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Por qué China le teme a la inflación
El gigante asiático decidió sacrificar parte de sus altas tasas de crecimiento para contener la escalada de precios. El alza del costo de vida anula beneficios del desarrollo, ahonda la brecha social y potencia conflictos que ponen en tensión el rígido sistema político.

PEKÍN.- China superó bien la crisis y la segunda mayor economía del mundo se acercará a un crecimiento del 10% este año, pero la tasa de inflación va en aumento y la población se queja de los altos precios, lo que intensifica el potencial de conflicto.

La alta inflación afecta sobre todo a los que menos tienen.

"Todo se encarece, sobre todo la fruta y la verdura -se queja Zhang Li, una jubilada de 62 años-. El precio del repollo se duplicó en comparación con el año pasado y eso pese a que las autoridades lo controlan".

De lo contrario, el valor de la verdura se habría cuadruplicado, según sabe esta pensionista por las noticias que lee en el periódico. Sobre todo ahora, cuando los chinos suelen hacer acopio de repollo para el invierno.

 

"Todos protestan"

 

Pero también subieron el aceite, los cereales, el azúcar "y hasta las semillas de girasol".

La oficina nacional de estadísticas lo confirma. "Los precios aumentaron por encima de lo esperado", afirma el portavoz Sheng Laiyun. En noviembre lo hicieron un 5,1% anual y llegaron a su mayor nivel en 28 meses.

Como los alimentos subieron un 11,7% y la fruta incluso un 28%, las consecuencias para el bolsillo de los que ganan poco -que son la mayoría- son dramáticas. "¿Quién puede pagar todo esto? -se pregunta Zhang Li sacudiendo la cabeza-. Para los ricos no es un problema, pero nosotros ¿qué haremos?".

La brecha de ingresos aumenta y la tensión entre los chinos se siente no sólo en los mercados.

En una escuela en Liupanshui, en la provincia de Guizhou, en el sur de China, los alumnos asaltaron el comedor y rompieron los cristales de las ventanas para protestar por los precios más altos de su comida, según informaron los propios medios estatales.

La cúpula comunista es consciente del potencial de conflicto desde la revuelta de 1989, cuando la alta inflación y la corrupción alimentaron el movimiento democrático que al final fue aplastado por los militares.

En la conferencia económica anual en la que los dirigentes establecen las directivas para el nuevo año, el gobierno acordó "poner más la prioridad en la estabilidad del nivel general de precios".

Debido a un sobrecalentamiento de la economía, que crecerá este año un 9,9%, los expertos creen que volverán a subir las tasas de interés y se frenará el crédito.

Tan sólo en noviembre se triplicaron las dotaciones de reservas inmovilizadas de depósitos bancarios. Y el banco central aumentó por primera vez en tres años en octubre las tasas de interés.

La conferencia económica alertó de que no se debe seguir "a ciegas un alto crecimiento", ya que hay que aumentar el empleo y el nivel de vida de la población.

"Los créditos deben fluir a la economía real, sobre todo en el sector agrícola y en pequeñas empresas", exigió el gobierno, después de que en los últimos dos años el dinero fuera a parar en su mayor parte a las empresas estatales y a especulaciones con bienes inmobiliarios y acciones.

La dirigencia anunció que en el 2011 tomará un curso más conservador frente a la política monetaria "comparativamente flexible". Los programas de estímulo y el acceso al crédito frenaron bien la crisis. A fines de noviembre se había alcanzado ya el objetivo de sumar 7,5 billones de yuanes (840.000 millones de euros/1.130 millones de dólares) en nuevos créditos. Para el 2011 serán como máximo siete billones, estiman los expertos.

Porque no suben sólo los precios de los alimentos sino también los costes de vivienda y mantenimiento, de las materias primas y de salud. "La combinación de créditos baratos, una burbuja inmobiliaria en muchas ciudades y un empeoramiento de la inflación estructural habla en general a favor de tasas más elevadas para enfriar el crecimiento y evitar que empeore la inflación", señala Ben Simpfendorfer, economista para China del Royal Bank of Scotland.

Para los chinos no es sin embargo un consuelo que los precios vayan a aumentar menos en el futuro. Porque a pesar de todos los esfuerzos para la estabilidad de precios muchos expertos creen que en el 2011 habrá una inflación de entre el 4 y el 5%. Y la Academia de Ciencias Sociales espera en el nuevo año un crecimiento impactante también, del 10%.

 

ANDREAS LANDWEHR

DPA



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