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Cada vez hay menos chicos en los intitutos | ||
La Ley de Patronato fue la primera ley de Minoridad en Argentina. Facultaba a los jueces para intervenir en la vida de cualquier niño considerado en peligro moral o material. Tucumán aún no tiene ninguna ley sobre protección integral de la infancia, existe un proyecto. Una iniciativa fue vetada en enero de 2006. Por Magena Valenté, diario "La Gaceta" de Tucumán integrante de la Red de Diarios en Periodismo Social. |
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Tucumán (Diario "La Gaceta"/ Red de Diarios en Periodismo Social).- Va y viene con su carretilla, cantando mientras arregla el jardín. El instituto Belgrano, donde se crió desde los 12 años, es su hogar, aunque por pedido de la directora se va a dormir a la casa de un pariente; él aceptó a regañadientes, a condición de que lo dejen volver por la mañana para "arreglar el jardín". "No me acostumbro a vivir en otro lado. Los extraño a los changos", confiesa con una sonrisa más de niño, que de adulto, a pesar de que tiene 28 años. En el Belgrano, Juan cumplió la última etapa de una "vida institucional", que comenzó en la Sala Cuna y siguió a los 6 años, en el hogar Eva Perón. No se queja. "Al principio cuesta un poco, hasta que uno hace amigos. Pero siempre es mejor que la calle. Aquí te dan todo y te enseñan oficios. El que quiere, estudia y se recibe, pero a mí siempre me ha gustado trabajar", dice mirando a lo lejos, desde un tronco que eligió para sentarse. En el instituto Belgrano hay 13 chicos de 12 a 21 años; 10 llegaron de otros institutos, y 13 fueron traídos por la policía, por reiteradas fugas del hogar, por carecer de guarda legal o porque sus familias no pueden contenerlos. "Tenemos un equipo de profesionales integrado por psicólogos y asistentes sociales que buscan reintegrar al niño en el hogar", explica la licenciada Nancy Valdez. "Cada vez tenemos menos chicos. Cuando llegamos había 46, pero los incluimos en distintos programas de inclusión", contó, orgullosa, la directora del hogar, Rosita Arias. Institucionalizar menos En Tucumán existen 11 institutos que alojan a 227 chicos, en su gran mayoría por "razones de asistencia": huérfanos, carecen de guarda legal, víctimas de abuso sexual o maltrato familiar, o en situación de abandono social. Apenas 37, todos de 14 a 18 años, están allí por conflictos con la ley : 36 varones están en el Roca, y una mujer, en el María Goretti (conviviendo con 18 chicas, de 12 a 18 años, sin causa penal). El 80% son situaciones judicializadas, donde el juez interviene, a pesar de que la Ley de Patronato de Menores ha sido derogada el año pasado, y reemplazada por la Ley de Protección Integral de Los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes. "Es todo un proceso. Fortalecemos la familia, a través de distintos programas para que los chicos puedan salir del instituto y crecer en familia", señala la secretaria de Políticas Sociales, Beatriz Mirkin. La provincia utiliza dos alternativas a la institucionalización: - el programa de Consolidación del Vínculo Familiar, a través de subsidios (desde $ 150) y asistencia multidisciplinaria a 406 familias con más de 1.000 chicos. - Y el programa de Familias Cuidadoras, integrado por 20 mujeres que cuidan y crían a 35 chicos abandonados, con discapacidad, abusados o con enfermedades graves como el sida. Andrés también vive en el instituto Belgrano y, como Juan, inició su "carrera institucional" en la Sala Cuna, hace 23 años. Pero a diferencia de su amigo, él quiere disfrutar de su "libertad". Dice que estudiar en el Colegio Nacional le permitió "darse cuenta" de eso, al ver cómo vivían sus compañeros en sus casas. Ahora quiere estudiar Abogacía para defender los derechos de los niños. A Juan, en cambio, la idea no lo seduce. "En el instituto no te falta nada, te dan todo", justifica. Tampoco piensa en casarse. "¿Novia? ¡No, nunca! Las mujeres traen problemas", bromea con una sonrisa pícara. TRES HISTORIAS DE AMOR: - Los ojitos de Raúl: Sandra Acosta había cumplido19 años de servicio en el hogar San Benito cuando le ocurrió lo que nunca se imaginó. "Hay alguna novedad", preguntó al tomar la guardia de la mañana. "Hay un chico nuevo", le contestaron. "Yo seguí haciendo mis cosas hasta que me topé con esos ojitos brillosos que me miraban. Raulito tenía 9 años y una leve discapacidad mental. Venía del hogar Eva Perón. Apenas me vio vino a mí y se me sentó en mis piernas. Lo empecé a llevar a mi casa los fines de semana, y ahora lleva el apellido de mi marido", recuerda