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"Cipo" tuvo su catarsis
Lo habían goleado en Madryn, pero lejos de caerse, sacó pecho y le ganó fácil (3-0) a Santamarina.

La paliza que le propinó el líder Brown de Madryn en la ciudad de las ballenas provocó un fuerte cambio en un Cipolletti (15) que ayer mostró su mejor versión en lo que va del campeonato. Hizo catarsis, goleó a Santamarina (7) por 3-0 y logró mantenerse en zona de clasificación al conservar el segundo lugar del grupo.

Le salió casi todo perfecto al equipo de Marcelo Yorno en los primeros 45 minutos, al punto que se fue al descanso con diferencia de tres goles y una buena lluvia de aplausos como cortina musical.

Esa ventaja le alcanzó para dormir al rival y hacer pasar el resto del partido prácticamente sin sobresaltos.

En el primer tiempo expuso todo lo que busca el cuerpo técnico en ofensiva: paciencia, buena circulación de balón y mucha profundidad. Encima enfrente tuvo un rival que, si bien intentó jugar, se mostró débil en la marca y le entregó muchos espacios a los albinegros.

La mejor arma del local fue el carrilero Nahuel González, una verdadera pesadilla para los tandilenses, por despliegue, criterio y culminación de las jugadas. Apenas iban dos minutos cuando Weisser metió una pelota en el área y el primer ´uhhhh´ se hizo presente al no llegar Petti por un par de milímetros.

Enseguida, Pikachu disparó y un defensor lo tapó con lo justo.

Sobre los 10, Mauro Palomeque cortó un avance de la visita, tomó la ´lanza´, llegó hasta tres cuartos de cancha. Ahí le cedió el balón a Weisser y éste disparó, el arquero Diego Fernández no alcanzó a controlarlo y Mario Ávila activó las gargantas en La Visera, al definir con la parte de afuera del botín derecho para comenzar a materializar el domingo ideal.

Tuvo dos más el albinegro antes de la respuesta de Santamarina, que primero se perdió el empate con una escalada de Bucci y después con una vaselina defectuosa de Brittes, que cayó en el techo del arco custodiado por Ruíz.

Lo que perdonó la visita lo convirtió el local.

Iban 32 cuando González hizo un ´jugadón´ en el que intervino Ávila y se cerró con un derechazo a la red del zurdo carrilero, una de las figuras del partido.

Y diez minutos más tarde cayó el 3-0 con un impecable cabezazo de Manuel Berra, después de una pelota parada muy bien ejecutada por Weisser. A esa altura sonaba a partido liquidado.

Y esa sensación finalmente se convirtió en realidad durante el segundo tiempo, que decididamente estuvo de más.

Sin necesidad de asumir más riesgo, Cipolletti planchó el partido y el visitante nunca encontró la forma de inquietarlo.

Su poca actitud hizo que por momento el local se floreara metiendo lujos por toda la cancha.

Fueron pasando los minutos casi sin más emociones. Sólo hubo espacio para el reconocimiento a la mejora que experimentó un grupo de jugadores que venía golpeado y finalmente dio señales de estar empezando a convertirse en un equipo.

Habrá que ver si logra mantener el nivel cuando visite a Rivadavia.



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