Cada día son más elocuentes los datos que certifican que la economía argentina crece de la mano del positivo contexto externo y que el país no está aprovechando este favorable escenario para terminar de consolidar sus exportaciones. El gobierno defiende la teoría de la paridad distorsiva para poder sostener competitiva nuestra oferta exportable en los mercados. Sin embargo, las crudas estadísticas muestran que sólo con esta variable no es posible consolidarse en los mercados. En el 2006 y por quinto año consecutivo, el tipo de cambio real multilateral de la Argentina (el peso contra una canasta de monedas en términos reales) registró un nivel de al menos el doble del verificado en el 2001, inmediatamente antes de la devaluación. Así lo destaca un reciente informe realizado por Fundación Mediterránea. Pese a estos datos considerados como positivos por el gobierno nacional, en el 2006 también se ha cumplido que, por octavo año consecutivo, la Argentina no puede levantar más allá de un cuatro por mil (0,4%) su participación en el total de las exportaciones mundiales. Así, en el ranking de los exportadores mundiales, Argentina ocupa una posición modesta, ubicándose en el puesto 46, detrás de Chile y Filipinas. Esto muestra una caída respecto de 1998, cuando ocupaba la posición 36 en el ranking de países. El estudio destaca que esta realidad contrasta con la del vecino Brasil (que ocupa el puesto 23 en el ranking), país que devaluó su moneda tres años antes que la Argentina y que exhibe hoy un tipo de cambio real multilateral no del doble sino 40% más competitivo que antes de la devaluación. Sin embargo, ha mejorado desde un 0,96% a 1,17% su participación en las exportaciones mundiales. CAMBIO REAL MULTILATERAL El tipo de cambio real multilateral de Argentina, que mide el precio relativo de los bienes y servicios de nuestra economía respecto a un grupo de países con los cuales Argentina comercia activamente, sufrió una fuerte depreciación luego de la devaluación ocurrida en el 2002. Si se construye un índice del tipo de cambio real multilateral con base 100 en 1998, se tiene que el máximo se da en el 2002, cuando el índice alcanzó el valor de 210,3, descendiendo levemente hasta 188,1 en el 2006, con una apreciación del peso del 10% respecto de aquel pico. Aun así, señala el documento de Fundación Mediterránea, sobre el 2001 este índice registra una variación de 120%. En el ínterin, la participación en las exportaciones mundiales de Argentina fluctuó entre 0,38% y 0,48%, para quedar en 0,4% en el 2006. Paralelamente, el tipo de cambio real multilateral de Brasil también alcanzó su máximo en el 2002, con una variación de 73% respecto de la base. A partir del 2002, el real se aprecia un 20%, pero es todavía un 37% superior a la base. En el período analizado, la participación brasileña en las exportaciones mundiales pasa de representar 0,94% en 1998 a 1,17% en el 2006. Si bien las exportaciones argentinas crecieron a buen ritmo en los últimos años, por momentos sólo acompañaron la tendencia mundial y por otros crecieron incluso por debajo. En los últimos 26 años las exportaciones mundiales crecieron a una tasa promedio anual de 7,3%, con una visible aceleración en lo que va de la presente década respecto de décadas anteriores. Las exportaciones brasileñas aumentaron a una tasa levemente superior (7,7%) y, en cambio, las argentinas lo hicieron por debajo (7%). Entre 1990 y 2000 las exportaciones argentinas crecieron a una tasa promedio anual de 7,9%, más de un punto porcentual por encima de las mundiales, que se incrementaron a una tasa de 6,7%, y de las brasileñas que fueron las menos dinámicas (5,8%). En los últimos 6 años, si bien las exportaciones argentinas crecieron a buen ritmo (10% promedio anual), lo hicieron levemente por debajo de las mundiales (10,7%) y lejos de las brasileñas (16,5%), que aprovecharon mejor el contexto mundial favorable e incrementaron puntos de participación en las exportaciones mundiales. Este dinamismo exportador derivó en una participación relativamente estable de las exportaciones argentinas en las mundiales en el último