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Boca jugó un gran partido, bajó a Vélez en Liniers y es líder junto a San Lorenzo.
Boca resolvió un partido clave con mucha categoría, se subió a lo más alto del Clausura y, para hacerla completa, hizo sufrir a Ricardo La Volpe, odiado por el mundo "Xeneize" luego del título perdido en diciembre del año pasado.
El nuevo puntero del torneo -en compañía de San Lorenzo- fue muy efectivo y dejó sin chances a Vélez, por 3-1.
Al equipo de Miguel Russo se le hizo mucho más sencillo de lo que indicaban los pronósticos, porque el local cometió muchas fallas.
El "Fortín" contó con una buena oportunidad en el minuto inicial, pero el cierre de Hugo Ibarra llegó justo para despejar al córner ante la arremetida de Gustavo Balvorín por el medio del área.
Después de un segundo tiro de esquina consecutivo, Boca pudo salir por primera vez y se encontró con un gol en el primer regalo que le hicieron. Fue a los 2, cuando falló Pellerano ante un pelotazo largo que le quedó servido a Palacio, quien desbordó y tocó hacia el medio para que Cardozo, con tiempo para acomodarse, sacara un remate bajo al palo derecho y venciera a Gastón Sessa.
El once del "Bigotón" se desordenó por completo y Boca pudo jugar con comodidad. Palacio por la derecha fue incontrolable, Palermo trabajó muy bien de espaldas al arco, Riquelme movió los hilos e Ibarra estuvo impecable, tanto en la función defensiva como a la hora de salir.
A los 25, insólitamente, Pellegrino intentó salir jugando desde la puerta de su área. Pero la audaz maniobra le salió mal, porque la "Joya" le quitó la pelota, eludió a Sessa y con pierna izquierda marcó el 2-0.
Con algo más de justeza para definir, Boca pudo haber ampliado la diferencia. Vélez recién llegó con profundidad en el minuto 44, con un cabezazo de Balvorín de frente al arco que se fue desviado tras un centro de Escudero.
En el complemento, la visita se dejó estar. El ingreso de Ocampo le cambió la cara a Vélez y aunque el fondo de Boca estaba bien parado, el equipo retrocedió mucho y el rival merodeó permanentemente el área rival.
Cuando decayeron las demás figuras de Boca, apareció Caranta quien ganó en tres pelotas fundamentales. El gol que se presentía llegó a los 33, con un cabezazo de Pellegrino tras un tiro de esquina de Ocampo desde la izquierda peinado por Cabral. Parecía que Boca tambaleaba, pero de inmediato, a los 34, consiguió el 3-1 en un contragolpe letal. Palermo abrió para Riquelme, el número 10 esperó la llegada de Palacio y se la tocó al medio para el derechazo del goleador que derrotó de nuevo a Sessa.
Fue una victoria de oro para Boca, consumada a través de un muy buen primer tiempo y a pesar del quedo de la parte final, frente a un Vélez desordenado.