Hasta no hace mucho las opciones más usuales eran las estufas de calefacción por gas y la calefacción por agua o calderas. Hoy en día existe una amplia gama de opciones, que incluye los aparatos split frío-calor y los fancoils. La calefacción es un tema relevante en todas las etapas de un proyecto y, cuando es planteada adecuadamente, aplicando los últimos avances de la tecnología, resulta en el uso responsable de los recursos energéticos y en un mejor nivel de vida de los usuarios. En la decisión intervienen factores como el costo, la facilidad de instalación y mantenimiento y las características intrínsecas de los ambientes a climatizar, como la estética, las dimensiones, la cantidad y el tamaño de ventanas, la orientación, entre otros. La respuesta más acertada frente al requerimiento de acondicionar los ambientes de la casa dependerá de cada caso en particular, ya que el tema económico y las limitaciones constructivas son factores que suelen incidir bastante en general. Si no se evaluó durante el momento mismo del diseño de la casa, y esta ya está construida, hay soluciones como el caso del piso radiante que estaría prácticamente descartada, porque su instalación supondría importantes trabajos de obra. Tampoco sería viable un sistema central por inyección de aire, porque el paso de los conductos suele ser bastante complejo, y su instalación a la vista sólo sería viable estéticamente si el estilo de la vivienda así lo permitiese. Por el lado de los radiadores, si la obra tiene un perímetro libre, tal vez se puedan pasar las cañerías por el exterior, lo que implicaría menores roturas en el interior, aunque se deberían hacer mejoras en las aislaciones de dichas cañerías para evitar las pérdidas de calor al exterior. En realidad en una obra ya terminada, los sistemas más fáciles de instalar son los individuales, con menores inconvenientes por sus características. EFECTO CHIMENEA Para lograr la máxima calidez, es muy importante que el calor circule apropiadamente, para lo cual es ideal distribuir varias estufas de poca capacidad en diversos ambientes intercomunicados. En este sentido, para evitar las bajas de calor, será importante que el aire frío no entre al hogar, por lo que se deberán colocar burletes en los marcos de las ventanas cuando estas no estén bien diseñadas para evitar las fugas o ingresos de aire por sus rendijas. Además, se debe tener en cuenta que las cortinas, los tapizados, los pisos y muebles de madera, ayudan mucho a concentrar el calor. En el caso que haya escaleras lo ideal es colocar la estufa en un sector alejado, para evitar el efecto chimenea que significa su cercanía. EVITAR FUGAS Las mejoras que podemos realizar para conseguir un ahorro energético y económico con los sistemas de calefacción tradicionales, como se señala aparte, se deben centrar en un mantenimiento adecuado. Para revisar que no haya fugas de gas, por ejemplo, hay que pulverizar con agua jabonosa en las uniones, codos, válvulas y empalmes de todo el circuito, y al mismo tiempo hay que comprobar que las rejillas de ventilación no se encuentren obstruidas. En los sistemas de gas el tramo individual se deberá revisar cada dos años y el colectivo, cada cuatro, según lo sugieren especialistas. MANTENIMIENTO Hay una serie de consejos prácticos que tanto fabricantes como técnicos en la materia sugieren, con el fin de mejorar la performance del sistema de calefacción elegido, lo que en términos reales significará un ahorro de energía y una mayor duración de las partes integrantes del sistema. Dentro de ellos se encuentra, como se expresa aparte, mantener el sistema de calefacción inspeccionado y con un mantenimiento regular. Así habrá que verificar que los conductos de aire no tengan fugas, lo que de producirse se solucionaría mediante el sellado de la misma lográndose ahorros en los gastos. La limpieza o el cambio del filtro de la calefacción según las recomendaciones del fabricante es otro de los puntos sugeridos, además de mantener las aberturas y registros de la calefacción libres de obstrucciones. En el uso diario también se colabora con el rendimiento calórico, si se abren las cortinas durante el día para facilitar la entrada de sol en aquellas aberturas que están más expuestas, y cerrarlas antes del comienzo del frío más intenso; esta medida se refuerza mediante el uso de selladores con material aislante en las hojas de ventanas y puertas que no tengan un cerramiento demasiado estanco. Aseguran que de esta manera se podría ahorrar hasta un cinco por ciento en los gastos finales. El porcentaje se podría triplicar si se mejorara el aislamiento térmico de paredes, suelos y techos. DISEÑO Y BUENAS COSTUMBRES Los especialistas estiman que aproximadamente un tercio de la energía producida en nuestro país, es consumida en y para el desenvolvimiento de los edificios. De esta cantidad, casi la mitad se utiliza para satisfacer la demanda de calefacción y de refrigeración. Del resto, se considera que como mínimo un 30% de energía se pierde por los