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¿Quién tiene la hegemonía?
Este año el euro seguirá fortalecido frente al dólar.
El riesgo para la Argentina es que “se importe inflación”.

Se evidenciaron signos de fortaleza de la economía de la Eurozona y el mundo está más atento que nunca a la evolución del crecimiento, de los precios y del tipo de cambio en el conjunto de países que comparten el euro y el Banco Central Europeo. El alza de tres puntos porcentuales al impuesto al valor agregado que implementó Alemania –por cierto, la primera economía de Europa y cuarta a escala mundial– no parece haber impactado, por lo menos hasta el momento, en el crecimiento del bloque. Según la estimación efectuada por la Oficina Nacional de Estadísticas, Eurostat, el PBI del bloque comunitario habrá crecido un 3,3% en el cuarto trimestre del año pasado, acelerándose fuertemente respecto de la suba de 2,7% verificada en el tercer trimestre, en un proceso claramente expansivo de la demanda agregada, sobre todo de la inversión y el sector externo.
Así, el 2006 cerrará para la Eurozona con un crecimiento del Producto Bruto Interno del 2,8%, superior en más de un punto porcentual al registrado al cierre del 2005, que fue del 1,6%.
Particularmente, el PBI de Alemania creció, según las primeras estimaciones, un 0,9% en el cuarto trimestre, lo que supone un 3,5% interanual y mejora las expectativas del 0,6 y el 3,2%, respectivamente, lo que permite revisar al alza en dos décimas el crecimiento para el 2006, que queda en el 2,7%.
La industria europea es un sector vital para el crecimiento de estas economías especializadas en la producción de bienes de alto valor agregado. La tendencia parece mostrar un ritmo de crecimiento sostenido del sector industrial comunitario desde el 2001 y la misma no parece revertirse. En particular, la producción manufacturera creció en diciembre del 2006 un 4%, acelerándose fuertemente respecto del crecimiento del 2,7% registrado en noviembre pasado.
En materia de precios, la región mostró un fuerte compromiso en los últimos años por reducir su nivel de inflación anual, y lo ha conseguido. El sistema  de metas de inflación implementado –que implica mantener un determinado nivel de precios como objetivo prioritario en el año– ha tenido un buen impacto en la sociedad europea. Habiendo cerrado el 2006 con una inflación minorista del 1,9%, por debajo del rango-meta fijado por el BCE en 2%, el inicio del 2007 parece que no traerá demasiados cambios. Específicamente, ya para enero se prevé que el IPC será una vez más del 1,9%, a pesar de los temores sobre el impacto de la suba de 3% del IVA alemán.
Aun así, el BCE estima que la inflación podría situarse durante este año levemente por encima del 2% deseado debido a un previsible incremento en los salarios y a efectos de segunda ronda relacionados con las pasadas subas del precio del petróleo.
En lo que respecta a la moneda, se destaca que el euro ha venido ganando terreno frente al dólar y se presenta en cierta medida como una amenaza para dicha divisa, que nunca antes se había encontrado en esta situación de incertidumbre en las transacciones internacionales y había ocupado siempre el rol de moneda hegemónica mundial.
En el 2006, el precio relativo de la moneda de la Eurozona mostró una suba, de punta a punta, del 11,8% frente a la norteamericana, logrando alcanzar un pico de 1,32 dólares por euro a fines de ese año.
Es oportuno mencionar que, desde la creación del euro en el ’99, nunca se había observado una situación en la que el BCE llevara adelante una política monetaria restrictiva mientras que  Estados Unidos mantuviera una política inversa, como ocurre en la actualidad.
La expectativa de nuevas subas en la tasa europea es compartida por los analistas. Luego de la reunión del Comité de principios de febrero, Jean Claude Trichet –máxima autoridad del BCE– declaró que se necesitará “una vigilancia fuerte” para evitar “que los riesgos afecten la estabilidad de precios”. Ello incrementó las expectativas de que el BCE realice un nuevo ajuste en marzo y que luego quede a la espera de los resultados macroeconómicos para decidir si pone fin  al actual ciclo de ajustes.
Ahora, ¿alguien puede pensar que sólo con el esfuerzo del Banco Central Europeo se pueden contraer los excedentes de liquidez internacional actuales? Es probable que la suba de un cuarto de punto porcentual del BCE solamente implique una pausa en este escenario de auge. De todas formas, todavía son buenas las perspectivas de los mercados de activos financieros y de bienes comercializables.
Creemos que, hoy por hoy, “el que apuesta al dólar pierde”. Conviene posicionarse en euros en lugar de hacerlo en billetes verdes, porque se espera que la moneda estadounidense aún no se recupere frente a la europea. Según JP Morgan, el dólar ponderado por su peso en el comercio mundial ha perdido un 25% en los últimos cinco años.
De esta forma, el euro seguirá su paso fortalecido frente al dólar a lo largo de todo este año. Si bien es extremadamente difícil una previsión de largo plazo del comportamiento de las monedas duras de la economía mundial, es destacable la corta vida del euro y cómo logró posicionarse. Así, surgen dudas sobre los impactos que tendría el cambio de hegemonía mundial, en particular para nuestro país. Es cierto que la amenaza está latente, pero está claro que difícilmente se concretará en el corto y mediano plazo.
En lo que respecta a nuestro país, en el futuro inmediato puede decirse que los precios de los “commodities” valuados en dólares se mantendrán caros en términos relativos. En segundo lugar, la política del BCRA de sostenimiento del tipo de cambio competitivo, aunque tal vez parcialmente compensada por un incremento de la Fed Fund Rate a mediados del corriente año, se verá facilitada, al permitir que la divisa argentina se deprecie al ritmo a que lo haga el dólar, por el mantenimiento de la pseudoconvertibilidad que viene aplicando la autoridad monetaria.
En tanto, habría que considerar otro posible efecto de un euro más fuerte para la Argentina: que, como resultado del encarecimiento de las compras de bienes de capital a países de la Eurozona, “se importe inflación”, lo cual dificultaría uno de los principales objetivos del gobierno en materia económica para este año.

SANTIAGO DONATO Y
SOLEDAD PEREZ DUHALDE 
Consultora Exante

 



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