Los concejales quieren asegurar la integridad de uno de los edificios con mayor valor histórico de la ciudad: la Torre Talero.

Uno de los planes de preservación y restauración del pintoresco edificio emplazado en Valentina Sur, considerado patrimonio histórico de la ciudad, está impulsado por el bloque del MPN, por iniciativa de los concejales María Angélica Carnagi y Marcelo Marchetti.

Contempla adjudicar los costos de la recuperación de la mansión a lo establecido en el artículo 5 de la ley 2.615 de renegociación de las concesiones hidrocarburíferas.

Por otro lado el presidente del concejo Néstor Burgos, propuso una iniciativa que intenta dar participación financiera para la obra al sector empresario.

Ambas iniciativas son precedidas por el incumplimiento del convenio firmado hace dos años entre la Municipalidad y la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Comahue, con el objetivo de que el área de Patrimonio Cultural del Centro Experimental de Vivienda y Equipamiento Urbano (Cevequ), de esa unidad académica, inicie la recuperación y puesta en valor de la Torre Talero.

Respecto a los detalles o especificaciones de la iniciativa del MPN, Marchetti dijo que "con esta propuesta buscamos que el Ejecutivo cumpla con una norma legal y destine los recursos necesarios para la restauración, porque sólo destinando partidas en el presupuesto se corre el riesgo de que nuevamente no se ejecuten".

Añadió que "en primera instancia, a través de esta iniciativa establecemos que deberá aprobarse el plan metodológico realizado por la universidad, pensado en cuatro etapas de trabajo con un costo de 1,2 millones de pesos. Creemos que para al menos poder comenzar con ese plan debíamos garantizar 500.000 pesos que autorizamos a que el Ejecutivo los tome de la ley 2.615".

En contrapartida el proyecto de Burgos pretende hacer un trato con la Asociación de Comercio, Industria, Producción y Afines de Neuquén (Acipan) para que participe en la inversión para la reparación.

"Queremos que la sociedad también participe de esta iniciativa, por eso parte de los fondos para ejecutarla provienen lógicamente del municipio, derivados de la ley 2.615, y otra parte del sector empresarial".

"Creo que en general, lo que hace el Estado, parece que no lo hiciera nadie. Por eso queremos incentivar la participación privada para que todos se sientan protagonistas en el esfuerzo de restauración y le demos el valor que realmente tiene", argumentó Burgos.

"De esta forma se crea un sentimiento de pertenencia más fuerte y un compromiso mixto entre el Estado y los ciudadanos, ya que la sociedad contribuye a la reparación de este edificio que es parte de la historia de Neuquén", agregó.

El edificio fue declarado patrimonio histórico y arquitectónico de Neuquén en 1998.

"La casa tiene un gran valor ya que posee características que tienen que ver con definiciones de hábitat. Por ejemplo, si uno mira la Torre, se da cuenta de que las aberturas son pequeñas o angostas y eso está relacionado directamente con la rigurosidad del viento, en esa época, en la zona", comentó.

Marchetti expuso que "el objetivo central que nos proponemos con este proyecto es dar las herramientas legislativas para conseguir finalmente la voluntad política de parte del Ejecutivo, para poner en valor y restaurar este patrimonio histórico y cultural de la ciudad y que además después pueda mantenerse y preservarse".

Sostuvo que no sólo debe verse su historia y orígenes, sino también el potencial turístico, cultural, recreativo y paisajístico que tiene la Torre Talero. "La comunidad tiene que poder volver a apropiarse de este espacio histórico que supimos adquirir como propiedad municipal en 1998", remarcó.

"RECUPERAR EDIFICIOS DEBE SER POLíTICA DE ESTADO"

Liliana Montes Le Fort ha desplegado un rol protagónico en la defensa de los edificios históricos de la ciudad y la Torre Talero, particularmente, ha ocupado y ocupa uno de los temas centrales de su accionar.
"Lo que quiero es que haya una política de Estado en cultura. No hay otra manera de hacerlo sino es en base a decisiones orgánicas. No pueden instrumentarse medidas como producto de hechos aislados, discontinuos e inconsistentes", señaló.

Añadió que "no se puede iniciar una acción de gobierno como respuesta a acciones de presiones, tiene que ser una cosa seria. Además de ser una actitud seria, debe estar respaldada por una decisión real, no sólo de un compromiso de palabra".

La profesional -es arquitecta- sostuvo que la ejecución de cualquier tipo de plan de recuperación, como en caso de la Torre Talero, deben responde a una estrategia integral de la ciudad.

"Insisto en que debe ser una política de Estado, conocida por los ciudadanos, explicitada públicamente, manifestando las etapas a cumplir, sus costos. Incluso deben preverse la elaboración de  informes mensuales o bimensuales, según se acuerde en cada edificio", opinó.

Remarcó que una acción de gobierno en este sentido no puede depender de un golpe de suerte o de necesidad o de presiones circunstanciales de un grupo de ciudadanos o de los medios periodísticos.

"Debe ser una decisión orgánica. Pero si no hay decisión real y una política explícita, no sirve. La torre Talero corre los riesgos por esta falta de decisiones lo suficientemente respaldadas que le garanticen ejecutividad y continuidad", indicó.

Montes Le Fort recordó que participó en distintos momentos del proceso de compra de la propiedad.

"Hablé con los ingenieros de Catastro, hice las negociaciones con la dueña, con sus antepasados cuando estaban vivos", recordó.

Reiteró que la recuperación y la consiguiente preservación de los edificios históricos es una manera "recuperar la identidad" como sociedad. Al respecto destacó las políticas que se desarrollan en Europa como ejemplo a seguir.

UNA MANSIóN CON HISTORIA

Ubicada en la "Colonia Bouquet", hoy barrio Valentina Sur Rural, la construcción es una de las más antiguas de la cuidad, levantada por el literato Eduardo Talero en 1906. Protagonista de un sinfín de leyendas e historias sobre fantasmas, que se transmiten de boca en boca a través de generaciones y que conforman la cultura popular neuquina. La mansión pertenecía a Eduardo Talero, un poeta colombiano nacido en 1869, quien después de su exilio a Chile -expulsado de Bogotá por revolucionario-, llegó a Buenos Aires con su esposa, donde se desarrolló su faceta literaria y conoció a Carlos Bouquet Roldán, precursor de su llegada a Neuquén. Talero fue el secretario general de la gobernación durante su gestión y uno de los principales artífices de la resolución del presidente Julio Argentino Roca para trasladar la capital del entonces Territorio Nacional del Neuquén desde Chos Malal a la confluencia de los ríos Limay y Neuquén, en 1904. Cuando Talero llegó a Neuquén en esta zona no había nada, sólo el desierto del que se enamoró y que adoptó como su propia tierra. Muchos destacan la visión del poeta, ya que valoró una región despoblada a la corta se desarrollaría con gran esplendor. Una de las leyendas más resonantes alude a la existencia de una hermosa dama, vestida de blanco, que habita el lugar. Muchos supersticiosos aseguran haberla visto, sin embargo, los escépticos la consideran sólo un mito que compone la cultura oral de la ciudad.