Durante el período 2001-2006 las exportaciones argentinas crecieron un 75%, al pasar de cerca de 26.000 millones de dólares a 46.500. Si bien este dato resulta positivo a la vista de cualquier analista, hay que señalar que las ventas externas argentinas se incrementaron en menor medida que los flujos de comercio mundial y que las consolidadas por sus principales competidores. Datos oficiales consignados por la Organización Mundial de Comercio (OMC) dan cuenta de que las exportaciones internacionales se incrementaron un 87% entre el 2001 y el 2006, lo que significa algo más de 5.350.000 millones de dólares en valores absolutos. Al desgranar la estadística oficial se observa que Brasil aumentó sus exportaciones en un 136%; Chile, en un 144% y China, en un 261% durante el período mencionado. Esto demuestra que los efectos del crecimiento de las exportaciones argentinas no constituyen un hecho aislado o generado por la política económica de la administración Kirchner sino más bien por un ciclo expansivo del comercio a nivel internacional. La OMC remarca que Brasil, Chile, China e India aumentan su participación en las exportaciones mundiales, al tiempo que nuestro país la disminuye. Sobre este tema, un reciente informe elaborado por la Consultora Economía y Regiones (E&R) destaca que el mayor incremento en la participación del comercio mundial corresponde a China, que aumentó del 4,31 al 8,4% su aporte a las exportaciones totales entre el 2001 y el 2006. Brasil ha incrementado su participación del 0,94 al 1,13% y Chile, del 0,29% al 0,38%. En el período analizado, la Argentina disminuyó su aporte a las exportaciones mundiales del 0,43 al 0,4% lo que refleja una caída del orden del 8%. El desarrollo de los flujos de comercio responde, esencialmente, al comportamiento de los precios internacionales. En este sentido, el informe de E&R señala que, en el lapso analizado, el precio promedio de las exportaciones mundiales se incrementó en un 218% y las cantidades exportadas, en un 40%. Los precios de los productos energéticos (combustible) han sido los de mayor suba, seguidos por los metales y minerales, las manufacturas y los productos agrícolas. Tanto el índice total de productos básicos como el de los energéticos y minerales se encuentra en la fase expansiva del ciclo y sus precios son superiores a las tendencias de las series históricas de los últimos 50 años. En ese sentido, el ciclo actual se diferencia de anteriores por la magnitud y la duración que presenta. Este, sin duda, es el llamado de atención que hacen las consultoras internacionales al mencionar en sus estudios la dependencia que presentan ciertos países en relación con la bonanza de precios existente en el mercado internacional. “Las economías que sustentan sus fundamentals en el comercio externo deben evaluar que el crecimiento de precios de los ‘commodities’ deberá ajustarse”, confió un importante ejecutivo de Standard & Poors en la última reunión- asamblea del BID realizada la semana pasada en Guatemala. El programa económico argentino tiene como pilar del desarrollo el comercio externo, de ahí su vulnerabilidad. A partir del comportamiento de los precios, las exportaciones de combustibles y productos de las actividades extractivas dan cuenta del 67% del crecimiento, en valor, del comercio mundial. Por su parte, las manufacturas (24%) y los productos agrícolas primarios y manufacturas (9%) explican el 33% restante. En términos de cantidades, las manufacturas, con un crecimiento del 44%, han sido las más dinámicas; luego, los productos agrícolas (30%) y, por último, los combustibles y productos de actividades extractivas (26%). CRECIMIENTO POR SECTORES La dispar evolución expuesta por las exportaciones sectoriales explica el desigual progreso de los países en el período analizado. En Brasil y China –consigna el informe de E&R– las exportaciones sectoriales crecieron en mayor medida que a nivel mundial. En Chile, las manufacturas y las exportaciones de combustibles y productos de actividades extractivas (impulsadas por el cobre) lo hicieron más que el total mundial y las de productos agrícolas, primarios e industriales, menos. En el caso argentino, el único sector en el cual las exportaciones se expanden en mayor medida que a nivel mundial es el de productos agrícolas primarios e industriales. Los otros sectores, manufacturas industriales, combustibles