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ARGENTINOS BAJO LUPA PERUANA

Mario Vargas Llosa incluye a muy pocos argentinos en "Diccionario del amante de América Latina", aunque nombra a varios colateralmente. Pero en el caso de Jorge Luis Borges, Manuel Puig y el "Che" Guevara, les dedica varias y muy sabrosas páginas.

En relación al "Che", Mario Vargas Llosa incluye una reflexión sobre el diario del ex guerrillero escrita en el '68, o sea a un año de la muerte de éste. Ahí el escritor peruano se sitúa cerca del pensamiento del "Che". Sin embargo, al andar el diccionario, emergen reflexiones críticas a Guevara y su ideología. Toda una expresión del giro que signó al pensamiento de Mario Vargas Llosa a partir de mediados de los '70. Publicamos aquí, tramos de esas dos posturas del escritor.

" "Che" Guevara: "El 'Diario de Campaña' del 'Che' en Bolivia quedará como uno de los libros más fascinantes de nuestro tiempo. Si la revolución latinoamericana se lleva a cabo según el método concebido por el 'Che' y pasando por las etapas que el previó, el 'Diario' será un documento extraordinario, la relación histórica del momento más difícil y heroico de la liberación continental. Si la revolución no se realiza o se demora o se concreta por vías distintas a las que el 'Che' imaginó, el 'Diario' perdurará como testimonio de la más generosa y osada aventura individual intentada en América Latina"... "Es bueno que el iluminismo revolucionario y el ejemplo nihilista y dogmático del 'Che' Guevara se hayan desprestigiado y que ya no movilice a los jóvenes de este tiempo la convicción que a él lo animó, según la cual la justicia y el progreso no dependen de los votos y las leyes aprobadas por instituciones representativas sino de la eficacia bélica de una esclarecida y heroica vanguardia. Pero no lo es que el desencanto con el mesianismo y el dogma colectivista haya traído consigo, también, la desaparición del idealismo y aun del mero interés y la curiosidad por la política en las nuevas generaciones, sobre todo en esas sociedades que dan ahora sus primeros pasos en la experiencia de la libertad. Pues no hay nada que deteriore y corrompa tanto a un sistema político como la falta de participación popular, el que la responsabilidad de los asuntos públicos quede confinada por abandono del resto en una minoría de profesionales. Si eso ocurre y está ocurriendo ya, sorprendentemente, en países donde la lucha contra la dictadura de un partido fue tan larga y heroica, de la democracia queda sólo el nombre, un cascarón vacío, pues en aquella sociedad, como en una dictadura, todos los asuntos principales se urden y ejecutan al arbitrio de una cúpula, a espaldas de las mayorías".

" Manuel Puig: "La obra de Manuel Puig, compuesta de apenas ocho novelas, es una de las más originales que hayan aparecido en las décadas finales del siglo XX. Lo original de ella no son sus temas, ni su estilo, ni siquiera la construcción de sus historias, en las que mostró a menudo una soberbia destreza y una sutil astucia, sino, sobre todo, los materiales de que se sirvió para inventarlas: los tipos y estereotipos de la cultura popular, las novelistas rosas, las radionovelas y las telenovelas, las truculencias y melodramas de los boleros, los tangos y las rancheras, las columnas de chismes y las informaciones sensacionalistas de las revistas y periódicos de escándalo y, principalmente, la pseudorrealidad fabricada por las situaciones, personajes y ensoñaciones de las películas. Todo esto había figurado ya, de mil maneras, en la literatura, pero siempre como un ingrediente más de la compleja realidad humana. La novedad, en la obra de Puig, es que esta dimensión artificiosa y caricatural de la vida ha eliminado a la otra y la ha sustituido como la única verdadera. Eso da a sus novelas esa extraña atmósfera, la de un mundo que a pesar de estar erigido con la más compartida de las experiencias humanas la fuga del mundo real hacia el mundo soñado a través de todas las formas de la imaginación parece lejanísimo, alambicado e irreal. Y sin embargo, en sus mejores momentos, de sus complicadas tramas y enrevesados juegos transpira un relente de drama vivido, de dolorida humanidad".

" Jorge Luis Borges: "La prosa literaria creada por Borges es una anomalía , una forma que desobedece íntimamente la predisposición natural de la lengua española hacia el exceso, optando por la más estricta parquedad. Decir que con Borges el español se vuelve 'inteligente' puede parecer ofensivo para los demás escritores de la lengua, pero no lo es. Pues lo que trato de decir es que en sus textos siempre hay un plano conceptual y lógico que prevalece sobre los otros y del que los demás son siempre servidores. El suyo es un mundo de ideas, descontaminadas y claras también insólitas a las que las palabras expresan una pureza y un rigor extremados, a las que nunca traicionan ni relegan a segundo plano. 'No hay placer más complejo que el pensamiento y a él nos entregamos', dice el narrador de 'El inmortal', con frases que retratan a Borges de cuerpo entero. El cuento es una alegoría de su mundo ficticio, en el que lo intelectual devora y deshace siempre lo físico. Al forjar un estilo de esta índole, que representaban tan genuinamente sus gustos y su formación, Borges innovó de manera radical nuestra tradición estilística. Y al depurarlo, intelectualizarlo y colorearlo del modo tal personal como lo hizo, demostró que el español idioma del que solía ser tan severo, a veces como su personaje Marta Pizarro era potencialmente mucho más rico y flexible que lo que aquella tradición parecía indicar, pues , a condición de que un escritor de su genio lo intentara, era capaz de volverse tan lúcido y lógico como el francés y tan riguroso y matizado como el inglés.

Ninguna obra como la de Borges para enseñarnos que, en materia de lengua literaria, nada está definitivamente hecho y dicho, sino siempre por hacer"... "El juego y el humor rondaron siempre sus textos y sus declaraciones y causaron incontables malentendidos. Quien carece de sentido del humor no entiende a Borges. Había sido en su juventud un esteta provocador y, aunque luego se retractó de la 'equivocación ultraísta' de sus años mozos, nunca dejó de llevar consigo, escondido, al insolente vanguardista que se divertía soltando impertinencias. Me extraña que entre los infinitos libros que han salido sobre él no haya aparecido aún el que reúna una buena colección de las que dijo. Como llamar a Lorca 'un andaluz profesional', hablar del 'doloroso Machado', trastocar el título de una novela de Mallea 'Todo verdor perecerá' por el de 'Todo lector perecerá' y homenajear a Sábato diciendo que 'su obra puede ser puesta en manos de cualquiera sin ningún peligro'. Durante la guerra de Malvinas dijo otra, más arriesgada y no menos divertida: 'Esta es la disputa de dos calvos por un peine'".



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