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"Navidades distintas" | ||
No todo es en las familias nacimiento y alegría, algarabía y villancicos, sino que hay también soledad y tristeza y la infaltable extrema pobreza. En Navidad hay presencia desconcertante de lo divino y nostalgia de lo trascendente. Navidad es tiempo de tregua social, donde se borran las diferencias y se aparcan los problemas. Se recuerdan, como contrapunto de los sueños de Navidad, la pobreza y miseria del Tercer Mundo, la xenofobia contra los inmigrantes, el terrorismo enloquecido y las epidemias y enfermedades incurables. En un planeta con suficientes alimentos para todos, 30 millones de personas se mueren de hambre cada año y otros 800 millones están subalimentados. De los 6.000 millones que tiene la Tierra, 500 millones viven con holgura y 1.200 malviven en la miseria, con un ingreso de un dólar al día. Para la inmensa mayoría de los habitantes de la tierra, la vigilia de Navidad no es noche de paz y de amor, no es noche buena. Sigue siendo noche mala. He estado leyendo muchísimas cartas que dirigen a Papá Noel los niños. En la mayoría de ellas se enumeran los regalos que cada uno quiere recibir en esas fechas. En cambio muy pocas o casi ninguna recuerda el verdadero espíritu de la Navidad. ¿Cuál es el verdadero significado de esos regalos? ¿Hemos ayudado al prójimo? ¿Hemos donado algo nuestro, realizado un pequeño sacrificio para dar una alegría a los que menos tienen? ¿Nos hemos puesto a reflexionar que en medio de tantos problemas de la vida actual, siempre hay muchos que tienen muy poco, mucho menos que nosotros? ¿Hemos recordado a los niños que yacen enfermos en hospitales y que quizás nunca tuvieron un juguete o una golosina navideña? Esas familias tendrán que recibir la Navidad con el corazón destrozado, sintiéndose unas mofas humanas con ojos insensibles y sus caritas mojadas por el llanto, debatiéndose entre la vida y la muerte, sintiéndose atrapadas en un verdadero callejón sin salida, y tratando de flotar en las caudalosas aguas del río de su marchita vida, o haciendo verdaderos esfuerzos, y súper esfuerzos constantes y repetidos por resurgir gloriosas de entre las cenizas, como el Ave Fénix de las Sagradas Escrituras, pero no encuentran el cauce en su interior, ni las fuerzas suficientes para seguir sosteniéndose de pié, no encuentran el camino de rumbo firme para conservarse íntegras y dignas. ¡Qué solos suelen estar los pobres de la tierra, con todas tus riquezas en el alma! Todo en su alma es oscuridad, tristeza, dolor, reflexión y lágrimas. No le encuentran ya más sentido a su existencia y la misma navidad que se aproxima, les va doliendo inclemente, más allá de la piel anticipadamente. Dos lágrimas y muchas más... ¿por qué no? rodando por las mejillas encendidas de vergüenza, muestras de incapacidad y pretensiones fallidas, intentos por recuperar la fe, la voluntad, la paz y el amor perdido. ¿Por qué nos duele tanto la navidad cuando no tenemos las metas cumplidas? Nos hacemos tantas preguntas que se quedan sin respuesta: ¿Quién soy ahora?, ¿Por qué, para qué y por quién sobrevivir ante mi derrota?, ¿Cómo volver a empezar?, ¿Cómo volver a mover mis alas hacia los más altos ideales de mi cielo interior? La navidad, si bien es cierto que para muchas familias del mundo es la mejor oportunidad para sonreír, para mostrar los arreglos lindos del hogar, el acercamiento con los hijos, una cena armoniosa en casa, los detalles cariñosos, las destrezas maravillosas y más ingeniosas en la cocina, la interacción con sus seres amados, vecinos, amigos. Pero para otras familias del mundo, la navidad representa todo lo contrario: recuerdos dolorosos, recuerdos exhumados que atormentan