Todo comenzó con un solo operario. La adhesión creció hasta llegar a los 600 trabajadores de paro, para terminar en un rotundo fracaso con despidos masivos. El conflicto que afrontaron los obreros de la perforadora Pride Internacional sólo demostró que los reclamos en el ámbito petrolero de Río Negro y Neuquén son exclusivos del sindicato petrolero, que gobierna desde hace años Guillermo Pereyra. Los trabajadores reclamaban no sólo exenciones al pago del impuesto a las Ganancias sino además un aumento efectivo en sus salarios para equipararlos a los que cobran los empleados de las petroleras. El conflicto adquirió dimensión nacional porque el sector venía de un paro general. Los ejemplos del fracaso de los paros extrasindicales sobran para demostrarlo, ya que en los últimos ocho años, el sindicato de Pereyra realizó una veintena de medidas de fuerza, algunos con afectación de la producción, y la totalidad de los reclamos fueron cumplidos por las compañías petroleras. No es casualidad que el único paro no sindicalizado fuera un fracaso, incluso preanunciado por el mismo Pereyra. Pride despidió a 60 trabajadores. Cientos de amigos y compañeros de trabajo diario quedaron enemistados, ya que las voces que se alzaron durante los primeros días de la medida, que aseguraban a los cuatro vientos: “Si tocan a uno de nosotros nos tocan a todos compañeros”, se acallaron rápidamente. Desde el operario que se subió a la torre del emblemático equipo de pulling 206 hasta quienes soportaron los diez días del paro en la locación con una toma virtual del área de trabajo, fueron sancionados por la empresa con el “despido con causa”. El sindicato de Pereyra no tomó acción, ya que la mayoría de las personas afectadas por los despidos no estaban bajo el convenio colectivo de trabajo de ese gremio. En los últimos días, “Río Negro” entrevistó a algunos de los operarios que quedaron fuera y todos coincidieron en la decepción por la actitud de sus ex compañeros de trabajo. Se coincide en Rincón en el hecho de que la empresa mostró una falta de manejo total para controlar la situación en el campo, tomando una postura que reprochan muchos rinconenses, la de abandonar la ciudad por no tener garantías de seguridad en el trabajo, según declararon en una solicitada. UNA INTERNA El conflicto de Pride comenzó pocos días antes de una peleada elección interna del Movimiento Popular Neuquino, en la que uno de los tres candidatos era precisamente la mano derecha de Pereyra en Rincón, el delegado general Marcelo Rucci. En varias conversaciones telefónicas con este diario, Rucci aseguró que lo que estaba ocurriendo era una jugada política de sus adversarios, situación que los mismos operarios de paro salieron a desmentir. Sin embargo, la presencia de los candidatos opositores a Rucci en el pozo tomado, jugando al truco con los trabajadores de paro y compartiendo mates con tortas, daba credibilidad a lo expuesto por el petrolero. Lo concreto es que Pride terminó despidiendo a los trabajadores que protagonizaron el reclamo, sin que ningún ente, gremio u organización saliera a atender la situación. El conflicto de la empresa estadounidense marcó un antes y un después en las acciones no gremiales, dejando claramente expuesto que “los paros en Rincón de los Sauces, si no son de Petroleros Privados, no son de nadie”. (ARS) Dos años más de crisis Los faltantes de energía y el riesgo de apagones se van a mantener por al menos dos años más, según un estudio elaborado por la consultora Informes Económicos Sectoriales (IES). “Las expectativas para el sector se mantienen inciertas, aunque aparecieron algunas señales positivas vinculadas con la adjudicación del equipamiento para las centrales eléctricas y la financiación para las obras de transporte eléctrico”, afirma en su ultimo estudio. La consultora señala que “en el segmento petrolífero, si bien se anunciaron inversiones, están destinadas a optimizar la explotación de pozos existentes y sólo en escasa medida a nuevos pozos”. “Aun en el caso de que las inversiones previstas resulten exitosas, la emergencia energética se mantendrá por un período mínimo de dos a tres años”, advierte el informe privado. IES destaca que durante los primeros nueve meses del año la producción de energía eléctrica trepó un % con relación a iguales meses de 2005, en tanto que la de gas natural lo hizo en un tibio 0,4. La producción de petróleo sigue inmersa en un sendero decreciente, al caer un 1,6%, y continúa con la tendencia depresiva de los últimos 6 años para el período de 9 meses, destaca la consultora. En cuanto a los precios, IES señala que mientras los precios minoristas de la electricidad se mantuvieron estables y los mayoristas tuvieron aumentos moderados, los correspondientes al gas (en el tramo mayorista) tuvieron subas que oscilan entre el 43% en el período anual contra octubre de 2005. En cambio, los precios mayoristas del petróleo en el mismo período se contrajeron un 0,2%, debido a la baja en el precio internacional del crudo en el tercer trimestre, aunque según indica IES “se mantienen un 618% por encima del mes previo a la devaluación”. La extracción de petróleo alcanzó en los primeros 9 meses los 28,7 millones de metros cúbicos, lo cual representa una merma del 1,6% con relación a los 29,1 millones de metros cúbicos extraídos en igual período de 2005. “En septiembre de 2006 se cumplieron 30 meses de caída interanual casi consecutiva, medida mes contra mes, que se cortó en junio y septiembre de este año. A la vez, la producción del período es la menor desde 1995”, señala.
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