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El mundo en las manos de China
El ajuste de las tasas de interés chinas genera nuevos debates sobre un rebote recesivo.

Deberíamos empezar a enseñarles a nuestros hijos a hablar el chino mandarín.

Es que los acontecimientos dan cuenta de la relevancia que ha tomado China en el mundo, principalmente económica y financiera.

Las decisiones que se toman en aquel país, sometido a estrictas regulaciones estatales, son analizadas por las mayores potencias mundiales con gran detalle, ya que podrían terminar cambiando el rumbo esperanzador de la recuperación de esos Estados tras la crisis que comenzó con la caída del Lehman Brothers.

Algunos especialistas afirman que la senda de la recuperación ya se ha tomado y que el 2011 traerá crecimiento económico, aunque otros grandes estudiosos no se arriesgan a apostar sobre ello (ver recuadro). Es que el cambio en los tipos de interés que adoptó el gobierno chino con la llegada de Papá Noel podría incidir sobre aquellas arriesgadas y prometedoras perspectivas, así como también las expectativas que se crean sobre el rumbo de las principales variables chinas.

El gigante asiático ha experimentado en el año que dejamos un crecimiento acorde a su tamaño, que ronda el 10% , y un nivel de inflación que tocó un preocupante máximo para su gobierno del 5,1% en noviembre. Alarmante porque las estimaciones que tenían para el 2010 eran del 3%.

Por este último motivo las autoridades chinas han decidido intervenir en el mercado crediticio para acomodar los aumentos de precios que podrían provocar un gran malestar social.

El alza en las tasas, que no fueron retocadas desde el 2007, de los depósitos favorecería a los ahorristas y drenaría el exceso de liquidez del mercado, reduciendo el crédito y los préstamos que se destinan principalmente a bienes de consumo. Esto es visto por muchos como el gran motor de la inflación, de modo que aumentando el interés se reduciría el consumo y, consecuentemente, el nivel de actividad.

Aunque, sin embargo, este aumento en las tasas generaría otro problema: el mayor flujo de fondos internacionales hacia ese país que buscan mayores rendimientos. Ello si tenemos en cuenta que la alternativa que ofrece el mercado de Estados Unidos es prácticamente nulo.

La decisión de suavizar el crecimiento económico ya ha modificado las previsiones chinas sobre sus variables para el 2011, esperando un avance menor al del 2010 sobre el PBI, del 8% anual, y un nivel de inflación del 4%, relativamente mayor al del año pasado.

Este enfriamiento económico chino podría generar grandes inconvenientes para el resto de las economías del mundo, si tenemos en cuenta que es el país que tiene los mayores niveles de importaciones de alimentos del mundo y que, en términos nominales, su economía alcanza unos 5,7 billones de dólares corrientes, superando este año a la japonesa y convirtiéndose en la segunda mayor del mundo. En el primer puesto, con un tamaño aproximado de 14 billones de dólares, están los Estados Unidos, que por sí solos representan cerca del 20% de la economía mundial. Estos datos dan cuenta del efecto que puede acarrear cada punto porcentual menos de crecimiento para el resto de las economías del planeta que destinan gran parte de su producción y de sus exportaciones a aquella nueva potencia mundial.

 


La mirada de un premio nobel

En su visita a la Argentina, Joseph Stiglitz expresó su visión pesimista sobre el rumbo de las economías desarrolladas y advirtió un posible rebote de la crisis en Europa y Estados Unidos, prediciendo más turbulencias financieras para el 2011.

Afirmó en una de las entrevistas ofrecidas durante su estadía que "espero equivocarme, pero los líderes de las principales potencias están muy debilitados a nivel interno y la divergencia de intereses crece". De este modo las economías mundiales más fuertes estarían más susceptibles a las políticas económicas tomadas por China.

Cree que el problema central es que los países industrializados no se recuperaron de la crisis del 2008, ya que el desempleo en los Estados Unidos y Europa se sigue manteniendo en torno al 10%, mientras que las medidas de expansión fiscal que se tomaron a fines del 2008 y en el 2009 ya agotaron sus efectos. Afirma que en Europa hay una tendencia a la austeridad y EE. UU. enfrenta una grave amenaza de seguir el mismo camino. Así sostiene que el crecimiento en los países ricos se va a desacelerar aún más en el 2011 y pone en debate sobre la intensidad del rebote que podría acontecer.

Por otro lado afirma que hoy es probable que China esté incentivando a la primarización de las economías emergentes, como las de Argentina y Brasil. "Pero es cierto que en América Latina esto causa que las economías se vuelquen a la exportación de productos primarios, y eso no es una buena estrategia de desarrollo".
 

(R.C)



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