la razón y devastan al corazón, lo único que desean esos seres es encerrarse, aislarse en su palabra ostra, no quieren fiestas, no quieren visitas en casa, no quieren saber más nada del mundo exterior. Se meten en su propio mundo de pensamientos y sentimientos que constituyen toda una vorágine de sensaciones y percepciones dolorosas, una pobreza de espíritu con ideas tan tristes sobre el verdadero sentido de la navidad, y música divina con sus mil foquitos de colores, que animan al mundo, anunciando el nacimiento de JESÚS, EL NIÑO DIOS. Pero el árbol encendido languidece en un rincón, en algunos lugares del mundo, el frío de diciembre calando los huesos, la fogata de una salamandra que trata de calentar el alma casi a la fuerza, los techos y paredes inventadas de nailon, cantonera y cartón de toda la casa, se queda en la dulce espera de una chispa, una emoción, y de una esperanza que renazca en el corazón humano de toda mujer que comulga con sus propias lágrimas en la noche de navidad. ¡Un buen momento para tener contacto directo con Dios! ¿Por qué llora esa gente o se refugia en el alcohol? Analizan su historia y aunque estén tristes, en el fondo no tendrán más que alegrarse por estar vivos, a pesar del camino que tomaron las cosas y su desenlace. Se dice que para eliminar algo, hay que cortarlo de tajo, si no, difícilmente se va de nuestro lado. Pudiera extenderme mucho más en el tema de "Navidades Distintas" pero todo lo que pueda decir, todos los comentarios, todas las repuestas, no están más que dentro de cada uno de esos seres. Sólo quiero mencionar algo que a mi juicio es importante: reflexionas, les ayuda a rescatar sus valores, a enfrentarse a la vida por si mismos, y a tantas cosas más que poco a poco irán descubriendo. Sin embargo quiero pedirle a ese ser que está sufriendo, que sea fuerte, entero, decidido y definitivo para aceptar su realidad tal como es. Si lo entiendes así, te será mas fácil y rápido admitir y trascender no sólo esto por lo que ahora atraviesas, sino cualquier otro tipo de vicisitud. Recuerden que de las grandes adversidades nacen las mejores oportunidades, ¡Siempre los metales se prueban por el fuego! Entre más resistentes, más valiosos. Y de igual manera sucede con el ser humano ante las terribles pruebas que nos pone la vida, o el destino que tantas veces, y a causa de nuestro dolor, consideramos injusto. Gracias al dolor, las pruebas extremas, aprendemos a exigir, a tocar puertas, a abrir caminos a nuestro entendimiento. Recuerda que el individuo es producto de su medio, y ellos (nuestros hijos), todo lo aprenden por imitación. Perdón si soy dura e inflexible en mis conceptos, pero alguien tiene que hablar claro, directo y con la verdad, lamento mucho que a mi persona le haya tocado tan dura, pero necesaria misión. Y ya para terminar, sólo tengo una pregunta y solicitud para ustedes: ¿Tienen ustedes por ventura, a quién aplicar esta hermosa frase de Khalil Gibrán? "Cuán ciego es aquel que te da algo de su bolsillo, para poder tomar algo de tu corazón". Aún estás a tiempo de ayudar a los demás, pues en cualquier fecha podemos revivir el espíritu de la Navidad, el sentido de solidaridad hacia los demás. Abre tu corazón a quien necesita tu ayuda; y no esperes a que te la pida para ofrecerla. Has un sacrificio para compartir con otros tus cosas, y notarás que, aunque no te traigan el regalo anhelado en Navidad, te sentirás satisfecho, con el corazón repleto de gozo, por haber realizado una obra de bien. Jesús repartió los panes. Reparte tú lo que puedas compartir. Noemí Bascur, presidenta de la Fundación Manos que Ayudan, Perito Moreno 55, Cipolletti, Río Negro. (299) 156-376757 |
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