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SUBLIME, EN EL ESTE
La naturaleza se impuso como referente principal en EL diseÑo del arquitecto Edgardo Minond sobre las cadenas de sierras de la Ballena, a minutos de
Punta del Este.

A metros del cruce entre la ruta 9 y la 2, sobre la cadena de sierras de la Ballena y a minutos de Punta del Este, esta casa se yergue solitaria, dominando el paisaje en forma sutil pero definitiva: al unísono pareciera desprenderse naturalmente del cerro y conquistar los paisajes que se extienden, uno tras otro, hacia el horizonte.
Este efecto tan particular sólo pudo ser imaginado y concretado por Edgardo Minond, un arquitecto argentino para quien la estética y la nobleza del proyecto van de la mano.
La naturaleza se impuso como referente en el diseño y la construcción del proyecto. El terreno se extiende a lo largo de 20 hectáreas y se asienta sobre un cerro que se eleva a 220 metros sobre el nivel del mar. Cuando Minond visitó el área por primera vez no había camino para llegar al cerro, no había sistema de desagüe ni agua potable (hubo que hacer perforaciones de hasta 70 metros) y tampoco luz eléctrica. Lo único que encontró fue la piedra blanca y grisácea característica del lugar, algunos arbustos y matorrales altos y, como no podía ser de otra manera en los senderos despoblados y cercanos al mar, mucho viento, mucha luz natural y escasa sombra. Sin embargo, la barbarie del paisaje no tardó en mostrar su perfil cautivador. La laguna del Sauce a escasos metros y la posibilidad de observar paisajes a los 360 grados son elementos casi únicos para un arquitecto con experiencia. Dirigida por el uruguayo Rodolfo Asconeguy, la obra –que implicó desde la construcción del camino hasta la decoración de los interiores que estuvo a cargo de la arquitecta Margarita Descole, del estudio Minond- llevó un año y ocho meses.
Para el estudio de Edgardo Minond fue importante describir en el diseño de la casa una relación particular con el entorno en el que se construyó, a tiempo que se pensó en modificar el paisaje a partir de la arquitectura. Es desde este ángulo como mejor pueden apreciarse los distintos componentes de la casa, cuya relación con el contexto es diversa e independiente. El complejo, que cubre en su totalidad 800 m2 cubiertos, consta de tres partes: la casa principal, una vivienda del casero que incluye la sala de máquinas, la caldera, el depósito, el lavadero con un volumen de servicio y la casita de huéspedes y, por último -imposible no verla- la pileta.
La casa principal es un volumen que está construido en la parte más alta del cerro. Fue diseñada con el objeto de que los visitantes pudieran desde ella apreciar el paisaje y las vistas. Guiado por esta consigna, Minond pensó con precisión milimétrica la ubicación y tamaño de cada ventana, el posicionamiento de los paños y puertas y el direccionamiento de los volúmenes. Es así como la casa, de tres dormitorios, permite ver el paisaje enmarcado por el techo de la terraza o por las aberturas de las ventanas como si fuesen fotografías o cuadros paisajísticos.
La pileta es literalmente una raya de hormigón que se instala, irreverente, sobre la naturaleza. De por sí sus dimensiones, adecuadas a las necesidades del propietario, son extraordinarias (25 metros por 2.5). El paralelepípedo de hormigón está ubicado perpendicular a la pendiente y, en consecuencia, pareciera proyectarse hacia el vacío, hacia el horizonte. El efecto se ve reforzado por el “borde infinito” que crea la imagen visual del agua fundiéndose con el cielo. Iluminada y suspendida en el aire, asemeja un autopista en tensión con el paisaje circundante que se impone sobre el mismo, adueñándose de todo y de todos.
De mirada clara y tono tranquilo pero pensado, ni una palabra de más, ni una palabra de menos, el arquitecto Minond, muestra la serenidad de quienes, combinando ingenio, agilidad y talento, saben expresarse a través de la actividad que mayor placer les produce. En su estudio ubicado en Palermo Viejo cuelgan algunos de sus dibujos. En particular llama la atención aquel situado a la derecha de la puerta de ingreso, que muestra una calle de Nueva York. ¿Cuál será me pregunto, tal vez la 42?, mientras pienso en qué medida la arquitectura está relacionada al dibujo y la pintura y viceversa. Publicado en el libro Nueva York Minimalista, el dibujo muestra la versatilidad de este arquitecto para quien el dibujo, la fotografía y la arquitectura se superponen formando capas que resultan en magníficas construcciones y diseños. Capas que son combinadas y superpuestas con la ayuda de tecnología de última hora. Luego de dos minutos de charla, sin embargo, me convenzo de que además de talentoso, por sobre todo lo que pueda decirse sobre él, Minond es un hombre hábil, que sabe dónde y cuándo poner la primera piedra que devendrá en una construcción.
Comenzó a desarrollarse profesionalmente en 1975, trabajó casi siempre en forma independiente, pero se destaca por saber trabajar en conjunto con otros arquitectos -es conocida su vinculación profesional con el chileno Mathías Klotz, con quien construyó la casa matriz de María Cher y con quien trabaja hoy en la remodelación de un edificio antiguo para la empresa Turner int. Dicha dupla es una manifestación más de la versatilidad del arquitecto que, si bien tiene una mirada definida sobre los espacios sobre los cuales trabaja, se reconoce dúctil a la hora de proyectar diseños de la más variada índole. Dicha ductilidad puede admirarse también cuando se le pregunta sobre las obras que marcaron su camino. El rango del trayecto transcurrido abarca desde una escuela para sordomudas en Floresta (que hizo en 1984 luego de que ganara un concurso abierto por el Ministerio de Educación) hasta la refacción de un piso 40 en Nueva York lindero al MOMA, pasando por el proyecto de la casa de gobierno de Córdoba, la remodelación de una vieja fábrica de Chocolates devenida en un complejo de viviendas y esta casa de Punta del Este. Hay y habrá más, porque detrás de su mirada clara, este arquitecto junta maña, visión y tino.

