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Nueva ley para las cajas de crédito cooperativas

BUENOS AIRES.- Antes de marzo de 2007, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) daría a conocer la reglamentación de la ley 26.173 hasta se comprometió a consultarla, previamente, con legisladores nacionales, que modificó y desreguló el funcionamiento de las cajas de crédito cooperativas. Aunque la norma respetó el espíritu de la anterior 25.782, incluyó aportes consensuados por representantes del BCRA, el INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) y el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), entre otras entidades.

En las postrimerías del año que concluye, tuvieron en cuenta que apenas el 36% de las localidades con menos de 10.000 habitantes tenía cajeros automáticos y sólo el 49% sucursales bancarias. Sin embargo, la mayoría de las 200 pequeñas ciudades sin adecuadas prestaciones, atravesaba una situación inmejorable por el crecimiento productivo desarrollado desde la devaluación. Como la ley apunta a incrementar la bancarización en áreas geográficas desatendidas, las micro, pequeñas y medianas empresas de las zonas beneficiadas mejorarán sus accesos a los créditos.

En el 2003 se aprobó la ley 25.782 que modificó la carta orgánica del BCRA y habilitó el funcionamiento de las cajas de crédito cooperativas, pero surgieron trabas que conspiraron contra su desarrollo.

Ahora, se planteó el resurgimiento de estas cajas, por la posibilidad de que puedan recibir depósitos a la vista en cajas de ahorro y a plazo, sin límites; debitar letras de cambio contra tales depósitos; conceder créditos y otras financiaciones el 75% en el área de influencia; otorgar avales, fianzas y otras garantías, y efectuar inversiones transitorias.

Entre las diferencias con la ley anterior, figuró un límite de hasta 20.000 pesos, que sólo podría modificar el BCRA. Cada caja deberá operar "preferentemente" con asociados radicados o que realicen sus actividades en el lugar donde esté autorizada a actuar. Deberá constituirse como cooperativa y distribuir sus retornos en proporción a los servicios suministrados, algo que se considerara cumplido cuando las financiaciones a los asociados no sean inferiores al mencionado 75% y permitiéndose destinar sólo hasta un 15% de los mismos a los no asociados.

En la ley 25.782, las cajas podían operar "única y exclusivamente" con sus asociados, que estaban obligados a realizar un aporte social mínimo y encontrarse radicados en el partido o división jurisdiccional equivalente de la respectiva provincia. Ahora, podrán solicitar la apertura de hasta 5 sucursales en la zona de actuación, cuando antes sólo podían tener una, y estarán obligadas a integrarse a organizaciones de segundo grado, aceptadas por el BCRA y el Inaes, de acuerdo con solicitudes del propio cooperativismo.

Existe la intención de revitalizar cajas con una importante evolución en las décadas del '60 y '70 del siglo pasado. No obstante su funcionamiento autorizado por la citada ley 25.782, reglamentada un año después, tuvieron escaso desarrollo, quizás por las limitaciones para implementarla.

Un par de años atrás, subsistió la redacción original del artículo 9º de la ley 21.526 que, en contradicción con la realidad histórica, sugirió que las cajas se organizaran como sociedades anónimas y excepcionalmente como cooperativas. El fracaso de la ley 25.782 se atribuyó al BCRA, que en el 2004 reglamentó la circular A 4.183, que dejó afuera cualquier posibilidad de armado de una cooperativa si alguien pretendía cumplir todos los requisitos. Esto fue reconocido por la institución monetaria, que en el mismo año aprobó la circular 4.421 que incurrió en el mismo error al elevar el monto máximo por captarse y flexibilizar la integración de capital. Entre tantas exigencias, se establecía que los integrantes de los consejos de administración de las cajas debían tener experiencia en el sistema financiero. Por eso se insistió, incluso en el ámbito legislativo, que de no resolverse tales cuestiones, seguramente se seguiría fracasando

En las postrimerías de este 2006, existían 19.972 cooperativas autorizadas, de las cuales 297 eran de crédito y 214 de consumo (ver cuadro). Los bancos no llegaban o suministraban servicios insuficientes en 550 localidades hubo quienes citaron 700, cuyos productores, comerciantes, industriales, profesionales, jubilados y pensionados debían viajar más de 50 kilómetros para efectuar cualquier transacción.

Para efectuar propuestas para la elaboración de la ley 26.173, el BCRA tuvo el apoyo técnico del Banco Central de Italia, donde funcionaban más de 1.200 cajas, fenómeno que incluso se advertía en Alemania, España y Canadá. De cualquier manera, se sabe que las entidades de marras, en la Argentina y el resto del mundo, no son rentables si no alcanzan una escala suficiente, y si no son rentables no están en condiciones de competir con los bancos.

Pronósticos sumamente interesados dejaron entrever que entre las nuevas cajas por constituirse, no faltarían las pergeñadas por cooperativas de servicios públicos y agropecuarias, que de esta manera estarían en condiciones de ofrecer más servicios a asociados y clientes.

MIGUEL ANGEL FUKS

Cada entidad deberá operar "preferentemente" con asociados radicados o que realicen sus actividades en la zona donde esté autorizada a actuar. Según pronósticos interesados, entre las nuevas entidades que operarían no faltarían cooperativas de servicios públicos y agropecuarias.



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