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Salir del infierno... | ||
En las primeras horas del 2 de mayo de 1982, en el marco de la guerra de Malvinas el submarino británico "Conqueror" hundió con dos disparos de torpedo al crucero argentino "General Belgrano". El ataque marcó la determinación de pelear por las islas. El buque, con su proa desprendida, se encuentra a más de 4.000 metros de profundidad en las gélidas y agitadas aguas al sur del archipiélago. Con su casco se fue a las profundidades la mayoría de los 323 marinos muertos en esa acción. De una dotación de 1.093 tripulantes sólo 770 lograron salir del buque. Algunos de ellos morirían luego. Dos semanas después del hecho y con el conflicto armado bajo intenso desarrollo, la Armada Argentina realizó un estudio sobre los problemas y las circunstancias que rodearon la supervivencia de 658 de los 770 sobrevivientes. La investigación, desconocida para el público, con la firma de tres médicos navales, acaba de ser publicada en el Boletín del Centro Naval, fundado en 1882. Ofrecemos aquí una síntesis de la investigación y material destinado a darle marco a un hecho de guerra que, como dijo Jorge Luis Borges, se dio en un "tiempo que no podemos entender". | ||
* El abandono del buque comenzó aproximadamente a las 16:30. El escenario estaba bajo vientos de 40 kilómetros por hora. La temperatura del agua era de 3ºC. Estado del mar 4 (olas de tres metros y algo más). Durante la permanencia en las balsas el viento se incrementó a 90 y hasta 108 kilómetros por hora (olas de hasta seis metros). Sensación térmica entre 7 y -10ºC bajo cero. * La mayoría de los sobrevivientes (67%) resultó menor de 25 años, con una incidencia máxima en el grupo etario de 20 años. * El 76% de los 658 sobrevivientes consultados no había hecho cursos de supervivencia y sólo el 10% los había hecho recientemente (últimos dos años al momento del hundimiento). El 67% conocía los elementos de supervivencia por clases teóricas. El 4% no los conocía y el 29% tenía conocimientos prácticos de distinta índole. Excluyendo los conscriptos -o sea los que acababan de ser incorporados al buque, sector no profesional por otra parte- estos valores no se modifican significativamente. * Al momento del ataque, el 84% de los sobrevivientes se hallaba en proa y en el centro del buque, sólo el 13% en popa y el 3% en el puente del buque. Cabe recordar que el primer torpedo disparado por el "Conqueror" impactó en la proa, que rato después se desprendió del resto del casco. (Ver infografía) * El 60% del personal consultado -recordemos: 658 de los 770 sobrevivientes- del buque se encontraba en lugares de descanso (sollados, cámaras y camaretas). El 61% abandonó el "Belgrano" por la banda de babor (izquierda del buque mirando hacia proa) y el 39% por estribor. El 29% lo hizo por popa y el 74% por proa y centro. Cabe señalar que los torpedos hicieron blanco por la banda de babor, lo cual implicó que lentamente el buque se inclinara progresivamente hacia el mar desde ese lateral. Sin duda, esa inclinación facilitó, antes de convertirse en peligrosa para los sobrevivientes, el abandono del crucero. * El 58% dejó el buque con uniforme completo. El 16% efectuó el abandono a medio vestir y el 26% con distintos tipos de provisiones completando el equipo (mantas, bolsas marineras, alimentos, etcétera). * El 72% llegó a la balsa (subió o se tiró) sin caer al mar. Del 28% que cayó al agua el 9% lo hizo pasando por distintas balsas. El 47% usó salvavidas inflable, deteriorándose el 5% de éstos. El 34% usó salvavidas de corcho y el 19% abandonó el buque sin salvavidas. De los que usaron salvavidas inflables, el 39% lo hizo desinflado, el 46% lo infló al tirarse y el 6% lo infló en el agua. * El 78% estuvo en balsas ocupadas por 15 a 35 personas y sólo el 22% lo hizo en un número menor a 15. * El 93% se encontraba mojado en el interior de la balsa, presentando vómitos el 8% de ellos, y el 17% tenía además lesiones de magnitud. Sólo el 7% estaba seco. Sólo el 2% se halló en la balsa seco, sin lesiones y sin vómitos. * Antes de que se cumplieran 24 horas en las balsas, el 74% no comió ni bebió, el 10% comió solamente, el 13% comió y bebió y sólo el 3% bebió. El 14% no comió ni bebió nunca. Después del primer día como náufragos, comió y bebió el 26%. * A lo largo del período como náufragos, en materia de las sensaciones más permanentes de las que fueron blanco, el 79% mencionó el frío. Pero, ante otras opciones que se les presentaron en cuanto a problemas a los que se vieron sometidos, el 37% mencionó los vómitos y un 14%, trastornos para orinar. * A dos semanas del hundimiento, el 48% de los 658 entrevistados del universo de 770 sobrevivientes no presentó cambios importantes en el estado de ánimo emocional o en su conducta. El 18% se deprimió, mientras que los cuadros de angustia, excitación y aparición de pesadillas fueron relatados por el 8%. Los síntomas psíquicos agregados al cuadro general más importante fueron relacionados con el sueño (pesadillas, insomnio, sueño sobresaltado) en el 6% de los casos. * El 27% de los consultados atribuye la supervivencia lograda a la presencia de ánimo, en segundo lugar al adiestramiento (24%) y luego al destino (23%). A la hora de las conclusiones, se infiere claramente que, a pesar de la infinidad de inconvenientes que plantea un naufragio en sí, pero en este caso por acción de guerra, la supervivencia de los tripulantes del "Belgrano" fue significativamente alta: 770 de 1.093 tripulantes. Y que, en plena operación de abandono del buque y posterior peregrinar durante más de 30 horas por las fieras aguas del Atlántico Sur, el mantenimiento de la disciplina y la conducta solidaria que imperaron en cada balsa fue un factor decisivo para la supervivencia.
CARLOS TORRENGO carlostorrengo@hotmail.com |
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