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“NO SE SI LO QUE HAGO ES ARQUITECTURA”
Rio Negro entrevistó al arquitecto Rafael Iglesia. Estuvo en Neuquén
por las Jornadas de DiseÑo Arquitectónico. "Prefiero la literatura
o la filosofía", confesó. Busca la originalidad pero no la novedad.
"Se agotó el modelo del Movimiento Moderno, y no hay nada superador".

Si tuviese que empezar de nuevo yo sería escritor, estudiaría filosofía, literatura, o algo así. Porque la arquitectura me parece que es una profesión bastante intrascendente. Lo que hacemos nosotros es intrascendente. Por eso me hubiera gustado dedicar mi vida a otra cosa".
De manera casi desafiante, comenzó Rafael Iglesia la extensa y sustanciosa charla con Río Negro, luego de la exposición que ofreció en el Museo de Bellas Artes de Neuquén, en el contexto de las Jornadas de Diseño Arquitectónico.
Los reconocimientos y los viajes caracterizaron la última etapa de la carrera del arquitecto rosarino, quién llevó durante este año sus pensamientos y obras a facultades de arquitectura de México, Ecuador, Perú, Colombia, Noruega y los EE.UU.
"Tuve 20 vuelos internacionales en 40 días y terminé muy estresado. Lo que me pasó es que estaba aceptando todo lo que me ofrecían, y me pasé de revoluciones. Ahora voy a seleccionar más detenidamente los viajes", explicó en un momento de la entrevista.
El extendido reconocimiento que se viene gestando en torno a la producción de Iglesia, es en los últimos años. "Todo lo que me está pasando debería haberme sucedido diez años antes", reconoció, y agregó: "pero en realidad yo empecé tarde. Recién a los cuarenta años comencé a hacer cosas diferentes, a pensar de otra manera".
Rafael Iglesia es sobrino del homónimo que brillara décadas pasadas en el movimiento del casablanquismo argentino(ver recuadro aparte).
Entre sus galardones más destacados se encuentran el primer premio en la IV Bienal Iberoamericana de Lima en el 2004 por su obra 'Parque de Diversiones' ubicado en el Parque de la Independencia de Rosario, el diploma de honor en la XIII Bienal de Arquitectura de Santiago de Chile en el 2002, o el segundo premio Mies van der Rohe de Arquitectura latinoamericana de Barcelona por su obra 'Casa en la barranca' en el año 2000.
"Uno de los problemas que tenemos los arquitectos es que nos estamos mirando demasiado entre nosotros y de esa manera todo es igual. Quizás por eso, cuando hago algo parece novedoso o una genialidad. Pero en realidad es una cosa primitiva que hace mucho que no se hace, nada más".
– ¿Porqué considera que la arquitectura es intrascendente?
 "Es que no cambiamos nada. Fue trascendente en el siglo veinte cuando cumplió un rol social, pero en el medioevo era como ser un pintor, el pintor de la foto, como la prostituta de la corte. Y creo que vamos hacia eso, a satisfacer un cliente. No a plantear problemas", sentenció el arquitecto de Rosario.
"Hoy el edificio es secundario, por eso en los nuevos paradigmas digo que la arquitectura es intrascendente. Se agotó el modelo del siglo pasado, y no hay nada superador, ninguno va más allá que la segunda línea del movimiento moderno. Se llegó a un punto límite. Por eso yo voy para atrás buscando alguna cosa diferente como para seguir avanzando".
Agregó además que "lo mejor ya pasó en arquitectura, por ahí queda alguna rendija que es lo que yo estoy buscando, incluso lo que hago no sé si es arquitectura. Quizá está más cerca de la escultura o de cualquier otra cosa. Voy tratando deliberadamente de no cumplir con las leyes de la arquitectura. Cuando hago una mesa con cuñas, lo que hago es hacer pesado lo liviano y viceversa, o sea lo contrario de lo que hace la arquitectura".
"Pero por otro lado estoy haciendo una mesa que es una palanca, y entonces digo que no hay nada más modernista que una máquina. Pero lo mío es un trabajo de contradicciones, que me parece es lo que me permite crecer".
"Yo empecé tarde. No sé como sigue esto. No sería descabellado que el año que viene me dedique a otra cosa. Me gustaría vender autos, que sé yo. Pero quizá también lo digo como ese tipo que se queja de la mujer, y no puede vivir sin ella".

