PEKIN (dpa).- La creciente brecha entre ricos y pobres y la falta de una red de contención social se están convirtiendo en el principal obstáculo del boom económico chino. Por temor a tiempos más duros, los chinos prefieren ahorrar en lugar de consumir y fortalecer la demanda interna. Pero un consumo más alto sería muy deseable para nivelar los desequilibrios de la economía china. “La economía china está ante una encrucijada”, advirtió el economista jefe de Morgan Stanley, Stephen Roach, durante una conferencia en Pekín. El crecimiento chino depende demasiado del excesivo aumento de las exportaciones y las imparables inversiones en equipamiento, explicó. “Ninguna economía puede soportar tamaño desequilibrio entre oferta y demanda”. Desde que los comunistas chinos desmantelaron la red que sostenía los “danwei” (unidades de trabajo) desde los tiempos de Mao, cunde entre la población el temor al desempleo, la enfermedad o los altos costos para educar a sus hijos. Aunque la economía crece a razón del 10% anual, China está lejos de dar lo necesario a todos sus habitantes. Por el contrario, los ingresos del diez% más pobre incluso cayeron un 2,4% entre 2001 y 2004, según el Banco Mundial. El boom rescata a muchos de la pobreza, pero muchos otros quedan varados en el camino. Cerca del 70% de los más de 100 millones de chinos pobres perdieron su empleo, sufrieron malas cosechas o se quedaron sin ingresos por una enfermedad o un accidente, estima el Banco Mundial. Sólo las empresas del Estado echaron a la calle a 60 millones de trabajadores desde 1997. Las reformas de mercado frenan el consumo al despertar incertidumbre social. Los chinos tienen la tasa de ahorro más alta del mundo: un 30% de sus ingresos. La cuarta economía del planeta se sostiene en menos de un 40% sobre el consumo de su población, cifra que en los países desarrollados promedia el 65%. “Sólo cuando se reduzca el exceso de ahorro preventivo florecerá realmente la cultura de consumo china”, dice Roach. También el Banco Mundial presiona a China para que fortalezca su consumo interno y reduzca el superávit comercial y las inversiones de equipo. Nivelar estos desequilibrios es el mayor desafío que enfrenta China: “Equilibrar la economía significa un desplazamiento de la industria a los servicios, apoyarse más en la demanda local y crecer de manera proporcionada y ecológica”. A pesar de las maniobras de freno, los créditos y las inversiones siguen aumentando. Las exportaciones crecen a razón del 30% anual. El superávit comercial chino permitió que las reservas de divisas superen en noviembre el billón de dólares y se conviertan en las más cuantiosas del mundo. Lo que en otras economías se interpreta como una señal de buena salud desata en el caso de China reacciones proteccionistas del extranjero. La coordinación macroeconómica desde Pekín funciona cada vez peor. Bajo el lema “El cielo está alto y el emperador muy lejos”, provincias, ciudades y municipios siguen su propio camino de rápida expansión. Buscando beneficios, empleo y estabilidad social se han encontrado con el sobrecalentamiento, capacidades productivas ociosas y destrucción del medio ambiente. Hasta setiembre, el 50% de las nuevas inversiones en coquerías violaron las disposiciones de Pekín, reclama la Comisión de Desarrollo y Reforma. En la industria del carbón fue el 42%, en la del cemento el 35% y en la energética el 26%. “No es suficiente que Pekín envíe el mensaje”, se queja Roach. “Es responsabilidad de las autoridades locales completar el trabajo”. Balanza record PEKIN (AFP).- China proyecta un excedente comercial record de 168.000 millones de dólares en 2006, en alza de 65% respecto al año anterior. Esta proyección de las aduanas chinas se produce al día siguiente de la publicación de la cifra sobre el excedente comercial en noviembre -de 23.370 millones- lo que eleva el superávit a 157.000 millones de dólares en los primeros 11 meses del año. En 2005, el comercio exterior chino ya batió un record con un excedente de 102.000 millones de dólares. Algunos expertos opinan incluso que el superávit de 2006 será superior a esos 168.000 millones, ya que ello implicaría un excedente de solamente 11.000 millones para el último mes del año. “Prevemos un excedente de 25.000 millones de dólares en diciembre, lo que ubicará más bien en 182.000 millones de dólares (el superávit) para el conjunto del año”, subraya Stephen Green, economista en Shanghai de Standard Chartered. Este superávit es objeto de usuales fricciones entre China y sus socios comerciales, especialmente Estados Unidos, que piden una revaluación del yuan. Varios países occidentales alegan que el nivel artificialmente bajo de la divisa china otorga una ventaja indebida a sus exportaciones de China.
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