares.