>
MAS!

Apenas le hicieron modificaciones, las mínimas para aggiornarlo a su propio gusto. Cambiaron cerámicos del baño y la cocina por el mismo piso de madera flotante del resto del departamento. "Preferimos unificar porque parecía un showroom de pisos", comenta la dueña de casa, que ahora se dedica full time a la decoración.

"Como la cocina está abierta al living y es parte del todo, queríamos que fuera divina. Así que no podíamos dejar pasar nada.

Tomás se negaba a convivir a diario mirando cerámicos desde el sillón: le parecían un espanto y tenía razón. Tampoco nos gustaba mirar alacenas por eso pusimos estantes y cambiamos los cerámicos de la alzada por pintura de pizarrón: una buena opción porque es baratísima y divertida". Antes de mudarse, también cambiaron la mesada, originalmente de granito color marrón por mármol de Carrara. "Sabemos que no es lo más práctico pero nos parece elegante. Siempre la estética en primer lugar", define Martina.

También su ingenio fue aplicado en el micro toilette, originalmente desangelado. Revistieron las paredes con un papel a rayas negro y azul que colocaron en forma horizontal. "La idea fue que cuando se reflejara en el espejo diera mayor sensación de amplitud". Y en el dormitorio, también de medidas micro, Martina pintó la pared donde apoya la cama. "El cuarto era tan pero tan chico que lo mirábamos: y pensábamos ´acá no entra ni la cama´. Como yo pinto todo -géneros, paredes, lo que sea- busqué algo para hacer en la pared. No queríamos poner respaldo, ni nada que ocupe un centímetro de más", explica.

Antes de mudarse ya tenían decidido cada uno de los muebles y la disposición que tendrían en el nuevo hábitat. Es cierto también que muchos venían de la casa anterior de Martina, como la mesa de mármol y las sillas del balcón, los sillones franceses que fueron revisitados, las alfombras y las mesitas de luz. Optaron por los materiales naturales, como algodón, lino, arpillera, mimbre y terciopelos. "Nos gusta vivir en un lugar que sea agradable, cómodo, que te den ganas de volver a tu casa. Me gustan las mezclas de estilos, colores, texturas, reciclado de muebles... Creo que a medida que uno va creciendo va sumando muebles heredados, regalados, objetos comprados en viajes, cosas con historia: esas que te gustaría que te acompañen siempre por eso para mi es imposible vivir en un museo blanco", concluye Martina.

CONTACTO: pulgachic.com.ar



Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí