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Súper renta petrolera
Las ocho firmas más grandes obtuvieron beneficios por
u$s 150.000 millones. El aumento en el precio del petróleo explica en gran parte esta situación.

Las principales compañías petroleras mundiales acumularon 150.000 millones de dólares en beneficios en el 2006, más que la riqueza anual producida por países como Venezuela o Israel, lo que reaviva el debate sobre la imposición fiscal de sus ganancias.
A imagen de los demás “majors”, el grupo petrolero francés Total anunció un beneficio record de 12.585 millones de euros (16.397 millones de dólares) en el 2006, el mayor registrado jamás por una empresa francesa. El presidente saliente del grupo, Thierry Desmarest, que cedió el martes las riendas a su sucesor Christophe de Margerie, se congratuló por el crecimiento de Total, convertido en una “nueva major petrolera” desde su llegada al cargo en 1995.
Clasificadas por su beneficios, las ocho principales compañías petroleras mundiales –la estadounidense ExxonMobil, la anglo-holandesa Shell, la británica BP, la estadounidense Chevron, Total, la brasileña Petrobras, la rusa Lukoil y la noruega Statoil– obtuvieron en total 150.000 millones de dólares de beneficios en el 2006.
Comparativamente, Venezuela con sus 27 millones de habitantes produce menos riqueza (138.000 millones de PBI en el 2005, según el Banco Mundial), e igual ocurre con Israel, Malasia o República Checa. Las cuatro primeras “majors” del sector, con más de 100.000 millones de dólares, generan una riqueza comparable con la de Filipinas, Rumania o a la que producen los 131 millones de habitantes de Nigeria.
Es el aumento de los precios del petróleo crudo, que en el 2006 se dispararon hasta un record de 78 dólares el barril en agosto, lo que explica la magnitud de estos beneficios.
Estas ganancias record propulsaron a las compañías petroleras hacia posiciones de líder entre las empresas mundiales. Así, ExxonMobil destronó a General Electric como la primera empresa en términos de capitalización, según una clasificación del 2006 establecida por el Financial Times. Entre las diez primeras sociedades de esta clasificación, cuatro pertenecen al sector petrolero o del gas. Por ello se elevan numerosas voces pidiendo que se fije una imposición fiscal sobre esos enormes beneficios.
En Estados Unidos, Douglas Heller, de la Fundación para los derechos de consumidores y contribuyentes, opina que “no se fiscaliza bastante a las compañías petroleras”. Habría que “imponer fiscalmente esos superbeneficios,  para financiar el desarrollo de las energías alternativas y para restituir al consumidor una parte de este maná”, asegura, citado por el diario francés “La Tribune”.

Automotriz en crisis

Nueve años después de la unión entre Daimler-Benz y Chrysler, el grupo atraviesa su peor crisis y comienza una profunda reestructuración de su filial estadounidense Chrysler, que además de los anunciados cierres de fábricas y el recorte de 13.000 puestos de trabajo podría suponer incluso su venta.
De hecho, el consorcio de Stuttgart anunció que no descarta “ninguna opción” para reestructurar su filial estadounidense. Lo cierto es que de elegir esta vía se trataría del momento más difícil de Dieter Zetsche, presidente del grupo germano-estadounidense.
Zetsche anunció que está estudiando todas las opciones para “apoyar y acelerar el programa de saneamiento” y que buscará la colaboración con otros socios para mejorar su situación actual. “Nuestra meta es alcanzar la mejor solución posible para DaimlerChrysler y para la filial estadounidense Chrysler”, añadió el directivo. La alemana Daimler-Benz y la estadounidense Chrysler (que reúne las marcas Chrysler, Jeep y Dodge) se unieron en el año 1998 pero desde el 2000 sus resultados económicos fueron negativos. Con estas medidas, el grupo confía en lograr un ahorro de costos de unos 3.500 millones de euros (4.600 millones de dólares) en los próximos tres ejercicios.

 



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