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Se consolida el plan nuclear
Argentina es uno de los pocos países del mundo con capacidad para completar todo el ciclo.

in dejar de lado otras alternativas, Argentina ha puesto especial énfasis en la energía nuclear para paliar en parte la creciente necesidad eléctrica del país. La pronunciada baja en la producción de hidrocarburos (se llegó al punto de importar gas desde Chile, cuando históricamente se proveyó del combustible al país vecino) aceleró los tiempos en la búsqueda de alternativas viables para la generación de electricidad.

Luego de varios años de casi total inactividad en el sector, el plan nuclear no sólo incluye la culminación de la central de Atucha II (se estima su puesta en funcionamiento para septiembre de 2011), sino además levantar dos nuevas centrales y extender la vida útil de Embalse, la segunda planta nuclear construida en el país.

El país es uno de los pocos en el mundo, junto con Estados Unidos, Rusia, Francia y China, entre otros, con capacidad para completar el ciclo de energía nuclear. Esto incluye todo el proceso, desde la posibilidad de extraer mineral de uranio hasta la capacidad de reutilizar el combustible usado, pasando por la producción del agua pesada necesaria para la refrigeración de los reactores y que se produce en la planta neuquina de Arroyito.

José Luis Antúnez, vicepresidente de la estatal Nucleoeléctrica Argentina, que está a cargo de la producción y comercialización de la energía generada por las centrales, es optimista: "Por primera vez en muchísimos años la Argentina tiene hoy un plan nuclear concreto desde el punto de vista electronuclear", dijo.

El freno de la actividad nuclear en Argentina en la década de 1980 formó parte de una tendencia mundial, luego de la fusión de la planta Three Mile Island en Pensilvania, Estados Unidos, en 1979, y la recordada explosión de la planta de Chernobyl en Ucrania en 1986, que desataron los temores sobre la tecnología nuclear.

Como ya informó "Río Negro Energía", se planea también construir reactores de pequeña potencia y retomar el enriquecimiento de uranio, paralizado durante varios años. El ex secretario de Energía Daniel Montamat consideró que "Argentina cuenta con varios puntos clave, como capacidad tecnológica y personal calificado. Tiene todas las condiciones para cerrar todo el circuito nuclear, con lo cual podría hacer armas, pero a nadie se le ocurre que se haga un uso bélico de esta tecnología. Argentina integra un selecto club de países donde hay confianza", dijo.

Además de la mencionada terminación de Atucha II (700 MW de potencia), se estima que para fines de 2012 comenzará el proceso para extender en 30 años la vida útil de Embalse, en la provincia de Córdoba. Una eventual central de Atucha III se construiría en inmediaciones de las dos anteriores, asentadas en Lima, provincia de Buenos Aires.

La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) se encuentra próxima a comenzar a construir el prototipo de un reactor de 25 MW, totalmente diseñado en el país y capaz de abastecer a una población de hasta 100.000 habitantes. Se estudia destinarlo al mercado externo ya que "es muy requerido, por ejemplo para las poblaciones que se erigen alrededor de una explotación minera", según Norma Boero, presidenta de la CNEA.

La firma estatal rionegrina Invap, que se dedica al desarrollo de tecnología nuclear y espacial, vendió en los últimos años reactores nucleares de investigación a Egipto, Perú, Australia y Argelia, mientras que Canadá se mostró interesada en el reactor a construirse.

Estancada durante mucho tiempo, se está reacondicionando la planta de enriquecimiento de uranio en el complejo tecnológico de Pilcaniyeu, en Río Negro. A fin de año empezaría con una pequeña producción de uranio levemente enriquecido.

Si bien Argentina cuenta con varios yacimientos de uranio en distintos puntos del país, el único que está en condiciones de ser explotado es el de Sierra Pintada, en la provincia de Mendoza. Sin embargo, la extracción se encuentra actualmente frenada por disposiciones judiciales.

 

Pionero en Latinoamérica

Argentina fue el primer país latinoamericano en instalar una central nuclear, en 1974.

Hoy en la región hay sólo cinco plantas de este tipo: dos en Brasil, dos en Argentina y una en México, que tiene dos reactores. En Brasil y México la energía nuclear suministra cerca del 3% de la producción eléctrica, mientras que en Argentina contribuye con el doble.

Tanto Argentina como su socio en el Mercosur dominan el ciclo nuclear en su totalidad, pero eligieron diferentes métodos: nuestro país optó desde el principio por el uranio natural mientras que Brasil se volcó hacia el uranio enriquecido. Ahora, las autoridades de nuestro país buscan el desarrollo de un sistema mixto al incorporar una planta alimentada con uranio enriquecido.
 

 



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