Dentro de la problemática que se denomina patologías de la construcción se encuentra la aparición, luego de terminados los trabajos, de manchas por lo general blancas en las paredes de una edificación. Estas se conocen con el nombre de eflorescencias y existe coincidencia entre los especialistas que su origen proviene de uno o más de los compuestos solubles presentes en la masa de los materiales que se utilizan para ejecutar una pared de construcción tradicional. Incluyendo el agua que se usa en la obra y que puede llegar a incorporar una cantidad apreciable de compuestos. Entre los materiales potencialmente mas predispuestos están los ladrillos comunes, ladrillones y huecos, revoques, terminaciones cementicias, áridos en general y hasta los hormigones. En función de lo antes señalado son varias las sustancias que pueden causar eflorescencias aunque todas tienen en común que se trata de compuestos solubles como sulfatos, carbonatos, silicatos, cloruros, nitratos y otros, que se desplazan a la superficie y se depositan en ella, incentivados por un gradiente de humedad. Si bien los métodos más recomendables a los efectos de mitigar la presencia de estos compuestos son relativos, igualmente los especialistas aconsejan la utilización de arenas lavadas, cementos Pórtland de bajo álcalis, y aguas blandas ya que el agua potable suele poseer ciertos contenidos de sales solubles. Asimismo la presencia de estas se puede conocer con métodos muy prácticos como, en el caso de los ladrillos, la saturación con agua destilada de algunas piezas, y la verificación al cabo de cierto tiempo de la presencia o no de manchas blancas en las caras opuestas al contacto con el agua. Aunque también los especialistas afirman que este fenómeno es temporal y desaparecerá gradualmente con la exposición normal a la intemperie, en un tiempo que dependerá de muchos factores como la mayor o menor exposición a los diferentes agentes atmosféricos y la humeda relativa. TEMPORARIO Aunque se realice un profundo lavado de los materiales componentes del hormigón, durante la hidratación del cemento pórtland se forman pequeñas cantidades de hidróxido de calcio, como subproducto de hidratación que pueden generar eflorescencias cuando las condiciones favorecen el proceso. Si bien las eflorescencias como consecuencia de la migración mencionada son insolubles en agua, este hecho es temporario ya que el carbonato de calcio formado, en un período de hasta un año de exposición atmosférica se combina con sustancias presentes en el aire y el agua de lluvia, formando bicarbonato de calcio soluble, que se eliminará con la lluvia, según lo explican los especialistas en la materia. Ello no obstante también se pueden retirar las manchas blancas o eflorescencias mediante la utilización de métodos mecánicos como el uso en seco de un cepillo reiteradas veces hasta tanto el agua acumulada termine de evaporarse, en el caso de que las manchas no sean demasiado importantes. En el caso extremo de presencia de sales en la pared conviene impregnarla con solución de ácido clorhídrico que reaccionará con el hidróxido de calcio formando cloruro de calcio que se expande taponando los poros del material tratado, y de esta manera impedirá que aparezcan más manchas o eflorescencias. En el caso de los hormigones las técnicas más utilizadas en los últimos tiempos tienen que ver con la incorporación de selladores acrílicos para prevenir la formación de estas reacciones . ALGUNA EFERVESCENCIA La eflorescencia puede ser removida, sin embargo, de forma química utilizando limpiadores ácidos (ácido clorhídrico diluido). Primero que todo, el producto de concreto se debe lavar con agua limpia, e inmediatamente se le debe aplicar un producto comercial ácido para limpieza (disponible generalmente en los almacenes de materiales para construcción), siguiendo las instrucciones del fabricante. Mientras que se disuelve la eflorescencia, puede aparecer alguna espuma (efervescencia), y cuando ha finalizado, se debe lavar a fondo toda la superficie con agua, teniendo cuidado de desechar el agua sobrante de manera segura. En la gran mayoría de los casos, se requiere de un solo tratamiento. Sin embargo, en algunos casos, se puede requerir de un tratamiento adicional en el futuro. FACTORES QUE CONTRIBUYEN Dentro de los factores que más contribuyen a la generación posterior de eflorescencias en una pared se encuentra en primer lugar una deficiente ejecución de algunos rubros de la obra, y que por lo general tienen bastante que ver con una mano de obra no demasiado calificada en términos generales. Así los especialistas ven que las mezclas deben ser bien preparadas, con las consistencias adecuadas a cada rubro; ya que si no son “trabajables” y si son muy plásticas, esto permitirá una deficiente unión entre los ladrillos que motivará la ocurrencia posterior de los fenómenos descriptos. Además tienen problemas las mezclas de secado muy lento, debido a que el agua penetra a través de las fisuras. La utilización de ladrillos de alta porosidad, derivados de arcillas con alto contenido de sales alcalinas, y pobremente calcinados también es otro de los motivos más señalados por los especialistas. EL PEOR DE LOS MALES Si bien los depósitos blancos cristalinos, en forma de pelusa de la eflorescencia resultan preocupantes para un observador cuando emergen 10 a 20 milímetros de las superficies, son relativamente inofensivos comparados con el verdadero problema que es la cristalización oculta de sales dentro de los poros de la mampostería. Esto se denomina criptoflorescencia y, según los técnicos en la materia, es lo realmente preocupante ya que los pequeños poros no están capacitados para albergar la acumulación de sales y pueden llegar a romperse a causa de la fuerza expansiva del crecimiento de los cristales, con el consiguiente deterioro de las superficies afectadas. EN CONCRETO La eflorescencia es un fenómeno natural, temporal, que ocurre a una extensa variedad de los objetos o productos que contienen ligantes de cemento. El mortero es particularmente propenso a la eflorescencia y puede contaminar otros productos. Se forma por las sales solubles del cemento que migran a la superficie, donde reaccionan con la atmósfera y producen una película blanca (de carbonato de calcio) conocida como eflorescencia. Los cristales individuales son muy pequeños y no se fijan firmemente a la superficie. La pequeñez de los cristales mojados junto con sus propiedades óptica hacen que se vuelvan invisibles cuando están mojados. Cuando los cristales se secan, se vuelven visibles otra vez. Los productos se vuelven más susceptible a la eflorescencia bajo condiciones húmedas y esto ayuda a la migración de las sales solubles a la superficie del producto. La eflorescencia no tiene ningún efecto en la integridad estructural de los productos de concreto.
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