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ĦAhora soy un chico cosmo!

Second Life logró lo improbable: convertirme en dos minutos en una especie de "chico cosmo" con cuerpo de patovica y actitud cool. En alguien que puede volar y conversar con un ogro, con una mujer intergaláctica o con un yeti bienintencionado.

No era lo que buscaba, pero suena bastante bien. Y, en verdad, de un poco de eso se trata todo esto: un mundo virtual que sobrevive gracias al lema de que "todo es posible" y la promesa de una segunda oportunidad, aunque más no sea en un mundo virtual.

Un juego que primero invitó a jugar y que rápidamente se convirtió en el refugio de los que fantasean por un ratito con ser otros. Bien diferentes.

Para poder entrar en este universo paralelo que ya va por los 2,3 millones de usuarios en todo el mundo primero se necesita un buen equipo (PC o MAC). Aunque el juego no consume mucha memoria, precisa de una buena placa de video para que se descarguen con calidad los diferentes escenarios. A partir de ahí, crearse una nueva identidad es más fácil que tramitar el DNI en el mundo real.

Lo primero es entrar en la web oficial: www.secondlife.com. Allí, el nuevo residente podrá descargar el juego gratis. Una vez instalado, hay que crear una cuenta en la que ya se elegirá el nombre que llevará su "nuevo yo" y luego se abrirá otra pantalla en la que el jugador elegirá su apariencia, sin restricciones de género o estilo. Ese "nuevo yo" se llamará avatar y probablemente luzca como la fantasía que cada uno proyecta de sí mismo. No por nada aquí sobran los tipos altos, los ojos azules, las mujeres delgadas, los bustos exagerados, las narices perfectas... se sabe: si hay complejos, no es necesario trasladarlos al mundo virtual.

Tras rellenar el resto de casillas sobre información personal (que no se mostrará en pantalla durante el juego) aparece la pregunta más temida: ¿qué modo de pago se utilizará? Si se rellena, vienen de regalo 250 lindens (el dinero oficial en SL). Si no, se podrá saltar este paso y hacerse ciudadano en forma gratuita. El cambio está a 300 lindens por un dólar americano.

Mi avatar se llama Said Burton y lo primero que encontró fue la isla de iniciación, creada para que los novatos aprendan los usos y costumbres del lugar. El idioma preponderante es el inglés, aunque la colonia de latinos va en aumento. Para hablar con los otros avatares se usa el chat, que también viene incluido, y para transportarse a la ciudad se puede volar, la manera más rápida para moverse en un mundo tan inmenso que ya ha superado la extensión de la mismísima Boston. Para conseguirlo, el programa incluye botones para poder obtener estos recursos.

Sexo, drogas y rock and roll. Un primer recorrido por la ciudad lleva inevitablemente a cualquiera en busca del triunvirato más famoso: sexo, drogas y rock and roll. Y por aquí es sencillo encontrarlo. En SL una prostituta virtual puede ganar hasta 10.000 lindens por semana a cambio de cibersexo (chats con contenido erótico), aunque necesita adquirir un cuerpo y un vestuario atractivos, además de animaciones para su avatar y un local donde ejercer. En general, cobran entre 100 y 500 lindens por turno y la diversidad es lo más atractivo del juego. Boliches hay muchos: Inferno, Someplace Else, Paradise (con banda en vivo), Bad girls y Studio 54 (como la famosa disco neoyorquina) son los más concurridos. En nada difieren de los terrenales, aunque todo aquí luzca más relajado y espontáneo. Mi nueva amiga se llama Cristal y apenas la conozco me cuenta un detalle: "Si te fumás un porro, cuando caminás tu avatar pierde la estabilidad... es súper divertido!", me dice en un inglés de manual, y yo le creo. En SL todo es posible.

Money, Money. SL también se convirtió en un fabuloso mundo para los negocios. Comprar un terreno de 512 m2 virtuales cuesta al cambio unos pocos dólares, además de una pequeña cuota mensual por su uso. Para los más fanáticos, una isla entera sale, por 375.000 lindens, unos 1.250 dólares. Entre los propietarios de islas se encuentra el empresario e inversor

Joi Ito, conocido entre otras cosas como director de Technorati, una página de búsquedas de blogs. Ito utiliza la isla como sala de conferencias y exposiciones.

Otro famoso personaje de SL es Anshe Chung, una profesora de Lengua nacida en China que vive en Frankfurt. Chung tiene un negocio inmobiliario. Compra parcelas de terreno a bajo precio, construye en ellas departamentos, complejos de vacaciones o mansiones y luego los vende o alquila a precios más altos. La fortuna de Chung se estima en 75 millones de "dólares linden", unos 250.000 dólares. Su empresa virtual tiene 17 empleados reales, repartidos entre EE. UU. y China.

Diarios, radios y conciertos. Second Life también tiene sus propios medios de comunicación: el diario online "Second Life Herald" y el semanario "Metaverse Messenger". Pero también otros medios transmiten en directo para esa comunidad de ciudadanos y sobre todo grandes consumidores. Hace unas semanas, la cadena Ser, de España, se convirtió en la primera radio en español en transmitir para el mundo virtual y Bild.T-online, que edita el diario sensacionalista alemán "Bild", acaba de lanzar la primera edición de la revista The Ava Star en Second Life. La revista se ocupa de las noticias más escandalosas que surgen en el mundo virtual en lengua inglesa y será gratuita. También el diario "El País" de España ya vende su edición en los quioscos de este mundo paralelo.

Pero también hay conciertos. El pasado 13 de mayo la emisora Radio 1 de la BBC decidió ofrecer en Second Life su festival musical del fin de semana, que se celebra en el mundo real en Dundee, Escocia. La cadena creó un área de conciertos virtual con grandes pantallas de video, donde los avatares se podían teletransportar y ver en directo a Pink, Snow Patrol o The Streets, entre otros grupos. Para los que preferían quedarse en su casa (virtual) la BBC creó aparatos de radio virtuales por los que sonaba la música del concierto, que además se podían duplicar gratuitamente y regalar a otros usuarios.

Por ahora nadie se anima a predecir en qué terminará este universo paralelo que suma fanáticos y críticas con la misma intensidad. Como tampoco hay una respuesta única para la pregunta que se hacen muchos: ¿qué hace necesario crear un universo paralelo para que miles de personas busquen allí lo que no encuentran aquí?

ADRIAN ARDEN

adrianarden@rionegro.com.ar



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