WASHINGTON (AFP).- América Latina tiene buenas reservas de energía, pero la falta de integración en este sector en la región hace que se desaprovechen las “complementariedades” entre países, catorce de los cuales padecen problemas de abastecimiento, explicó el secretario general de Olade, Alvaro Ríos Roca. América Latina tiene “un sector energético bastante abundante en relación con su demanda”, dijo Ríos Roca en entrevista con AFP en Washington. Existe un “74% de potencial hidroeléctrico que no se está utilizando adecuadamente, que es necesario usar y que es base de la integración energética que puede ocurrir en el Cono Sur y también en Centroamérica y hacia México”, expresó el titular de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade). América Latina “tiene de 32 a 33 años de reservas de producción (disponibles) tanto en gas como en petróleo”, señaló. A pesar de esta situación ventajosa en relación con otras regiones del planeta, algunos países del subcontinente –como República Dominicana, Chile, Uruguay, Ecuador, Argentina y Cuba, entre otros– padecen su dependencia energética y sufren un alto impacto por los elevados precios del crudo. Ríos explicó que la situación actual puede explicarse a partir de tres factores: “falta de planificación, de inversión pública o privada en el sector energético y de entendimiento político para usar la integración energética”. “Lo racional desde un punto de vista económico y de integración –y de vínculo– es construir muchas más redes eléctricas y gasoductos. Sería lo óptimo, porque hay unos países que lo demandan y otros que lo ofertan”, indicó. “Los países no han sabido planificar la entrada del sector privado (al campo de la energía) a partir de la década de los ’90. Si bien (el sector privado) hizo altas inversiones, fueron hechas con un solo objetivo: la rentabilidad. No hubo planificación en el desarrollo nacional ni regional”, esgrimió. Ríos, que dirige una organización que agrupa a 26 países del continente americano, insistió en que la región debe aprovechar el hecho de que hay oferentes y demandantes de energía. Para explicar el punto, puso el ejemplo del Cono Sur que, señaló, es deficitario en gas natural, incluso si se cuentan las extensas reservas probadas de Bolivia. “Si Bolivia no se lo da (el gas) a Chile, ni a la Argentina ni a Brasil y si Venezuela no se lo da a los países vecinos, ¿dónde lo tendrían que llevar? Fuera del continente, y el problema del gas natural es el costo de su transporte”, sostuvo. Según la Olade, hacia el 2018 la región podría ahorrar hasta 90.000 millones de dólares vendiendo internamente el gas. “La integración energética latinoamericana pasa más por un desarrollo de infraestructura y de necesidades de países vecinos y que están próximos”, resumió. Ríos Roca notó que en la región la “tendencia” es refortalecer, refundar o crear nuevas empresas estatales en el campo de la energía. “Hay una tendencia clara de que vamos a tener empresas estatales para largo” en el sector energético, “pero no hay denegación de ninguno de los países de América Latina a la inversión privada”, señaló. “Cerrar el aparato al sector privado... no hemos visto esto en ningún país latinoamericano. (...) Toda la región está abierta a inversiones privadas, pero creo que el contrato es con nuevas condiciones de juego”, matizó. En este contexto, el titular de la organización señaló que es necesario que las empresas estatales de energía sean “eficientes”, con una “estructura corporativa dinámica, rápida y moderna” y “que se puedan asociar con el capital privado y formar alianzas”. Ríos Roca también se refirió a las posibilidades de desarrollo de formas de energía alternativas a las tradicionales en América Latina. “Latinoamérica tiene un gran potencial para las energías alternativas, especialmente biocombustibles, con el liderazgo de Brasil”, sostuvo. “El mundo y Latinoamérica tienen que empezar a mirar combustibles alternativos en el largo plazo” a pesar, en el último caso, de tener buenas reservas, manifestó. Pero el primer paso para América Latina en materia energética sería “integrarse a sí misma”, insistió.
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