El fieltro está de moda. Durante mucho tiempo fue un material muy menospreciado, utilizado fundamentalmente para fabricar alfombras y otros objetos no demasiado lucidos. En los últimos años se ha convertido, sin embargo, en una tela muy respetada que se utiliza en la fabricación de piezas de decoración, moda y complementos. El fieltro ha pasado de ser un material de tercera categoría a ocupar los primeros puestos en el mundo de la moda y el diseño más cool y de vanguardia.

Por ello, la firma neuquina "Madejas" invita a una clínica de tejido y a conocer la técnica de fieltro a cargo de Bárbara Langman, conductora de Utilísima y experta en tejidos. El encuentro está programado para este 31 de agosto, a las 14, en Cirse, avenida Argentina 1376, en Neuquén capital. La entrada tiene un costo de $ 20.

Las organizadores de este evento resaltan que el fieltro es uno de los tejidos más antiguos que se conocen; su fabricación y uso se remonta miles de años atrás, a la prehistoria, cuando el hombre juntaba el pelo que dejaban los animales en árboles y rocas, lo mojaba, apelmazaba y prensaba para que formara una capa espesa y compacta con la que protegerse del frío.

La materia prima del fieltro es la lana de oveja. "Acá en Argentina, y fundamentalmente en nuestra Patagonia, tenemos muy buena calidad de lana, gran parte de la producción es de exportación. Las propiedades de sus fibras (finura, rizado, longitud, elasticidad, superficie escamosa y capacidad de hincharse) permiten a la lana apelmazarse, adherirse y enredarse bajo la acción conjunta de la humedad y el calor del vapor de agua y la presión y el frotamiento. De hecho, si la oveja no fuera esquilada, con el tiempo su lana se convertiría en fieltro. El agua enjabonada caliente transforma a la lana en resbaladiza y provoca que las fibras se abran. Con la agitación, las fibras son enredadas y cuando están secas y frías la lana se cierra como un material resistente y duradero. Las fibras de lana se comprimen y quedan agrupadas en una masa compacta que forma el fieltro sin necesidad de pasar por el proceso clásico de urdimbre e hilado que caracteriza a la mayoría de las telas. El fieltro es, por tanto, una tela no tejida. La mezcla de distintas lanas da como resultado fieltro de diferentes colores y texturas", destacan de "Madejas" a eh!: "Es una técnica relativamente sencilla que puede realizarse en forma doméstica y de aplicaciones múltiples desde la producción textil, indumentaria, objetos de diseño, etcétera. Obteniendo resultados increíbles, desde un pompón hasta un paño para la realización de prendas. El producto es un gran aislante de frío y muy agradable al tacto", concluyen.

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