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Un animal copero
Nalbandian le dijo adiós al último GS del año y ahora pone su cabeza en la ansiada Davis. El Rey es quien mantiene viva la ilusión por la Ensaladera.

¿Importa que David Nalbandian haya perdido en otra gran cita del poderoso circuito de tenis? ¿Hay chances de que Argentina juegue otra final copera, como lo hizo en el 2008, en la frustrada definición contra España?

Si existe una certeza en el ahora devaluado tenis nacional, esa es que Nalbandian es un "animal" de Davis. El cordobés no estaba en los planes primarios del capitán Modesto Vásquez, pero se terminó imponiendo por calidad y liderazgo, y hoy asoma como la única carta alta en la partida que el equipo nacional tendrá en Francia.

El cordobés fue opacado por un Fernando Verdasco que es tan irregular como peligroso. El español fue en la final de 2008 la bestia negra para los criollos, ya que se encargó de ganar el quinto punto (a Acasuso) que le dio la coronación a una España que vino sin Rafa Nadal y con todas las de perder.

Aquella vez Nalbandian hizo los deberes a medias, porque vapuleó a David Ferrer el viernes, pero perdió el sábado el punto de dobles junto a Agustín Calleri y frente a Verdasco-Feliciano López. Un Verdasco que se quedó con la gloria al vencer al reemplazante de Del Potro y que ayer borró al último argentino del US Open, al derrotar a David por 2-6, 6-3, 3-6 y 2-6.

La final con España sonó a punto de inflexión. La AAT aceptó la renuncia de Luli Mancini y contrató a Tito Vásquez, quien pidió que no hayan más peleas y dejó en claro que prefería el liderazgo de Delpo al de Nalbandian. Pero la dura lesión del tandilense, que desde la hazaña del Abierto de Estados Unidos cayó en una mala racha, le abrió una nueva chance a un Nalbandian que no la desperdició.

Como buen "animal" de Davis, regresó a lo superhéroe. Imposible olvidar que a mediados de febrero se retiraba del ATP de Buenos Aires por una lesión e inmediatamente Tito Vásquez lo descartaba de la lista que viajaba a Estocolmo unos días después para enfrentar al team sueco. Y que las rotativas se detuvieron cuando, inesperadamente, el Rey abordó un avión, llegó sin entrenamientos, saltó a la cancha para jugar y ganar el dobles junto con Horacio Zeballos y después se quedó con el quinto punto definitivo -ante Andreas Vinciguerra-.

Pero su mayor hazaña copera versión 2010 se produjo en julio y en Moscú. Hasta esa fecha apenas había disputada 13 partidos en la temporada -por la operación en la cadera- cuando se puso el equipo en los hombros , derrotó a Davydenko y Youzhny, y metió a la Argentina en otra semifinal. Desde ahí comenzó a sentirse mejor y en pocas semanas pasó del puesto 150 al 33. Se quedó con el título en Washington, hizo un buen torneo en Toronto y accedió a la tercera ronda del US Open.

Se fue el último de los nueve singlistas argentinos en la primera semana de competencia del último GS. No es un dato menor, sobre todo al recordar que fue justamente un tenista nacional el ganador de 2009. Nalbandian será otra vez el líder espiritual copero de un equipo que cotiza en baja (Mónaco flojísimo, Chela poco apto para la superficie, Delpo lesionado, el doblista Eduardo Schwank con dolencias físicas, Leo Mayer mal anímicamente). Pero la historia enciende una llamita de ilusión porque Nalbandian es una garantía en la Davis. Y de eso, ya no hay dudas.



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