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Pese a todo, el petróleo no se frena
Ni el derrame de crudo en el Golfo de México ni el cambio climático le pusieron freno a la actividad.

En la época del cambio climático y del derrame de crudo del Golfo de México, el petróleo está lejos de pasar al archivo de la historia como fuente de energía y causa hoy satisfacciones a unos y desvelos a otros en América Latina.

En la cima del entusiasmo está Brasil, con su tesoro de oro negro descubierto a grandes profundidades en el fondo del mar. La contracara es México, que desde 2004 ha visto declinar su producción de crudo y no ha podido acelerar el ritmo de la exploración para compensar esas pérdidas.

Venezuela está concentrada en explotar el crudo pesado de la Faja de Orinoco, un vasto yacimiento en el oriente del país, y Ecuador, que maneja volúmenes mucho más pequeños pero fundamentales en su economía, espera cerrar el año con un crecimiento del 1,3% en la extracción total de petróleo y gas natural.

Felipe Calderón no ocultó sus sentimientos después de saber que la empresa estatal brasileña Petrobras recaudó unos 70.000 millones de dólares, en la mayor emisión accionaria de la historia mundial, para financiar parte de un ambicioso plan de inversiones.

"Ojalá Pemex pueda hacer lo mismo que Petrobras: colocar títulos en el mercado internacional. Crecería igual", escribió el presidente mexicano en twitter. Y es que Petrobras tiene grandes proyectos que podrían convertir a Brasil en una potencia petrolera.

En junio dio a conocer un plan de inversión de 224.000 millones de dólares, de los cuales una gran parte serán para prospección de los yacimientos descubiertos en el mar, a más de 7.000 metros de profundidad.

Según las estimaciones más optimistas, las reservas recuperables de crudo en esos yacimientos llegarían a 80.000 millones de barriles. Incluso suponiendo que fueran la mitad, Brasil podría casi triplicar sus reservas totales estimadas en 2009 en 21.134 millones de barriles. Brasil, que en 2008 se situaba en el lugar 12 del ranking de mayores productores de crudo por detrás de México (7) y Venezuela (10) según la Agencia de Información sobre Energía de Estados Unidos, produjo en 2009 un 6,3% más que el año previo.

Las curvas de México, en cambio, van hacia abajo, y la realidad apremia ante el declive de Cantarell, el activo más importante que tiene el país, que se encuentra en la sonda de Campeche, en aguas del Golfo de México.

El año pasado Pemex reportó una producción de 2,6 millones de barriles diarios promedio de crudo, es decir, un 6,8% menos que en 2008 y un 24% menos que en 2004, año en que empezó la caída.

En México, el petróleo sostiene el presupuesto: Pemex es el mayor contribuyente del país y cubre la tercera parte del gasto público.

México también quiere lanzarse como Brasil a buscar petróleo en aguas profundas del Golfo de México, donde hay reservas probables de 29.000 millones de barriles, pero para ello se necesitan tecnología y recursos.

La mayor apuesta de Pemex en materia de hidrocarburos actualmente es Chicontepec, un proyecto de gran complejidad técnica, que no ha sido tan rentable como se esperaba.

La atención de Venezuela está puesta en explotar el crudo pesado de la Faja del Orinoco, con la instalación de complejos mejoradores de crudo para convertirlo en uno más liviano a través de procesos químicos. La zona ha sido dividida en varios campos, entregados a empresas desde chinas a brasileñas. Se estima que hay allí unos 270.000 millones de barriles que, por tratarse de un crudo muy pesado, requeriría de tecnologías adecuadas para procesarlo.

Venezuela, miembro de la OPEP, tiene una producción de unos 3,3 millones de barriles diarios, sujeta a las políticas de la entidad. La industria petrolera aporta la mitad de los ingresos fiscales del país.

Ecuador, que también pertenece a la OPEP, ha centrado sus esfuerzos en dos asuntos: el proyecto Yasuní ITT y la modificación de los actuales contratos de operación petrolera uno de prestación de servicios.

El nuevo modelo para las operadoras contempla una tarifa de exploración y producción, el 25% de participación del Estado y la inclusión de garantías bancarias. Si alguna empresa no está de acuerdo, recibirá una indemnización y deberá dejar el país. "A la que no le guste, que le vaya bonito", dijo el presidente Rafael Correa.

El otro proyecto, Yasuní ITT, va en sentido inverso a todos los demás: busca no explotar las reservas probadas de crudo ubicadas en la reserva de la biosfera de Yasuní. Son 846 millones de barriles de petróleo, el 20% de las reservas, con los que se evitaría la emisión de 407 toneladas de CO2 a la atmósfera. Ecuador aspira a recuperar 3.600 millones de dólares con aportes de países a un fideicomiso administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (DPA)

Petrobras dio a conocer un plan de inversión de 224.000 millones de dólares. Gran parte será para prospección en el mar.



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