UNA LÍNEA CONSTRUIDA PARA EXPORTAR DESDE SALTA PODRÍA UTILIZARSE EN SENTIDO INVERSO. 

El gobierno nacional espera que este verano vuelva a registrarse un récord de demanda de potencia en el sistema eléctrico, como viene ocurriendo desde hace años. Entre este mes y abril del 2011, el consumo crecerá un 6,7%, según un documento oficial al que tuvo acceso "Río Negro Energía", en el que se exponen los puntos débiles de la red y se plantea la posibilidad de importar energía, no ya de Brasil, Paraguay o Uruguay, sino también de Chile, para abastecer la demanda del noroeste argentino.

No es sencillo integrar el Sistema Argentino de Interconexión (SADI) y el Sistema Interconectado del Norte Grande de Chile (SING), porque es necesario estudiar los parámetros técnicos del funcionamiento en paralelo.

Existe un tendido en 345 kilovoltios (kV) que va desde Salta hasta Atacama, en el norte chileno, que fue construido para que la central de TermoAndes (AES) exportara electricidad a Chile.

 Pronostican otro verano con demanda eléctrica récord

 Un documento que Cammesa analizó en un encuentro de operadores de redes identifica las debilidades del sistema para el próximo año y plantea por primera vez importar energía de Chile.

Lo primero que se necesitaría es ampliar una estación transformadora, Cobos, en Salta para elevar la tensión actual de esos 345 kilovoltios kV a 500 kV.

El sistema de transporte de electricidad fue privatizado sin poner en cabeza del concesionario obligaciones de expansión que -según el espíritu del marco regulatorio- debían estar en manos del mercado.

El crecimiento de la demanda eléctrica luego de la recesión, la crisis de 2001-2002 y la devaluación tuvo en la red un cuello de botella. El gobierno implementó un Plan Federal de Transporte que viene ejecutándose, con vaivenes en su ritmo, desde el 2003, pero con financiamiento público y casi sin aportes del mercado.

Los gobiernos de Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández tuvieron en común el congelamiento de las tarifas eléctricas. Esto generó, según analistas ortodoxos y heterodoxos, un importante crecimiento de la demanda que ni la generación ni el transporte de energía estuvieron en condiciones de cubrir sin riesgos.

Luego de la meseta que significó el 2009 por el impacto de la crisis financiera global, este año se retomó la senda del crecimiento de demanda y se estima que, en relación con dos años atrás, el 2010 terminará con una suba superior al 4,5%.

El 5 de noviembre pasado la gerencia de Coordinación Operativa de Cammesa (la autoridad del despacho eléctrico argentino) realizó en Rosario el Encuentro Anual de Operadores de las redes regionales. Allí se analizaron los escenarios para el pico de la demanda que se producirá en el verano.

La zona de la Confluencia neuquina y el Alto Valle rionegrino es, como se sabe, uno de los puntos débiles de la red. Hay una obra en progreso que es posible que esté terminada en el 2011, pero por ahora el sistema regional sigue en emergencia (ver aparte).

Además se analizó la posible limitación en el transporte para llevar la oferta de generación de la Patagonia hacia el centro del país.

De ida y vuelta, Argentina suele importar y exportar electricidad desde y hacia Brasil y Uruguay, y compra a Paraguay parte de su cuota de Yacyretá. En 1992 la empresa estadounidense AES (concesionaria de Alicura, en nuestra región) construyó en Salta la central TermoAndes para abastecer, a través de un tendido de 300 kilómetros, la expansión minera del norte chileno en tiempos en que el gas era abundante en nuestro país.

Se trata de una central de ciclo combinado de alta eficiencia y una potencia de 632 megavatios (MW). Con la inauguración hace dos meses de un tendido de 500 kV entre El Bracho (Tucumán) y Cobos (Salta), TermoAndes quedó integrado al sistema argentino.

El gobierno analiza que el tendido a Chile funcione de manera inversa en el caso de que TermoAndes sufra una indisponibilidad o como respaldo para el sistema.

No se trata, como se ve, de la construcción de un mercado regional de la electricidad, con un marco regulatorio común y estándares afines, sino de usar las mismas redes que se diseñaron para exportar, pero en sentido inverso.