techos, cuando éstos no se encuentran aislados térmicamente en forma adecuada, permitiendo grandes fugas de calor en condiciones invernales o calentamiento excesivo en épocas estivales. Para el caso de un techo plano utilizado en edificios en altura o de una vivienda individual con cubierta tradicional de tejas o de chapa metálica, si en ambos casos se contemplara la utilización de un material aislante térmico de solamente 2 centímetros de espesor, posibilitaría reducir las pérdidas de energía por transmisión de calor en casi un 50%. En el caso de las paredes, también es importante que posean una adecuada aislación térmica, para reducir los intercambios de calor a través de las mismas, con el objeto de lograr una situación de confort con menor gasto de energía. El tema de pérdida de calor por las ventanas y principalmente de los elementos vidriados en un edificio, se debe tomar muy en cuenta durante las noches invernales, en que se presentan grandes diferencias de temperatura entre el ambiente interior y el aire exterior. En estas situaciones, el simple hecho de cerrar las persianas, reduce tales pérdidas en más del 60% en el área que ocupan dichas ventanas. Cuanto mayores dimensiones posean las aberturas, más incidencia tendrá este ahorro de energía sobre el total del edificio. Las pérdidas de calor causadas por infiltraciones pueden representar hasta un 30 % de las totales de un edificio. De todo esto se desprende la importancia de un buen diseño de la edificación así como de sus diferentes componentes, ya que de decisiones acertadas dependerá en buena medida un mejor rendimiento y confort térmico. A pesar de que en los países desarrollados se hace hincapié de manera permanente en el cumplimiento de normas establecidas con el fin de que los edificios consuman en el orden de un 25 % menos de energía, se sigue afirmando que frente a las mejoras energéticas que supone la aplicación de estos nuevos estándares, es finalmente el usuario quien hará uso del edificio. Y, aún cuando disponga de una edificación o vivienda con la mejor calificación energética posible, el consumo final se puede disparar si no lo utiliza correctamente. En los últimos años se incrementaron los pasos en España por ejemplo, hacia un menor consumo de los recursos a través de lo que se denominan “certificaciones energéticas” donde se evalúan los comportamientos de las edificaciones en esta materia, aunque no deja de estar presente además la necesidad de que en realidad el uso responsable frente al derroche de energía depende en muy buena medida de la educación de la gente.
UN MATRICULADO POR AQUI Según afirman los especialistas, sólo se deben instalar estufas a gas que hayan sido debidamente aprobadas por los entes públicos reguladores de gas, en el caso de ser de fabricación nacional, o bien, de ser importadas, que contengan la estampilla del IEC (Comité Electrónico Internacional). También, será fundamental que se las haga colocar por algún gasista profesional con matricula oficial, el cual también debería verificar anualmente el funcionamiento de estos artefactos. Asimismo, al conectar estufas a gas, no se deberían usar bajo ningún punto de vista cañerías de plástico o goma, y se debe estar seguro también que los tirajes de las mismas no se encuentren tapados o desconectados. Una buena forma de controlar que los artefactos a gas estén en buen funcionamiento, es observando que su llama sea de color azul. Se aconseja que durante la noche se apaguen las estufas que no tengan una salida externa, incluso cuando el ambiente tenga algún tipo de ventilación. Y en el caso de dormitorios o baños, directamente no se deberían instalar, a menos que las mismas sean de tiro balanceado. Si bien es cierto que las estufas infrarrojas otorgan más calor que aquellas de tiro balanceado, se debe saber que estás últimas son más seguras, ya que llevan los gases provenientes de la combustión al exterior de la casa, y no consumen el oxígeno del ambiente. Por esto mismo, son las únicas habilitadas para ser colocadas en los baños y dormitorios. Es importante saber también que la combustión de leña, carbón, naftas, querosén, o gas, puede provocar el nocivo monóxido de carbono, por lo que es muy importante ventilar todos los ambientes en los momentos en los que los aparatos estén prendidos. En el caso que la llama proveniente de las hornallas de la cocina ennegrezca las ollas o sartenes, esto significará que no hay una buena combustión, por lo que se deberá llamar a un gasista profesional para que revise los artefactos. En el caso de ser eléctricas, las estufas no deberían tener enchufes que tengan dos patitas cilíndricas, los cuales están prohibidos, ya que en el caso que produzcan una descarga eléctrica, se podría poner en riesgo la vida del usuario. También, para el caso en que se utilice estufas eléctricas, es importante no usar prolongadores ni tampoco conectar varios artefactos de forma conjunta, por ejemplo en un triple o una zapatilla.
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