FILOSOFIA PURA

"Está en realidad faltando una teoría filosófica que contenga al modelo actual, que conviva con la nueva tecnología, así como la democracia sostuvo a la revolución industrial.
En cambio ahora no está ese acuerdo entre los hombres para saber como contener a la tecnología.
Por ejemplo, se puede clonar a una persona y tenerla en un depósito para usarla cuando haga falta.
Pero eso está bien o está mal, todavía no lo tenemos definido.
Ahí es donde yo digo que está faltando ese nuevo cuerpo de ideas que le de sustento a lo que está pasando", señaló a Rio Negro Rafael Iglesia.
"En arquitectura pasa lo mismo.
Buenos Aires está sufriendo la falta de buenos arquitectos, porque ellos vivieron el movimiento moderno como una cosa estética, como un estilo, de la ética ni se acordaron.
En Brasil, por ejemplo es diferente, ellos ideológicamente son comunistas y encontraron relación entre la ética y la estética".
Por otra parte confesó "leo mucho a Borges, para mí es el mejor arquitecto.
Da unas nociones espaciales impresionantes. Construyo conceptos a partir de él, aunque parezca increíble. Agarro una frase de él y la trabajo".

CENTRALIDAD

"Cuando un avión para en Rosario bajan 15 personas, en cambio en Neuquén bajan 100. Una ciudad tiene atracción y centralidad cuando pasa esto: una importante cantidad de gente que entra y que sale".
A pesar de que trasciende en los medios nacionales el gran momento de la primera ciudad santafesina, Iglesia, fiel a su estilo irreverente, afirmó: "Rosario no tiene nada de esto. Tucumán, por ejemplo, tiene más centralidad que nosotros. En Rosario no tenés problemas de estacionamiento, aunque parezca mentira".
En otro momento el reconocido arquitecto señaló que "el grupo R tuvo mucho que ver en el desarrollo que tuvieron los arquitectos en Rosario, pero además entiendo que las cosas más importantes están pasando en las ciudades más chicas, porque hay más tiempo para pensar. Tiempo y la perspectiva. Es mejor analizar las cosas desde afuera".

SIN INFLUENCIAS

Consultado sobre su relación con el otro arquitecto Rafael Iglesia, el profesional del Grupo R explicó su primera experiencia como estudiante y el castigo que sufrió por "portación de nombre".
"Cuando iba a rendir Historia de la Arquitectura me dijeron que tenía el mismo nombre del entonces nuevo titular de la cátedra. Y yo, ingenuamente, respondí ah, sí, mi tío".
"Cuando salí del examen pensé, un cuatro saco seguro. Pero pasó lo contrario me mataron, uno creo que me pusieron. Estaba con tanta bronca que les dije, no me importa total después me toma mi tío".
Cuando él vino le contaron que me aplazaron mal porque creyeron que me estaba haciendo el vivo con el nombre", recordó Iglesia jocosamente.
La pregunta casi obligada tuvo como respuesta: "mi tío no tuvo nada que ver con mis estudios de Arquitectura, yo estudié eso como podría haber estudiado cualquier otra cosa", confesó.
El otro Rafael Iglesia, con una trayectoria importante en nuestro país, formó parte, junto con Fracchia, Gigli y otros, del estudio Onda Arquitectura, uno de los máximos exponentes del movimiento de las Casas Blancas de principios de los años 60, que tuvieron como protagonistas a Claudio Caveri y Víctor Pelli.

 



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