cuarto de siglo. Así, el comercio externo nacional tuvo su pico de participación en 1998 cuando representó el 0,48% de las exportaciones mundiales y su mínimo en 1987, con el 0,27%. Si el país se planteara recuperar la relación que existía entre Argentina y Brasil en 1998 en cuanto a participación en las exportaciones mundiales, entonces se tendrían metas ambiciosas. En 1998, las exportaciones argentinas representaban el 51% de las brasileñas que a su vez significaban el 0,94% de las exportaciones mundiales. Si Argentina hubiera mantenido esta relación de 51%, creciendo a la misma tasa que las ventas brasileñas, su participación en las exportaciones mundiales hubiera subido a 0,61% en el 2006. Así, las ventas externas argentinas habrían alcanzado 71.000 millones de dólares. La estadística oficial muestra que durante el año pasado las ventas al exterior totalizaron 46.000 millones. Suponiendo que las exportaciones mundiales continuaran con la tendencia registrada en lo que va de la década (crecimiento promedio anual del 10%), la Argentina debería subir al 15% promedio anual en dólares para alcanzar la meta del 0,5% de inserción en el mercado mundial. DESTINOS El informe de Fundación Mediterránea consigna que las exportaciones hacia países desarrollados representaron en el 2006, el mismo porcentaje de las exportaciones totales que diez años atrás. La diferencia reside en que mientras la UE perdió casi dos puntos de participación, el Nafta ganó más de tres. De esta manera tanto en 1996 como en el 2006, las exportaciones hacia países desarrollados representan el 31% de las ventas externas totales. La contracara de este proceso se da en los países de América Latina. A pesar de la consolidación del Mercosur en los últimos años, las ventas hacia este destino mostraron un importante deterioro. Mientras el 33% de las ventas externas argentinas se destinaba a este bloque comercial en 1996, dicho porcentaje pasó a 21% en el 2006, perdiendo así más de diez puntos porcentuales de participación. Para los demás países de América Latina, se observa que las ventas hacia Chile y hacia el resto de Aladi mostraron un incremento en su participación (2 y casi 1 punto porcentual respectivamente). Por su parte, China pasó de ocupar el 2,5% de las exportaciones argentinas en 1996 a prácticamente el 8% de las ventas totales en el 2006, siendo así el destino cuyo share creció más rápidamente. La diversificación de los destinos de exportación se hace latente con el incremento en la participación de “Otros” que pasó de 20,3% en 1996 a 23,8% en el 2006. Por otra parte, entre 1996 y 2004 los precios de las exportaciones totales cayeron casi un 2% mientras que las cantidades aumentaron 47%. Por el lado de los precios, las exportaciones hacia México fueron las que más se vieron beneficiadas por aumentos de precios (508%), seguidas por las de Japón (138%) en el período que va de 1996 a 2004 (ver infograma adjunto). En cuanto a cantidades, finaliza el informe, las cantidades exportadas a China sufrieron un fuerte incremento en el período (328%), muy por encima del promedio (48%). J.L. Ganancias de destinos Dado el cambio en el destino de las exportaciones argentinas en los últimos años, cabe preguntarse si esas alteraciones estuvieron relacionadas con ganancias o pérdidas de participación en las importaciones de esos destinos. Analizando el período 2002-2005, se ve que China es el único destino cuyas importaciones crecieron por encima de las mundiales, incrementando así la participación de ese destino. La Argentina también ganó participación en las importaciones de México y Estados Unidos (0,12 y 0,02 puntos porcentuales respectivamente entre 2002 y 2005) pero las importaciones de ambos países crecieron por debajo del promedio. Las importaciones de Chile y Uruguay crecieron fuertemente en los últimos tres años (24% y 25% de promedio anual, respectivamente) y sin embargo la participación de los productos “made in Argentina” fue disminuyendo, sin que pudiera aprovecharse plenamente esta mayor demanda por parte de países vecinos.
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