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Masajes en bares: no está mal

STUTTGART, Alemania (DPA) - "¿Ahora? ¿Aquí?" La respuesta es casi siempre la misma. El cliente del bar reacciona sorprendido e incrédulo ante la oferta. "Sí, un masaje aquí, ahora mismo, en el bar", dice entonces el estudiante Alex Huelsberg. Y los valientes aceptan. Después, Alex comienza cuidadosamente a practicarle la acupresión, tal y como ha aprendido. Primero relaja los omóplatos con las yemas de los pulgares y, posteriormente, masajea el resto de la espalda durante unos diez minutos, sin aceite ni necesidad de quitarse la ropa. No hay un precio fijo, pero la mayoría paga voluntariamente entre cinco y diez euros por la relajación.
En realidad, Alex estudia magisterio de educación especial y deporte, pero los fines de semana se convierte en masajista en los bares de Francfort. Desde hace unos meses trabaja para "Neck Attack", una empresa de servicios de masaje móviles con sede en Stuttgart.
Las noches de viernes y sábados, entre las 2 y las 01, Alex y sus colegas recorren los bares de copas de la ciudad ofreciendo a los amantes de la noche otro tipo de relajación.
 "En el 'Ginkgo', en la calle Berger, estuvimos hace poco tres horas seguidas porque de repente todo el mundo quería un masaje", cuenta Alex. "En la mayoría de los casos hablamos de gente entre 25 y 50 años".
Los adolescentes y los de edad más avanzada son a menudo más reticentes al contacto físico.
La idea de crear "Neck Attack" la trajo de Australia el fundador de la empresa, Chris Walther, de 33 años. En Sydney este servicio se lleva practicando desde hace más de tres años. Walther lo conoció mientras estudiaba marketing en "Down Under", como llaman los australianos a su continente.
"Tenía la impresión de que en Alemania quedaban cosas por hacer en materia de servicios y como éste no se conocía, quería probarlo", dice Walther.
Si bien es cierto que en el país germano ya existen los masajes en la oficina y que incluso en el tren se ofertan de vez en cuando actividades de relajación, Chris pensó que la idea australiana podía ser todavía más popular.
Así nacía en otoño del 2004 la empresa de servicios "Neck Attack" en Stuttgart, y con el tiempo los equipos de masajistas fueron llegando también a otras ciudades como Berlín, Colonia, Leipzig y Fráncfort.
En la actualidad tienen previsto expandirse por Munich, Hamburgo y Duesseldorf. La empresa ha pasado de tener dos empleados a contar con unos 60 fisioterapeutas y masajistas autónomos que prestan sus servicios en ferias y congresos, a veces en la oficina o en los domicilios y otras, como en el caso de Alex, de bar en bar.
Salir de marcha también debe ser relajante.

 



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