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Al borde de la extinción
En la Argentina hay 800 poblaciones rurales que están en serio riesgo de desaparecer

El 40% de los pueblos rurales argentinos corre riesgo de extinción, porque sus habitantes migran para estudiar o buscar trabajo y no regresan, según un grupo de especialistas que cruzó datos recientes con los últimos censos nacionales.

Los pueblos "en crisis o riesgo de extinción" son los que tienen menos de 2.000 habitantes y cuya población disminuyó más del 10% entre un censo y otro; según las últimas proyecciones, unas 800 poblaciones de todo el país están en esta situación.

Los investigadores sostienen que la merma comenzó en 1960 y se agudizó con los años: luego de que el Censo Nacional de 1991 registrara 430 pueblos "en crisis", en el 2001 la cifra ascendió a 602, en tanto que 128 poblaciones crecieron menos del 10% y 90 desaparecieron.

"La extinción de los pueblos favorece el éxodo a las grandes ciudades, que no están preparadas para recibir a esta gente, que termina viviendo en forma muy precaria", afirmó a Télam Marcela Benítez, geógrafa y fundadora de la organización Recuperación Social de Poblados Nacionales que Desaparecen (Responde).

"Las expectativas de mejorar la situación económica y la calidad de vida no siempre se cumplen destacó la geógrafa, pero como el pueblo ofrece aún menos oportunidades de desarrollo que la ciudad, son pocos los que vuelven".

"Hay pueblos que de un censo a otro se volvieron parajes de 300 ó 400 habitantes que tienen planes de irse", graficó el director del área de proyectos de la organización, Alvaro Zone, y afirmó que, históricamente, el factor que más contribuyó a la extinción fue la suspensión del ferrocarril.

En Ñorquinco un paraje situado a 200 kilómetros de Bariloche, en Río Negro, que a principios del siglo XX era el poblado más importante de la zona y paso obligado del tren "La Trochita", que transportaba lana, hoy viven unas 400 personas. "Con el cierre del ferrocarril, el pueblo se extinguió", lamentó el párroco del lugar, José Luis Genaro. Muchas de las familias que viven en Ñorquinco son mapuches que crían ganado ovino y que hace tres años ni siquiera tenían una escuela secundaria donde mandar a sus hijos.



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