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El Rojo está metido en su propio infierno
Ayer fue goleado por Banfield y sigue hundido en el fondo de la tabla. Avellaneda arde de bronca.

Concentrado, práctico y contundente. Estas fueron las virtudes de Banfield, quien se aprovechó de un abúlico Independiente, que no reacciona.

El Rojo aún no ganó en el torneo, suma apenas tres puntos y está último en el campeonato. Por el contrario, Banfield está invicto y con el triunfo de ayer quedó a dos unidades del líder San Lorenzo.

Dos de Rubén Ramírez, uno de Sebastián Romero y el restante de Emilio Zelaya fueron los tantos del equipo de Julio César Falcioni que demostró una vez más su solidez defensiva y la ambición para ir a buscar el arco rival.

Por su parte, Independiente dejó nuevamente una pálida imagen, le faltó solidaridad a sus jugadores y no encuentra el rumbo, lo que deja un desconcierto sobre la continuidad del entrenador Daniel Garnero.

La primera parte tuvo a Banfield como el claro dominador, no sólo porque se fue al descanso en ventaja de dos goles (Ramírez a los 3´ y Romero a los 20), sino por el juego que desplegó y por tener las acciones más riesgosas.

El local, a partir de un planteo práctico, inteligente, no le dio espacios al rival.

Independiente nunca le encontró la vuelta. El mediocampo estuvo perdido, no supo armar juego y sólo intentó con centros abastecer a un solitario Andrés Silvera.

El ST mostró una versión idéntica a lo que había sido el primero. Banfield fue el protagonista frente a un Independiente timorato y carente de ideas.

Por eso no sorprendió que Ramírez a los 5´ y Zelaya a los 37´, liquidaran un partido que ya había quedado sentenciado en el PT.



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