La crisis de precios que sufrió el mercado ruso durante la temporada 2005 tuvo sus efectos positivos en la actividad.

Las principales empresas exportadoras del Valle tomaron conciencia de los destrozos que generaba ingresar a un mercado tan inestable como el ruso en forma desordenada y con fruta sin calidad. El año pasado optaron por juntarse para coordinar los embarques y definir estándares mínimos de calidad tal como venían haciendo con éxito en el mercado norteamericano. Los logros estuvieron a la vista: el mix de precios logrados en el mercado ruso fue muy superior al de la temporada 2005. Sin dar claras explicaciones, en la presente temporada todavía las empresas no se han sentado para debatir la forma de ordenar su oferta exportable y, menos aún, armar programas en forma conjunta para de esta manera no generar presiones sobre el mercado. Está claro que, con la evolución que tiene la temporada, no hay intención de acordar. Una muy mala señal.