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La ganadería argentina enfrentó su peor CRISIS | ||
Récord tras la fuerte liquidación de vientres. | ||
El ciclo ganadero vuelve a repetirse, tal como lo había anticipado la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y derivados de la República Argentina (Ciccra) hace un año, cuando la actividad de faena alcanzó un máximo histórico tras el importante proceso de liquidación de vientres. En ese momento dicha entidad señaló que ese nivel de actividad no era sostenible en el tiempo, por lo que se esperaba una retracción significativa de la cantidad de animales para faena desde inicios del 2010. Al mismo tiempo sostuvo que la contracción de esa oferta conllevaría un aumento de precios, lo que desataría una nueva fase de retención de hembras y reforzaría así la escasez de hacienda. Esta cadena de causas y consecuencias a la que se anticipó Ciccra un año antes de que sucediera es parte de la teoría del ciclo ganadero, que se repite una vez más. Sin embargo, cada ciclo tiene su particularidad y este último descenso se caracterizó por una conjunción de factores que derivaron en una de las crisis más profundas de las últimas décadas en la ganadería argentina, que logró destacados máximos y mínimos en las variables más importantes. El último informe disponible de Ciccra, correspondiente a octubre, sostiene que este año la oferta de hacienda para el envío a faena está disminuyendo a una tasa del 25% anual (ver infografía), situación que no se observaba desde hacía 30 años. Estadísticamente esta caída interanual está explicada por un muy alto nivel de faena en septiembre del 2009 (momento de plena crisis) y por un bajísimo nivel de actividad en igual período del 2010 (momento de recuperación). En números absolutos, en los primeros nueve meses de este año se faenaron 2,94 millones de cabezas menos que en los primeros nueve meses del 2009. Claro está que esta reacción de los criaderos es consecuencia de la recuperación de los precios de los animales de un año a otro. (Ver infografía) La cámara identifica tres factores que alimentaron el ciclo y dieron origen el año pasado a la disminución de la cantidad de animales con destino a faena y posteriormente al aumento de los precios del animal en pie y de la carne al consumidor: la política nacional antiganadera impulsada en el período 2005-2009, la fuerte sequía en 2008-2009 y el efecto potenciador que tiene el inicio de esta fase de retención de vientres. Una de las variables que se analizan para definir qué fase del ciclo ganadero se está atravesando es el porcentaje de hembras en el total de faena. Si se analiza esta participación de las hembras en la faena total, en septiembre de este año alcanzó un porcentaje del 41%, valor relativamente bajo si se lo compara con el máximo del 49,3% alcanzado en el 2009. En una de las infografías, que muestra los datos acumulados de la proporción de hembras sobre el total faenado (44% para enero-septiembre del 2010) en los primeros nueve meses de cada año, puede identificarse una nueva fase de recuperación del ciclo con esta disminución de la cantidad de hembras faenadas y el aumento de otras categorías como terneros y novillos. Éste es un buen dato, ya que nos indicaría que comenzó a insinuarse una nueva etapa de retención de vientres para recomponer el stock de animales y, por lo tanto, para recuperar la actividad de la industria frigorífica, cuyos resultados podrán verse recién dentro de tres años.
Los precios El precio de la carne vacuna al consumidor final siempre reacciona a los cambios del precio de la hacienda en pie, aunque con un cierto desfase temporal lógico. Además, este cambio en los precios acontece en un porcentaje menor, como lo ha demostrado el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), lo que significa que el aumento es absorbido mayormente por los últimos eslabones cubriendo de las pérdidas a los primeros procesos de la cadena. Es por ello que analizando la evolución del precio de la hacienda en pie puede entenderse gran parte del desempeño del precio de la carne vacuna en el mostrador con destino al consumidor final. Como se puede observar en una de las infografías, el comportamiento del precio en pesos del kilo vivo de la hacienda fue ajustándose a la evolución del tipo de cambio hasta mediados del año pasado, momento en que presentó un salto importante que coincide justamente con la retracción gradual de la oferta de hacienda para enviar a faena. El informe de Ciccra da cuenta de que en promedio durante los primeros nueve meses de este año en comparación con idéntico período del año pasado aumentaron un 107%, tras marcar un pico en octubre del 2010 del 137% contra el mismo mes del 2009. Con este dato se puede concluir que el precio del animal en pie a lo largo de toda la cadena de valor del sector aumentó en proporciones mayores a las observadas en las crisis previas, afirman los números publicados por la cámara del sector. |
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