y productos de actividades extractivas, lo hacen a un ritmo menor. El comportamiento heterogéneo de las ventas externas sectoriales ha modificado la relevancia de los países en las exportaciones sectoriales mundiales: todos amplían su participación relativa dentro de su principal sector exportador. De este modo, al tiempo que China y Brasil incrementan su intervención en las exportaciones mundiales de manufacturas en un 80 y un 25% respectivamente, Chile amplía en un 26% su peso relativo en las exportaciones mundiales de productos de actividades extractivas y la Argentina aumenta en un 24% su aporte a las exportaciones mundiales de productos agrícolas (primarios e industriales). Es dable destacar en este punto que, en tanto los incrementos de China y de Chile en su principal sector exportador son los de mayor magnitud, la ampliación de Brasil en manufacturas (principal sector exportador) es significativamente menor que la de China. Por su lado, el crecimiento de las ventas externas de Argentina en productos agrícolas (primarios y manufacturados) resulta inferior al incremento expuesto por Brasil. En términos generales, se aprecia que, en tanto China y Brasil acrecientan su contribución en todas las exportaciones sectoriales, dando muestra de una mayor diversificación de sus ventas al exterior, Chile y Argentina lo hacen únicamente en su principal sector exportador. Sin embargo, al tiempo que Chile mantiene sin cambios su participación en las exportaciones mundiales de manufacturas y disminuye su aporte a las ventas mundiales de productos agrícolas primarios e industriales, la Argentina merma su participación en el resto de los sectores exportadores, siendo combustibles y productos de actividades extractivas (-25%) el segmento donde se verifica la mayor pérdida de peso relativo. A nivel de productos, nuestro país expone –en virtud del peso comparativo que los mismos tienen sobre el agregado– una performance similar a la descripta para las exportaciones sectoriales. Acrecienta su participación en el mercado mundial de productos realizados a base de soja, al tiempo que disminuye su aporte a los mercados mundiales de combustibles, productos químicos, maquinaria de transporte y automóviles, a pesar de haber incrementado las exportaciones de todos ellos. Entre el 2001 y 2005, las exportaciones argentinas de alimentos se incrementaron un 58%. Dentro de éstas, las del complejo sojero (principal producto exportado) han sido las más dinámicas, con un incremento del 68%. Como consecuencia de ello, la participación relativa de las exportaciones argentinas en el mercado mundial de alimentos se incrementó del 2,65 al 2,73% y las asociadas al complejo sojero, del 22 al 23,8%. Sin embargo, la mayor participación lograda ha sido inferior a la dinámica expuesta por Brasil, que aumentó del 3,61 al 4,45% su aporte al mercado mundial de alimentos y del 24,8 al 31,2% en el caso específico del complejo sojero. En lo que respecta al resto de los productos, la mayor disminución ocurrió en combustibles, donde el aporte nacional al mercado mundial disminuyó del 0,75 a 0,47%, producto de las restricciones impuestas por el gobierno a las exportaciones. J. L. Sin valor agregado La divergencia entre la capacidad de reacción de las exportaciones sectoriales argentinas y las mundiales da cuenta de la pérdida de oportunidades brindadas por este ciclo de bonanza del comercio internacional por parte de nuestro país. Las políticas sectoriales aplicadas por la actual administración con el objeto de controlar el nivel de precios domésticos sin dudas han propiciado este dispar comportamiento. Al analizar la evolución de la composición de las exportaciones nacionales, se pone de manifiesto que, si bien las manufacturas han incrementado su participación en el total exportado, ello responde a la creciente presencia de desperdicios de la industria alimenticia (soja), automóviles y productos químicos y no a una mayor diversificación de bienes manufacturados. Como consecuencia, los niveles de valor agregado de las exportaciones argentinas no presentan mejoras sustanciales. Asimismo, la mayor participación de bienes exportados pone en evidencia que el sostenimiento de un tipo de cambio “competitivo” ha propiciado más un efecto protectivo que pro-exportador para la industria argentina.
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