feliz esta vecina de Bella Vista, madre de otros cuatro varones de 22, 17, 7 y 6 años. Sandra es una de las madres cuidadoras del programa de Políticas Sociales. - Gemelas felices: "Cuando me enteré que mis nietas estaban en el hogar Santa Rita, me dio mucha tristeza. Mi hija, la madre de las chiquitas se había ido y yo no tenía dinero para retirarlas. Pero por suerte me ofrecieron formar parte del programa Consolidación del Vínculo Familiar. No son más que $ 150 pero cada una, pero es algo", contó doña Amalia R, mientras las nenas jugaban con sus muñecas. - "Nos falta dinero para adoptar": Una llamada de una amiga los alertó de que había tres chiquitos en la Sala Cuna. Tenían tres años. "Pero no nos habían dicho que eran trillizos y que tenían discapacidad. Nosotros firmamos los papeles sin conocerlos y nos encomendamos a Dios. Hoy estamos en lista de adopción, con guarda judicial, pero nos falta dinero para adoptarlos. Nos dicen que un juicio cuesta $ 1.000 y que si son tres nenas hay que pagar $ 3.000", afirma con tristeza el padre, que en el programa de Familias Cuidadoras reciben un subsidio y atención médica para los chicos. EL FANTASMA DE LA DESNUTRICION :: María Angélica Gómez quiere olvidarse para siempre del trágico 2001, cuando su nieta Rosita se convirtió en la primera víctima de la desnutrición. La justicia había ordenado la internación de los cuatro hijos de Pablo y Cristina Gómez, los padres de Rosita. Dos niños fueron a la Sala Cuna y otros dos, paralíticos cerebrales, al hogar San Benito, para discapacitados. Durante los dos años, la madre, que en ese tiempo tuvo otra bebé, y la abuela, se turnaban para vivir en el instituto San Benito, donde les enseñaron pautas de crianza, según contó la directora, Victoria Molina. Restituidos a su hogar, bajo la supervisión de la abuela (la madre presenta retraso intelectual), la Dirección de Familia los incluyó en el programa Consolidación del vínculo Familiar, con un apoyo de $ 300 por mes, y asistencia médica y educativa. Sin embargo, la familia no está conforme. "Lo más importante, que era conseguir dos sillas de rueda para mis nietos, nunca nos dieron. El más grande, ya tiene 8 años, y está pesado. El más chico tiene 4 años", dijo enojada María Angélica. "Para ir a rehabilitación, tres veces a la semana, le tengo que pedir ayuda a mi ahijado; caminamos varias cuadras con los chicos en brazos hasta tomar el colectivo. Encima, tenemos que pagar el boleto para los dos, porque el pase sólo nos cubre para los chicos", indicó molesta. "Nosotros esperábamos más ayuda. Nos dieron la mitad de los ladrillos para hacer la pieza, pero todavía le falta el contrapiso. Mi hijo trabaja, pero apenas le alcanza para vivir", dijo. EL JUCIO SOCIAL :: El 49,8% de los ciudadanos desconoce que en la Constitución Nacional están garantizados los Derechos de los Niños. El 36% no tenía presente ningún derecho del niño. Estos son algunos de los datos revelados en una encuesta realizada por Andhes, (Abogados y Abogadas del Noa en Derechos Humanos y Estudios Sociales) y Unicef, Argentina. El estudio, efectuado en Santiago del Estero, Tucumán y Jujuy, como parte del proyecto "La institucionalización de niños, niñas y adolescentes en las provincias de la Región del Noa y sus derechos humanos", señala también las siguientes conclusiones: - Ante la pregunta sobre qué creen que el Estado intenta hacer llevando a niños, niñas y adolescentes vulnerables a instituciones: - el 22,8% entiende que la intención es garantizar y respetar sus derechos. - el 27.3% cree que se busca proteger a la sociedad del peligro que pudieran representar. - El 47.6% considera ambas cosas. - La sociedad entiende que la situación de institucionalización está relacionada con la idea de sanción, más que de ayuda. - Ante la pregunta: a qué niños, niñas y adolescentes cree usted que el Estado debería internar en hogares e institutos, un 34% cree que debe ser una medida ante la comisión de un delito. Este porcentaje se aumenta a un 60. 