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Cruz, un héroe del silencio

Lo pusieron para cambiar la historia del clásico. Y vaya si cumplió. Cuando corrían ocho minutos del segundo tiempo, Roberto Mancini mandó a la cancha a Julio Cruz en reemplazo de su amigo Hernán Crespo, quien no había tenido una buena tarde. Y segundos después, en la primera pelota que tocó, aprovechó un rebote cedido por Dida tras un centro de Zlatan Ibrahimovic y no perdonó. Fue el empate y el impulso que Inter necesitaba para llevarse el clásico frente a Milan. Más tarde, a los 30, Ibrahimovic resolvió una buena jugada individual de Javier Zanetti y el cómodo líder del Calcio se llevó una nueva sonrisa, con el invicto intacto.

El derby se jugó bajo una elevada temperatura emocional, porque al folclore tradicional se sumó la presencia de Ronaldo con la camiseta de Milan y un recibimiento a puro insulto y pancartas hirientes de parte de los hinchas nerazzurros. El brasileño respondió con lo que mejor sabe hacer: goles. A los 40 de la primera parte, el astro colocó el 1-0 con un buen disparo de zurda, desde afuera del área. Sin embargo, no alcanzó.

Además de Crespo y Zanetti, Nicolás Burdisso fue titular en el Inter. Walter Samuel ingresó en el segundo tiempo y Santiago Solari y Mariano González se quedaron en el banco.



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