"...Es inútil decidir si ha de clasificarse a Zenovia entre las ciudades felices o entre las infelices. No tiene sentido dividir a las ciudades en estas dos clases, sino en otras dos: las que a través de los años y las mutaciones siguen dando forma a los deseos y aquellas en las que los deseos o logran borrar la ciudad o son borrados por ella". (Ítalo Calvino, "Las ciudades invisibles")

Hay muchas ciudades en una sola, la percepción no es continua: captamos imágenes parciales para recomponer en nuestra memoria individual una imagen global de ella misma. Ni es la misma para todos, ya que depende de la mirada de cada integrante de la comunidad. Sin embargo, existen elementos que componen la identidad popular y se reflejan sobre la imagen de nuestra ciudad. Estos elementos, sean hitos, como el monumento a la manzana, símbolo convocante de Roca; sendas, como el canalito, recorrido cotidiano; nodos, como Tucumán y avenida Roca; bordes, como la vía o el canal grande, barreras naturales, físicas y virtuales; o distritos, como el río, las chacras o las bardas, áreas características de producción y esparcimiento. Son los elementos básicos que interactúan entre sí y dan imagen a la ciudad y testimonio de los valores culturales de la sociedad que los ha originado.

Esos espacios públicos, distintos a los de otras ciudades, hablan de Roca. Allí la ciudad se justifica y se reinventa a sí misma y nos permite pensar el territorio y nuestra ciudad desde el espacio público como un conjunto de lugares, donde, a pesar de sus diferencias, se posibilitan las expresiones de una colectividad.

Con la recuperación y revalorización progresiva de espacios públicos de la ciudad, como la recuperación de la ciudad con su río, la revalorización del canal grande como alternativa de lugar de esparcimiento o la revalorización de sitios de valor paisajístico y natural como las bardas, logramos construir nuestra ciudad y la aprehensión y valoración de la ciudadanía hacia estos espacios. Urbanísticamente, el valor más preciado de una ciudad es sin duda el espacio público, ya que es el lugar de encuentro de la ciudadanía y por lo tanto el lugar democrático por excelencia.

El objetivo prioritario de recuperarlos y crear nuevos trasciende la importancia de la transformación urbana para intentar convertirse en un mayor desafío, la transformación cultural de la ciudad, ya que el espacio público, además de crear condiciones de ciudadanía, permite la igualdad de derechos y accesibilidad plena a todos. Por lo tanto, todo esfuerzo que se genere para brindar mayor calidad a este espacio, será recibido con beneplácito por la totalidad de sus habitantes. El espacio público es siempre una oportunidad que nos define y nos identifica como ciudad.