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El equipo de José
En Stefenelli un ex jugador armó su propia escuelita. .Trabaja gratis para darles a los chicos una oportunidad.

Después de un largo día de trabajo, José Gómez vuelve a su casa a las 6 de la tarde. Se pone un buzo y sale al patio. Allí, cerca de 60 chicos de entre 5 y 14 años (y unos 6 ó 7 perros que los acompañan moviendo la cola) lo esperan ansiosos. Así, todos los días empiezan los entrenamientos de la escuelita de fútbol K56, un sueño de José que ya cumple tres años en el patio de su casa, la quinta 56 del barrio Stefenelli.

Hoy es un día especial, van a hacer una nota para el diario. José reúne a todos los chicos y les cuenta quiénes somos y qué haremos. Ahí se hace la entrevista, en medio del silencio y respeto de los pequeños deportistas que prestan atención a lo que dice el profe y lo ayudan con datos cuando lo sienten necesario.

"Acá, más que lo deportivo, se trata de contener un poquito más a los chicos para sacarlos de la calle, que es lo principal. Todo lo que se hace es ad honórem. No cobramos nada y los padres colaboran muchísimo", dice José que habla en plural aunque es el único profe de la escuelita.

Los equipos de K56 de las diferentes categorías están formados por pibes de los barrios Central, Stefenelli, Malvinas, Brentana, Alfonsina y hasta El Petróleo, "que vienen con un sacrificio enorme en bicicleta con los papás".

Participan de los torneos Interbarrial y Municipal. En este último se cruzan con equipos como Deportivo Roca, Argentinos del Norte, Unión de Allen, y Alto Valle.

"Siempre les recalco a los chicos que tenemos que estar a la misma altura que los otros equipos -explica José-. Con menos elementos de trabajo, estructura, pero sobre todo con humildad y con mucho sacrificio, nos podemos poner a la altura de ellos, como nos hemos puesto. Por eso recalco que los chicos han ganado 5 torneos interbarriales y lo ganaron ellos, no yo o los papás, lo ganaron ellos por venir a entrenar, con sacrificio, con frío... Siempre les digo que podemos ir a todos lados, con camisetas y medias diferentes (como hemos jugado) pero con la frente bien alta, y defender los colores y el nombre de la escuelita, que es lo que nos proponemos cada domingo que jugamos. Más allá de que vengan equipos con indumentaria muy buena, a nosotros no nos afecta, somos iguales en la cancha, somos 11 contra 11 ó 9 contra 9, y ahí se ven los pingos realmente".

Para José, la meta es clara: "Seguir creciendo y darles a los chicos la posibilidad de conocer lo que es salir campeón". (M. B.)



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