La cocina  está separada del estar por una puerta corrediza. Tiene una isla central y una vista maravillosa al paisaje gracias a un enorme ventanal de piso a techo. El suelo está cubierto de la misma piedra laja que en el estar.

El living (13 m por 6 m) es el ambiente que integra todos los espacios de la casa principal. A cargo de Margarita Descole, se utilizó en su diseÑo madera  de lapacho, alfombras tejidas, cueros y piedra laja. en todo el estar Predominan los colores suaves y neutros, aunque con algunas gotitas de color intenso, en su justa medida, como el fucsia de las alfombras del noroeste argentino. Un sillón de rafia en compaÑía de dos silloncitos BKF.

La pileta de 25 por 2,5 METROS, la estrella del conjunto, es de hormigón y FUE construida EN FORMA perpendicular a la pendiente. Debajo de ella hay un baÑo turco de vapor. Iluminada y suspendida, SE asemeja A una autopista trunca sobre el paisaje DE la Sierra. Está rodeada POR un angosto deck y tiene ojos de buey a los LADOS. La base está forrada CON piedra agreste.

La terraza, que da hacia la laguna del Sauce, es un espacio muy amplio que permite ver el atardecer. Una de las dificultades que el arquitecto encontró al construir fue que la mejor vista no coincidía con la OPTIMA orientación. el oeste resultó una dirección complicada desde el punto de vista térmico porque el sol de la tarde calienta mucho LOS AMBIENTES. ESTO SE SOLUCIONO CON UNA TERRAZA ANCHA.

En TODO EL espacio semicubierto, EL ARQUITECTO diseÑO el techo con una suave pendiente en dos planos que se encuentran para crear un pliegue. por eso, cuando llueve, se genera una IMPONENTE cascada natural QUE SE UNE AL PAISAJE DE ESTE TERRENO DE VEINTE HECTAREAS EN EL QUE SE ENCUENTRA LA CASA. PARA UN MEJOR DISFRUTE DE LA NATURALEZA, LA VIVIENDA SE UBICO SOBRE EL CERRO, A 220 METROS SOBRE EL NIVEL DEL MAR.

Sobre las paredes exteriores Minond colocó piedra laja dispuesta en forma
horizontal DE MANERA ALTERNADA con planos blancos y listones de madera.

Contactos: Estudio Edgardo Minond; edgardo@minond.com.ar

 



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