José Acasuso era el as de espada del equipo de Luli Mancini. Pero no fue "Chucho" quien puso finalmente el pecho en la circunstancia más adversa, sino un pibe de 18 años, de rostro aniñado y perfil bajo, que le dio a la Argentina el pase a los cuartos de final, camino a conquistar una Ensaladera de Plata que hasta ahora le es esquiva.

Juan Manuel del Potro estaba en los cálculos de pocos. De entrada, cuando David Nalbandian se bajó de la serie y se quedaron afuera también Chela y Calleri, se dijo que el juvenil tandilense viajaría rumbo a Linz para ir ganando experiencia.

Pero se dio lo imprevisible: Acasuso acusó las varias horas de partidos (en single y dobles) y Juan Martín saltó a la cancha para enfrentar a la segunda raqueta austríaca. Jurgen Melzer, 30 del mundo, se topó ante un muchacho guapo, al que los nervios no le jugaron en contra y con un enorme potencial.

Fue así que a Del Potro, el jugador más joven entre los 100 primeros del ranking de la ATP (está 67), jamás le tembló la muñeca, desnudó una enorme madurez y desató un festejo albiceleste que se ahogó el sábado cuando cayó casi sin atenuantes la dupla de 'Chucho'-Sebastián Prieto.

Durante casi todo el partido, Juan Martín evidenció serenidad en situaciones claves y apenas un par de altibajos.

Otro dato que deja al descubierto la madera con la que está hecha Del Potro.

El de ayer no sólo fue su debut en Copa Davis, sino que además fue el segundo juego en su carrera que llega hasta el quinto set, como aquella vez en segunda ronda de Australia, ante el chileno Fernando González.