Las hojas de una planta permiten saber, con bastante certeza, qué es lo que está pasando con ella, al estilo de los médicos de campo "de antes" que cuando chicos nos diagnosticaban nuestros males, nos mandaban a la cama y para mayor seguridad nos daban el "riquísimo" aceite de hígado de bacalao (¡puaj!), que de sólo olerlo ya nos curaba... de espanto.

Estamos teniendo días con viento intenso y los calores se van a venir. Todo influye sobre las plantas de nuestro jardín y creo importante que cada cual intente hacer su propio diagnóstico.

Para poder diferenciar "empíricamente" una clorosis por problemas de suelo, de un daño por exceso de sales en el agua de riego o en el sustrato o un "pasmo" (estrés) por falta de agua, le acompaño algunas pistas.