La caída de su hijo en la final de la categoría Kawasaki Ninja Cup, en una nueva fecha del certamen español de velocidad (CEV) disputada en Albacete, fue apenas una anécdota para Miguel Solorza, quien lleva adelante la preparación de la moto junto al Palmetto Madrid.

Ganar una de las tandas de clasificación, si bien después quedó tercero, sirvió para demostrar que el proyecto transita por el camino acertado.

"No se imaginan lo que fue ver a Juan adelante entre 28 pilotos en una clasificación del CEV, con todo lo que representa", destacó papá Miguel.

También señaló que "lo que pasó en la final no empaña en nada su actuación. No largó bien y en su ansiedad por recuperar fue al piso". Aseguró que "este resultado nos sirve para redoblar esfuerzos y encarar con más ganas las pruebas que faltan".