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Memorias de un universitario liberal | ||
Carlos Maslatón recuerda los tiempos en que no sólo hablaban de la oferta y la demanda, también se calzaban guantes y botines. El pasado liberal de varios funcionarios K. | ||
Se acaban de cumplir 25 años del primer triunfo de la agrupación de centroderecha en cuestión, Unión para la Apertura Universitaria (UPAU), que rompió la hegemonía de la izquierda y le disputó el liderazgo al radicalismo en los reductos estudiantiles. Aquel hito inicial ocurrió en la Facultad de Ciencias Económicas de Cuyo, pero fue sólo el comienzo. Al frente de los UPAU boy´s, cuando iban "al frente", estaba Carlos Maslatón, quien conversó con "Río Negro" sobre aquel movimiento que hizo historia. -¿Cómo empezó el recorrido que desembocó en UPAU? -En 1974 las universidades habían caído en manos de Montoneros y luego de sectores ultramontanos. Entonces yo tenía 14 años cuando me hice liberal, pero el golpe de Estado del 76 interrumpió mi vocación política. Cuando eclosionaba ese desastroso gobierno militar me encontré con mucha gente que compartía los mismos sentimientos y la esperanza en el renacimiento de la actividad política. -Más allá de tu experiencia, ¿no existía el resquemor a asumirse como de centroderecha? -Había grupos "independientes" (Quantum, Iustum, Revalúo), chicos a los que la política les caía mal? -¿No eran ustedes los que decían: "A la universidad se va a estudiar"? -Nada que ver, nosotros decíamos: a la universidad se va a estudiar... y a hacer política. Éramos una manga de incivilizados; nos gustaba pegar afiches, repartir panfletos, cantar, gritar y, llegado el caso, defendernos de las agresiones de los adversarios de izquierda. Ellos no podían creer lo que veían, porque nosotros no respondíamos al "molde" del militante de centroderecha. -¿Cómo recordás la aparición de UPAU? -La primera elección del 83 fue una cosa fabulosa. Había mucha formación intelectual: leíamos a Ayn Rand, a los economistas austríacos, Murray Roth-bard, Von Hayek (quien había visitado la Argentina), y en el plano nacional nos inspiraban las ideas económicas de Álvaro Alsogaray por su claridad. -¿Cuáles eran las principales banderas que los distinguían a ustedes? -Proclamábamos la eficiencia en la universidad. Los radicales se desbandaban, hacían tomas, trataban de obtener concesiones de prestaciones administrativas con las cuales no estábamos de acuerdo; pero contra lo que se cree estábamos a favor de la enseñanza gratuita y en contra de los cupos de ingreso. -¿Cuál fue el momento de auge? -UPAU llegó al pico en 1987 cuando obtuvimos los centros de estudiantes de Derecho, Arquitectura, Veterinaria e Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires -no ganamos un quinto porque hubo fraude-. Superamos a Franja Morada (brazo de la UCR) y a la juventud peronista la pasamos por arriba. -¿Llegaron a superar la representatividad que tenían en el Congreso partidos afines? -Sí. Nosotros promocionábamos la ideología política desde la universidad hacia el país. En mi caso, "bajé" con el aparato político a la Unión de Centro Democrático (Ucedé), partido que se había consolidado como líder del centro. Para que se entienda: UPAU era una maquinaria electoral formada para gobernar la universidad y luego trasladar esa ideología a todos los ámbitos. Nosotros empezamos a hacer fichas de afiliación y en ese momento en política triunfabas ganando la interna. En el 87 salí electo legislador de la Ciudad. -Ya empezaba a virar la relación de la sociedad hacia la política, ¿no? -Si hacías política en el 83, te aplaudían; después se la empezó a ver como una actividad indigna, algo que abarcó a la clase política en su conjunto, personas que no tenían nada se enriquecían. El entrevistado recuerda algunos dirigentes que lo rodeaban en UPAU: Oscar Jiménez Peña, Héctor Huici, Ariel Solar Grillo, Guillermo Vattuone y Juan Curutchet, y rescata a sus competidores radicales de entonces: Javier Concepción, Carlos Mas Velez, Darío Richarte, quienes -subraya- "atravesaron la misma sensación de desencanto". Los pasos de UPAU encontraban eco en la revista "Apertura", dirigida por Marcelo Longobardi. Los pibes de esa cofradía solían terminar sus sábados en el café Einstein, donde tocaba Luca Prodan. En los walkman sonaban Yes, Genesis o Serú Girán.
El final
-¿Cuál fue el punto de inflexión que precipitó el declive de UPAU? -El retiro gradual empieza en 1990. A veces pasa que no hay recambio generacional; algunos habíamos pasado a la política nacional, otros se retiraron. -¿Por qué? -La Ucedé tuvo una etapa muy democrática, hasta estaba de moda "pegarle" a Alsogaray. Yo incluso fui electo en una lista contraria, pero después Alsogaray hizo un acuerdo con el menemismo fuera de toda discusión en el partido, que consistió en que el presidente Menem le delegara algunas esferas de la administración. Eso resultó dramático porque eliminó el debate. -¿En cuánto los afectó la imagen con la que se retiraron María Julia y Adelina de Viola? -Fue muy grave. Al partido lo liquidó; una desilusión para miles de militantes. Cuando queda la idea de que estás en el poder para un beneficio personal (aun cuando hubo algo de persecución política), no te perdonan. -¿Nadie se levantó contra eso? -Federico Clerici fue un dirigente que hubiera podido cambiar las cosas, pero falleció en 1993 cuando le quedaban veinte años más de política. -¿Cómo explicás los casos de ex liberales (como Amado Boudou, Martín Redrado, Ricardo Echegaray, Sergio Massa) que pasaron al oficialismo? -Redrado nunca fue de UPAU. Fundó en Económicas una agrupación, Nexo-Revalúo, que compitió con nosotros. Hizo un proceso distinto al mío: rápidamente pasó a la actividad privada y se insertó en política en 1991. De Boudou y Echegaray dicen que pasaron fugazmente por nuestra filial en Mar del Plata, pero es como cuando un tipo sin importancia de nuestras filas se va luego a la UCR, al PJ o al socialismo. Massa no fue de UPAU, pero sí líder de la juventud de la Ucedé en Buenos Aires. Es un desesperado por el poder y va a hacer todo lo necesario para mantener vigencia... Nosotros no los aceptamos porque esto es un chavismo moderado, un camporismo "adaptado". -¿Qué cosas los ponen en las antípodas del actual gobierno? -El intento de dirigir, manejar o estatizar los medios de prensa (para nosotros, el derecho a opinar debe ser absoluto, no reglamentado ni controlado), el delirio gelbardiano de querer dominar las fuerzas espontáneas de la economía y la reivindicación de las bandas terroristas ERP y Montoneros. -Carlos, me dijiste que hoy sacarían a patadas a quienes toman colegios y facultades. ¿Lo decís en serio? -Es que con nosotros no se animaban. Planteábamos un debate fuerte pero si ellos "tomaban", nosotros "contratomábamos". Si se cometen desmanes, escraches, bloqueos, destrozos y nadie hace nada, esos mecanismos se legitiman. Es intolerable.
CLAUDIO RAVINOVITCH |
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