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\"Soy el más grande escritor policial que jamás ha vivido\" | ||
Entiendo que será el anfitrión del primer episodio de la nueva serie "Murder by the books", en el que explora un caso no resuelto, singular y angustiante, el homicidio de su madre, que ocurrió cuando usted tenía 10 años. ¿Qué lo indujo a regresar a ese caso en este momento? Si yo pudiera abolir un concepto del lenguaje, ese sería el de caso cerrado. Mi madre y yo continuamos. Su fuerza, pura, femenina, compleja, ambigua, desconsolada, me acompaña hasta hoy. Ha pasado una década desde que usted relató la historia de su muerte en "My Dark Places". Sin embargo, el tema parece obsesionarlo también en sus otras novelas, incluyendo su trilogía ambientada en el universo del hampa de la "Era preReagan". Lo que me gusta de la 'Era' sobre la que estoy escribiendo, que va de 1958 a 1972, es que el mandato anticomunista justificaba virtualmente cualquier tipo de actividad clandestina. Me gusta explorar el juego de la conveniencia extrema. ¿Qué opina sobre formas más contemporáneas de la conveniencia extrema, como las medidas antiterroristas practicadas por la administración Bush? No sigo la política contemporánea. Vivo en un vacío. No leo libros. No leo diarios. No tengo televisor o teléfono celular o computadora. Paso mis tardes usualmente recostado en la oscuridad hablando con mujeres que no están en la habitación. ¿Quiere decir que están en el teléfono? No. Están metafísicamente. Cavilo. Cavilo sobre mujeres que estuvieron en mi vida. Mujeres que potencialmente pueden en el futuro se parte de mi vida. Ignoro la cultura reinante. No quiero entorpecer, debilitar ni subsumir mi imaginación con influencias irrelevantes. ¿Es esto una actuación? ¿Está usted tratando de hacerse pasar por un creador aislado que es una especie de personaje de novela de ficción criminal? No. No estoy actuando. Hay ocasiones en las que creo que no es muy correcto estar tirado en la oscuridad charlando con mujeres que no están realmente ahí. Y esto se convierte en una suerte de tormento solitario y frecuentado pero al final continúo haciéndolo. ¿Se considera a sí mismo como un novelista o un escritor policial? Soy un maestro de la ficción. También soy el más grande escritor policial que jamás ha vivido. Soy a la novela policial lo que Tolstoy es para la novela rusa y Beethoven a la música. ¿Cómo puede saberlo desde el momento en que usted no lee otros libros? Simplemente lo sé. Hay una hermosa línea de un poema de Thomas Lux: "Estás solo y sabes apenas unas pocas cosas". Yo simplemente sé que soy así de bueno. ¿Qué hay de Raymond Chandler, que escribió tan evocativamente acerca de Los Angeles antes que usted? El está notoriamente sobrevalorado. ¿Y con Dashiell Hammett, cuyo nombre es sinónimo de "hard-boiled"? Pienso que es realmente gran-de, sólo que yo soy mejor. Lea las cinco novelas de Hammett y dos de ellas no son buenas, "The Thin Man" and "The Dain Curse", y terminan por carecer de sentido. Como él, usted parece identificado con el cue-llo azul de los detectives, pero escribirá alguna vez sobre un crimen de cuello blanco? (Bostezo) ¿Qué me dice de las más recientes formas de actividad criminal como el robo de identidad? Creo que sé de que se trata eso. Alguien se apropia de los números de tu Visa y te carga los gastos. Básicamente. Usted se ha mudado a su nativa L.A. este verano. Sí, mi abnegada patria. ¿Tiene pensado quedarse? L.A.: venga en vacaciones, vaya a casa bajo libertad condicional. Usted es extrañamente alegre para describirse a sí mismo como un ermitaño. Por lo general soy feliz. Trabajo duro. Amo la vida. Y estoy teniendo una explosión.
DEBORAH SOLOMON (*) * La entrevista se publicó en el Magazine de "The New York Times" Traducción: Claudio Andrade |
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