2% si se toma el 25.8% que cree que debe institucionalizarse a las personas que hayan sido víctimas de un delito cometido por sus familiares. Sólo justifican esta medida ante la falta de familia el 17.3% o las condiciones de extrema pobreza, el 12.5%. Sólo un 6.6% la considera una medida a aplicarse en casos de que la familia existente se vea como inadecuada. FALTA UNA LEY :: Tucumán no cuenta con una ley integral para la infancia, pero hay quienes afirman que no es necesario. "Todo está en la Convención de los Derechos del Niño y sus principios están incorporados tanto en la Constitución Nacional como en la carta magna provincial. Sólo hay que ponerlos en ejecución porque la constitución es de operatividad inmediata", sostiene la defensora de menores Inés Avellaneda. No obstante, el 28 de diciembre de 2005 la legislatura provincial aprobó por unanimidad un proyecto de ley de protección integral presentado por Jorge Mendía. Pero el 16 de enero fue vetada por el Poder Ejecutivo. "Las razones que esgrimieron fueron que era muy similar a la Ley Nacional y que no estaba previsto el presupuesto para llevarla a cabo. Luego de analizar la situación política, se decidió no insistir en el tratamiento de la ley, y presentar un nuevo proyecto de ley, consensuado con el Ejecutivo para que no corra la misma suerte que el anterior. Los cambios que se introdujeron fueron: o La creación de la sub-secretaría de Infancia, Familia y Tercera Edad, en reemplazo de la actual dirección, con el fin de que tenga voz y voto en el Consejo Federal de Infancia y Adolescencia de la Nación. El Consejo tendrá sólo función de asesoramiento y opinión sobre los temas pertinentes, mas no carácter resolutivo ni ejecutivo. LOS DAÑOS DE LA INSTITUCIONALIZACION :: "No hay chico más obediente y respetuoso que el de los institutos. Siempre les digo a las familias que se los llevan para las fiestas. No lo malcríen. Miren que se los entrego educado y con horarios para comer, dormir y bañarse. Después vuelven caprichosos y llorones", afirma una empleada con 25 años de servicio en un instituto para chicos de 6 a 12 años. La psicóloga Silvina Cohen Imach, especialista en infancia y adolescencia en situación de riesgo, sostiene que los instituciones de menores surgen "como un intento de disciplinamiento y control". "La subjetividad allí queda hipotecada, con las marcas impresas por su discurso y su afán de domesticamiento", advierte. "Tanto las instituciones titulares, derivadas de la legislación del Patronato de Menores, como las instituciones alternativas, derivadas de la doctrina de la protección integral, plantean en su interior, una particular manera de construcción de la infancia: pedagogizada y con una identidad moral estereotípica. En ese marco, la resistencia, la oposición y el no sometimiento son entendidos como patología o desvío moral", explica. La contención emocional en los institutos prácticamente no existe. "El hogar, que debiera funcionar como puente entre lo colectivo y lo singular, muchas veces produce el efecto contrario: un quiebre entre el niño y su entorno. En vez de prevenir o reparar el abandono, el maltrato o lo que fuera, lo reproduce a través de sus discursos y del sentimiento de perjuicio social. Surge en ese contexto, la frase 'es mejor una mala familia que el mejor instituto' . Cuando lo ideal es que el instituto sea capaz de producir subjetividades, en tanto tiende un puente entre lo social y lo singular", indica. Según la trabajadora social Gloria Sánchez, la característica más común del chico institucionalizado es la falta de decisión y creatividad. "De allí que es tan importante trabajar con la estimulación a través de la lectura, el teatro y las artes plásticas", comentó. Dos visiones opuestas La nueva ley integral actúa acorde a los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño. A diferencia de la ley de patronato, concibe a los chicos como sujetos de derechos, que el Estado está obligado a garantizar. La ley de patronato protegía sólo a los más vulnerables y resolvía sus problemas por vía judicial. LA MIRADA OFICIAL :: "La misión original de los institutos ha cambiado. El estado tiene que cambiar la mirada. Esto significa que hay que modificar la infraestructura, la construcción de pequeños hogares, no quedar en la idea de orfelinatos de posguerra. Pero los institutos, como espacio, no van a poder desaparecer. El Estado tiene la obligación de proteger los derechos de los niños, pero hay que buscar los mejores mecanismos para poder atender la problemática de menores que están a su cargo, tanto el que tiene problemas de índole familiar, como de abandono o situaciones de violencia en su casa", sostiene Beatriz Mirkin, Desde 2003, han disminuido en más de un 30% las causas por razones asistenciales, pero también los de menores en conflicto con la ley penal, donde se han implementado programas como el de libertad asistida, donde hay 30 chicos", señaló. "Pero van disminuyendo, al momento que nos hicimos cargo, los chicos en conflicto con la ley superaban los 90 y la mayoría estaba en comisarías. Hoy tenemos 36 chicos en el instituto Roca", explicó la funcionaria. |
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