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Una premiación pasada por agua

La edición 2011 del Dakar tuvo su despedida ayer en La Rural, donde se realizó la ceremonia de premiación, que se vio interrumpida por la tormenta que se desató sobre Buenos Aires. El interés del público estuvo lejos de las otras dos ediciones, y si bien las plateas estuvieron llenas, los paseos del predio palermitano fue transitado por poco público.

Fueron pasando por la rampa ubicada en el predio porteño Alejandro Patronelli, ganador en cuadriciclos; el qatarí Nasser Al-Attiyah, quien ganó en autos; el español Marc Coma, vencedor en motos; y el ruso Vladimir Chagin, quien obtuvo su séptima conquista en camiones.

Después de la intensa y dura tercera edición del Dakar en Sudamérica, "uno de los tres más duros de la historia", según Ettie-ne Lavigne, máximo responsable, los participantes tuvieron su merecido descanso junto al público que se acercó hasta La Rural.

Uno de los pilotos que más disfrutó de la ceremonia fue Al-Attiyah, "El Príncipe", el hombre cercano al poder qatarí, quien por unos momentos olvidó la fortuna material y se dedicó a gozar de la espiritual, la proveniente de una victoria que se le negó en las anteriores ediciones y que por fin pudo conseguir.

Fueron 21 los argentinos que pudieron completar las trece etapas que tuvo la travesía, y el más destacado fue Patronelli, quien se impuso en quads.

Pasado el mediodía, el fuerte viento y la intensa lluvia que comenzó a caer sobre la ciudad obligó a acelerar los pasos de la premiación.

Fue entonces cuando el Dakar 2011 pasó a ser parte de los libros y el 2012 comenzó a quedar un poco más cerca, porque la prueba volverá por cuarta vez a territorio sudamericano el año próximo y, según indican, existen posibilidades de que expanda su horizonte hacia otros países como Brasil, Bolivia y Perú, que se sumarían a los clásicos caminos de Argentina y Chile.



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