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Le sobraron argumentos
En la final, Estados Unidos fue muy superior a Turquía. Durant, el goleador.

Intensidad en defensa, salida rápida en ataque y, sobre todo, la presencia de Kevin Durant. Esas fueron las herramientas para que Estados Unidos recuperara el título de campeón del mundo de básquet después de 16 años, al derrotar a Turquía, por 81-64, en la final del Mundial.

El anfitrión se tuvo que conformar con una agridulce medalla de plata, mientras que Lituania subió al tercer escalón del podio.

El triunfo estadounidense beneficia a Brasil, Puerto Rico o Argentina, porque consiguió pasaporte directo a los Juegos Olímpicos de Londres 2012, con lo que no necesitará acudir con sus estrellas al preolímpico de Mar de Plata en busca de la clasificación.

Durant generó con sus triples, siete en total, que las 15.000 personas convirtieran el Sinam Erdem de Estambul en una auténtica olla a presión. Los 28 de Durant fueron un factor decisivo para la victoria, pero no el único.

Lamar Odom aportó 15 y capturó 10 rebotes. En una final muy dura, con defensas al límite de la legalidad, el campeón supo mantener alejados de la pintura a los pivotes turcos, de mayor envergadura. En ataque, desarmó con acierto la defensa en zona de Turquía.

El primer parcial comenzó con una presión ambiental asfixiante, tensión y algún que otro roce entre turcos y estadounidenses. El equipo de Mike Krzyzewski se estrellaba contra la ordenada defensa turca. Pero Durant no se dejó impresionar y el alero sumó 11 puntos, para dar a su equipo una pequeña ventaja: 22-17.

A mediados del segundo cuarto, Estados Unidos consiguió ponerse 10 puntos por delante en el marcador, de nuevo gracias a la inspiración de Durant y a la buena actuación de Russel Westbrook, quien sumó 13 puntos en el encuentro. En el descanso, el marcador señalaba un 42-32.

Nada más reanudarse el encuentro, Durant anotó otros dos triples, Odom sumó dos puntos sencillos y Estados Unidos se despegó a 18 unidades.

Con el empuje del público, Turquía intentó remontar pero ya no encontró fuerzas. Un impresionante último parcial de Odom, permitió a Estados Unidos mantener la brecha y liquidar el pleito.



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