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Lo mucho y lo poco
El cantante brasileño Paulinho Moska acaba de editar dos discos gemelos, "Muito" y "Pouco".

Después de seis años sin entrar a un estudio de grabación tras su ruptura contractual con el sello discográfico EMI, el músico brasileño Paulinho Moska acaba de editar simultáneamente "Muito" y "Pouco", dos discos a los que califica de "gemelos" y que marcan líneas convergentes y divergentes dentro de la obra compositiva de uno de los principales cantautores de la segunda generación postropicalista de la música popular brasileña.

"En determinado momento me interesó la idea de tener discos gemelos, con el mismo ADN pero donde cada uno tuviera un comportamiento distinto", cuenta Paulinho Moska. "Después de seis años sin grabar tenía muchas canciones y empecé a registrar con la banda con la idea de hacer un disco de 10 ó 12 temas, pero rápidamente sentí que muchas de las canciones que estaba dejando afuera de la grabación me gustaban mucho y empecé a grabar esas composiciones que habían sido descartadas en mi casa", cuenta Paulinho sobre la génesis de "Muito" y "Pouco". "Lo que sucedió -agrega- es que me empecé a enamorar tanto de estas canciones (que se convirtieron en el material de "Pouco"), que fueron las que más me atraparon y entonces aparecieron los dos álbumes".

El título de los materiales viene de una canción que registró con la banda, titulada "Muito & Pouco", que -cuenta Paulinho- "habla exactamente de algo que empieza por mucho y termina por poco e interroga sobre qué es mucho y qué es poco". Y, de algún modo -asegura el cantante carioca de 43 años-, el disco marca también el tránsito de las opciones personales que Paulinho tomó cuando decidió romper un contrato con EMI, discográfica a la que estuvo vinculado durante 13 años. "Yo era joven y no es que me queje de lo que viví, pero estaba como paranoico, era como el esclavo de una maquinaria que me obligaba a entrar en un estudio cada seis meses y editar un disco nuevo cada ocho. Vivía pendiente de las giras, los shows, el dinero...", dice.

"Esto de ´Muito´ y ´Pouco´ -cuenta- es también una mirada sobre este mundo, es una fuerza contraria al mundo de la velocidad. Creo que poco a poco percibí que no estaba gozando del tiempo, entonces empecé una etapa de desaceleración y ahí empecé a producir un tiempo de disfrute con la valoración del tiempo presente y con la idea de producir poesía en el cotidiano".

Cuando Paulinho Moska decide romper con EMI y replantear su esquema de producción artística y de vida, un extraño giro lo conecta con Jorge Drexler ("calma, todo está en calma", tararea el músico carioca) y esta relación le revela el paisaje sonoro, lingüístico y cultural del Río de la Plata y el sur de América. "Ni yo ni ningún brasileño fuimos educados para disfrutar de América del Sur, no sé si es por la rivalidad futbolística, las teleseries mexicanas, el bolero o los argentinos de Buzios, pero Brasil tiene como un prejuicio con América del Sur y valora como importantes sólo sus relaciones con Estados Unidos y Europa", afirma.

Además de músico, Moska conduce un programa de televisión ("Zoombido") que va por su sexta temporada y en el que entrevista a músicos, es fotógrafo y tiene una emisión radial, pero asegura no ser nada de eso. "No soy fotógrafo, no soy músico, no soy cantor, no soy poeta; yo soy un compositor. Componer es juntar cosas. Yo esquivo la idea de la especialización. En este mundo parecería que uno está obligado a elegir sólo una cosa y además tiene que ser el mejor en eso, tiene que ser victorioso, premiado, vendedor? eso nunca estuvo en sintonía conmigo, por eso hago muchas cosas sin saber hacerlas", afirma. "En realidad -dice riéndose- soy punk: no sé hacer pero hago. De hecho -agrega- nuestro tiempo es punk: cualquier persona con un celular tiene una cámara y hace cine, ¿por qué hay que ser un director de cine para hacer una película? Se puede ser punk...".

De las canciones dice que son como "las reinas" de su vida y que se trata de "biografías de sensaciones, no de hechos, porque la palabra es más fuerte que la verdad".

Y, a la vez, hablando del tropicalismo, el movimiento musical impulsado por Caetano, Gilberto Gil, Milton Nascimento, Tom Zé, Os Mutantes, Gal Costa, que sucedió a la bossa nova y fue un boom cultural de su país, dice que "es algo que está completamente incorporado a la música brasileña". "La idea de sumar, mezclar, esa antropofagia de comerse todo y después vomitarlo transformado, la libertad de tomar cosas de afuera y mezclarlas con las raíces, la idea de una música que es actitud, ya es un patrimonio de todos en Brasil, los músicos actuales somos herederos directos del tropicalismo; nosotros somos absolutamente tropicalistas y somos otra cosa", asegura.

"Yo, Lenine, Adriana Calcanhoto, Chico César, Zeca Baleiro, somos muy tropicalistas, yo lo soy menos que ellos incluso. Arnaldo Antunes es punk y MPB; la idea del tropicalismo ya es algo adquirido", dice poniendo en perspectiva la generación de cantautores que integra. Pero, al mismo tiempo y marcando diferencias, precisa: "En el 90, cuando yo empecé, no se instituyó un nuevo movimiento en la música brasileña; tuvimos bossa nova, tropicalismo, joven guardia, MPB, el rock en los 80 y después, en los 90, los periodistas no pudieron clasificarnos porque los artistas no nos clasificamos a nosotros mismos. Lenine decía que hacía música planetaria, Arnaldo (Antunes) definió su propuesta como ´inclasificable´. Nosotros -señala- nos negamos a hacer un movimiento y eso fue bueno porque entonces la música brasileña nunca fue tan brasileña, porque los movimientos expanden pero limitan, crean un adentro y un afuera". (Télam)



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